Notas del Pastor MJ: Dios siempre está presente

El nombre del taxista era Tanzeel.  Lo conocí durante un viaje de trabajo en la ciudad de Toronto, Canadá.  Tanzeel es oriundo de Pakistán, aunque ya es ciudadano legal Canadiense, desde hace dos años. La historia de este joven parece sacada de una miniserie. En el año 2013 el grupo terrorista Talibán decidió incursionar en varias ciudades de Pakistán para atacar civiles, esto en represalia por los conflictos bélicos que decimaron su matrícula en el medio oriente.  En uno de esos ataques una bomba detonó en un autobús y murieron 56 personas, entre ellos, los padres y el hermano menor de Tanzeel.

A través de una gestión de las Naciones Unidas Tanzeel vino a parar a un centro de refugiados en el área de Ontario Canadá.  Le pregunté acerca de lo que había hecho para manejar su vida luego de esta tragedia.  Me dijo que le tomó dos años poder reponerse, pero decidió levantarse para luchar por un mejor por venir.  También me mencionó que él sabe que hay un Dios en los cielos que ve y que le da su retribución a cada cual.  Aproveche esa intersección y le mencione que yo también que creo que hay un Dios en los cielos, que todo lo ve.  Ese Dios nos ha enviado a su único hijo, Jesucristo y es a través de la sangre de Cristo que podemos encontrar salvación y propósito, aun en medio de las situaciones más difíciles de la vida.  

Tanzeel me dijo que él se ha propuesto dar por gracia lo que ha recibido.  El domina múltiples idiomas, entre ellos varios dialectos de Afganistán e Irán.  Así que una vez a la semana va al centro de refugiados en donde estuvo, para enseñarle inglés a los nuevos inmigrantes que continúan llegando de esos países.  Se me ocurrió decirle lo siguiente: “Ves que Dios tiene un propósito contigo hermano, aún a pesar de las dificultades que has enfrentado.  Tienes acceso a mucha gente.  Dios te ha guiado hasta aquí para bendecir a otros.  Les estas brindando herramientas para un mejor porvenir.  Pero háblales también de que hay esperanza, hay esperanza en Jesús”.  Terminamos aquella noche orando entre lágrimas, dándole gracias a Jesús por su salvación, su bendición y su protección.
 
Experiencias como esta me dejan saber que Dios siempre está presente, en medio de las tragedias más terribles de la vida, él siempre está presente y sus propósitos no dejan de cumplirse.  Tal vez estés atravesando una temporada difícil.  Pero confía, Dios te ha visto y conoce tu dolor.  No va a tardar en mostrarte su bondad y cumplir su plan perfecto en tu vida.