Reflexiones de Esperanza: El mensaje del profeta Isaías: conociendo el libro el propósito de Dios para nuestras vidas (Parte XI)

(Análisis de Isaías 49:8)

“8 Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;”
(Isaías 49:8, RV 1960)

“8 El SEÑOR dice esto: «En el momento que yo te mostré mi bondad, respondí a tus oraciones. El día de salvación, te ayudé. Te protegí y te designé como mediador de un pacto con la humanidad, para reconstruir el país y devolver las tierras arrasadas.” (PDT)
           
En nuestras reflexiones más recientes nos hemos detenido a analizar el verso ocho (8) del capítulo 49 del Libro del Profeta Isaías. Este verso bíblico contiene unas promesas extraordinarias acerca de nuestra salvación en Cristo. El Apóstol Pablo lo interpreta así cuando le escribe a la Iglesia que estaba localizada en la ciudad de Corinto.

“2 Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.” (2 Corintios 6:2)

El ApóstolPablo está citando aquí parte del verso del profeta Isaías que estamos analizando en estas reflexiones:

“8 Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades;”
(Isaías 49:8, RV 1960)
           
Hemos visto que ese verso describe un tiempo aceptable, un día de salvación. Este es un tiempo en el que Dios escucha, ayuda y nos guarda. Ese es un período de tiempo en el que Dios nos convierte en parte del pacto para Su pueblo y nos comisiona con una agenda de restauración para aquello que está desolado, arruinado, o destruido (“shâmêm”, H8076).
           
El concepto traducido aquí como “día” (“yôm”, H3117), puede ser utilizado para describir varios períodos de tiempo tales como un día de 24 horas, un período de sol a sol, una división o segmento del tiempo, de varios días, etc. [1], [2], [3] La Biblia dice que ese período de tiempo tiene fecha de expiración. Esta es una de las conclusiones que se desprende del examen de las primeras frases que encontramos en el verso ocho (8) de esta palabra profética.

De hecho, es el mismo profeta Isaías el instrumento que Dios utiliza para comunicarnos esa verdad bíblica.

“6 Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.”  (Isaías 55:6-7, RV 1960)
 
El examen de las frases “Así dijo Jehová”, “en tiempo aceptable te oí” y “en el día de salvación te ayudé”, es seguida por otra frase que describe el compromiso y la acción de Dios.

y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo

El concepto que el profeta Isaías utiliza aquí para describir la acción de guardar es el vocablo hebreo “nâtsar” (H5341).” Este concepto es utilizado para describir la acción de preservar, de eximir, de proteger, de mantener, de observar y/o de guardar. En algunas ocasiones es utilizado para describir a un atalaya (2 Rey 17:9; 18:8).

En una nota editorial, destacamos que todas las citas bíblicas que compartiremos utilizan este concepto: “nâtsar”. Hemos subrayado y ennegrecido su traducción en cada verso bíblico que citamos a continuación.

Debemos comenzar diciendo que la Biblia dice que Dios toma muy en serio sus acciones y su disposición para guardarnos, para hacer “nâtsar” con nosotros. El Libro de Deuteronomio describe esto con unas expresiones poéticas y metafóricas insuperables:

“10 Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de su ojo. 11 Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los lleva sobre sus plumas, 12 Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño.”  (Deuteronomios 32:10-12)

El salmista también lo afirma así: señalando que el Señor sale a favor de los pobres, para guardar a los menesterosos. Para esto, Dios empeña Su Palabra.

“5 Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré, dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira. 6 Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata refinada en horno de tierra, Purificada siete veces. 7 Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre.” (Salmos 12:5-7)
           
El proverbista dice que el Señor guarda, mira, vigila nuestras almas, o sea, nuestras vidas:

“12 Pues si dices: «La verdad es que yo no lo sabía», ¿Crees que el que examina los motivos no habrá de darse cuenta? ¿Acaso no va a enterarse el que vigila tu vida?   Él le da a cada uno el pago por lo que hace.” (Proverbios 24:12, PDT)

Al mismo tiempo, la Biblia identifica algunas herramientas que el Señor utiliza para guardarnos. Por ejemplo, el salmista pide al Señor que Él nos guarde con su misericordia (“chêsêd”, H2617) y con su verdad (“ʼemeth”, H571). De hecho, el pide esto en varias ocasiones.

“11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.” (Salmos 40:11, RV 1960)

“7 Estará para siempre delante de Dios; Prepara misericordia y verdad para que lo conserven.” (Salmos 61:7)

Ser guardados por el “chêsêd” de Dios es ser guardados por Su amor incondicional, por su
bondad inagotable, por Su favor y por los beneficios que se deprenden de este.[4]

Ser guardados por el “ʼemeth” del Señor es ser guardados por Su estabilidad, por Su firmeza, de carácter y/o de integridad. Esto significa ser guardados por Su fidelidad y por Su verdad.[5] Basta conocer que Cristo es verdad (Jn 14:7) para saber que es Cristo el que nos guarda.
 
El proverbista también afirma que la discreción y la inteligencia son otras herramientas que Dios utiliza para guardarnos. Esto, afirma él, nos librará del mal camino y de los seres humanos cuyas conversaciones son pecaminosas y sus caminos no son los caminos que agradan al Señor.
  
“11 La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia, 12 Para librarte del mal camino, De los hombres que hablan perversidades, 13 Que dejan los caminos derechos, Para andar por sendas tenebrosas; 14 Que se alegran haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio; 15 Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos.” (Proverbios 2: 11-15)
 
El proverbista también identifica la sabiduría de Dios y el consejo como otras herramientas que Dios utiliza para guardarnos.
  
“5 Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; 6 No la dejes, y ella te guardará; Amala, y te conservará…13 Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida...” (Proverbios 4:5-6, 13)
             
La justicia es otra herramienta que Dios utiliza para guardarnos.
  
“6 La justicia guarda al de perfecto camino; Mas la impiedad trastornará al pecador.” (Proverbios 13:6)
 
La Biblia continúa ofreciéndonos herramientas que el Señor utiliza para guardarnos, en adición a Su presencia. En esta ocasión leemos en el Libro de los Salmos:
 
“6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él. 7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah” (Salmos 32:6-7)
 
La porción bíblica que acabamos de citar identifica la canción, la alabanza, como una herramienta que el Señor utiliza para rodearnos y liberarnos de aquello que nos puede producir angustias. Pero esto no es lo único de lo que Dios ha prometido guardarnos. La Biblia identifica otras cosas de las que Dios ha prometido guardarnos. Entre estas encontramos las siguientes:
 
Esta generación:
“7 Tú, Jehová, los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre.” (Salmos 12:7)
  
El temor:
“1 Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo.” (Salmos 64:1)
 
La violencia:
“1 Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; Guárdame de hombres violentos, 2 Los cuales maquinan males en el corazón, Cada día urden contiendas. 3 Aguzaron su lengua como la serpiente; Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Selah 4 Guárdame, oh Jehová, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos, Que han pensado trastornar mis pasos.” (Salmos 140:1-4)
 
De aquello que no debemos decir:
 
“3 Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.” (Salmos 141:3) 
“3 El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad.”
 (Proverbios 13:3)
 
Por último, la Palabra de Dios es herramienta indispensable, clave, para ser guardados por el Señor (Sal 119:2, 22, 33-34, 56, 69, 100, 115,145).
 
Ahora bien: la Biblia dice que hay unos requisitos para este beneficio. Uno de estos es la fidelidad a Dios. Se requiere fidelidad a Dios para ser completamente guardados por el Señor.
 
“20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. 21 Bendito sea Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. 22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba. 23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia.” (Salmos 31:20-23)
 
Este requisito es definido como fidelidad a Dios y a Su Palabra.
             
El atalaya, que es otra de las formas en las que se traduce el concepto “nâtsar”, es definido de varias formas. En ocasiones, se trata de la torre hecha comúnmente en lugar alto, para registrar desde ella el campo o el mar y dar aviso de lo que se descubre. El concepto atalaya también describe al hombre destinado a registrar desde la atalaya y avisar de lo que descubre. En otros casos, este concepto describe la altura desde donde se descubre mucho espacio de tierra o mar.[6]
 
O sea, que desde esta perspectiva, hablar acerca del “nâtsar”, es hablar de que el Señor promete velar sobre nosotros, dar aviso de aquello que viene de camino. Tal y como dice la Palabra de Dios:
 
“7 Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.”
 (Amós 3:7)
             
La sumatoria de todas estas explicaciones bíblicas arroja un resultado: Dios ha decidido guardarnos, guardar nuestras vidas, para que seamos capaces de cumplir con Sus propósitos y que disfrutemos de todo el proceso de cumplir con nuestra misión. Isaías afirma esto en el verso ocho (8) del capítulo 49 de su profecía. Dios ha prometido hacer “nâtsar” con nosotros y lo hace de la misma manera con la que guarda la niña de Sus ojos. Para esto utiliza Su presencia, Su Palabra, Su misericordia y Su verdad. Para esto usa la sabiduría, el consejo, la justicia y la alabanza. Para guardarnos se convierte en nuestro atalaya.
 
Isaías afirma esto y al hacerlo, se une a una pléyade de escritores bíblicos que así también lo afirman.
 
Es muy cierto que otros escritores bíblicos pueden utilizar otros conceptos para afirmar esta verdad, pero al final el principio y el resultado es el mismo.
 
“4 He aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda (“shâmar”, H8104) a Israel. 5 Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. 6 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. 7 Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. 8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.”  (Salmos 121:4-8, RV 1960)
             
Por último, Isaías afirma que el proceso de guardarnos que Dios pone en acción nos garantiza una paz que es completa, perfecta (“shâlôm  shâlôm”, H7965).
 
“3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3, RV 1960)
Referencias
 
[1] Chávez, M. (1992). En Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., pp. 241–242). Editorial Mundo Hispano.

[2] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). En The Abridged Brown-Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Houghton, Mifflin and Company.

[3] Strong, J. (2009). En A Concise Dictionary of the Words in the Greek Testament and The Hebrew Bible (Vol. 2, p. 48). Logos Bible Software.

[4] Swanson, J. (1997). En Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains : Hebrew (Old Testament) (electronic ed.). Logos Research Systems, Inc.

[5] Chávez, M. (1992). En Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., p. 53). Editorial Mundo Hispano.
   
[6] https://dle.rae.es/atalaya?m=form

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