March 16th, 2025
996 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 16 de marzo del 2025
Funciones y operaciones del Espíritu Santo: nos conduce a adorar (VIII)
“23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Jn 4:23-24, RV 1960)
La última sección de la definición de adoración que escribió el Rdo. Abelardo Díaz Morales nos colocó de frente al tema del propósito de Dios. Tal y como hemos visto en reflexiones anteriores, esta definición describe tres (3) dimensiones de la vida en la que podemos recibir revelación de Dios para poder conocerle y adorarle. Estas son: la razón, el corazón y la voluntad. Repetimos que la última hace énfasis en la oportunidad que nos concede el Señor de conocerle mediante la adoración para poder abrazar e imitarle en su santidad y en sus propósitos.
“Conocer a Dios con la razón es admirarle en sus obras; conocer a Dios con el corazón es amarle por su bondad; conocer a Dios con la voluntad es imitarle en su santidad y en sus propósitos. La verdadera adoración comprende este triple conocimiento de Dios, el cual se manifiesta en el creyente por medio de la admiración, el amor y la perfección espiritual”[1]
Tal y como señalamos en la reflexión anterior, lo que el Rdo. Díaz Morales describe en el tercer segmento de su definición es que la sumisión voluntaria que nos acerca a conocer más y más a Dios tiene como resultado el que anhelemos imitarle en su santidad, o sea, vivir separados para Él y al mismo tiempo desear sus propósitos.
Nuestra reflexión anterior también nos permitió acercarnos a dos (2) de los conceptos hebreos y griegos que más se utilizan en las Sagradas Escrituras para referirse a aquello que llamamos propósito. El primero de estos, el concepto hebreo (Antiguo Testamento) “machăshâbâh” (H4284). Vimos allí que este emana del corazón de Dios (Sal 33:11, TLA). El segundo, el concepto griego que más se utiliza en el Nuevo Testamento para describir el propósito: “prothesis” (G4286, Hch 11:23; Rom 8:28; 9:11; Efe 1:11; 3:11; 2 Tim 1:9; 3:10).
Es muy cierto que este concepto es utilizado litúrgicamente por la Iglesia Griega para describir la acción de colocar el pan sobre la mesa de la comunión (“protíthemai”, G4388). Es probable que esto emane del uso que Marcos el Evangelista le da cuando dice lo siguiente:
“26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, [“artos” (G740) – “prothesis” (G4286)] de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?” (Mcs 2:26, RV1960) [2]
También, porque “protithemai” es una raíz del concepto “prothesis.” O sea, que el concepto griego que se traduce como “propósito” emana del concepto “protíthemai.”
No obstante, el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento dice que el Apóstol Pablo adopta el concepto “prothesis” en un sentido completamente nuevo al usarlo para describir la decisión primordial de Dios (el propósito), mediante la cual se establece y pone en marcha el acontecimiento salvífico en Cristo y el consiguiente camino de la comunidad hacia la glorificación escatológica.[3] En otras palabras, que el propósito del Padre en Cristo es darnos la salvación y encaminar a la Iglesia a la glorificación que experimentaremos cuando Cristo regrese por su Pueblo. Esas son las metas que ha establecido Dios.
A manera de repaso tenemos que subrayar que el Diccionario de la lengua española dice que el concepto griego “prothesis” es la raíz de donde emana el nombre con el que describimos esa “pieza o aparato empleados para sustituir un órgano o un miembro del cuerpo.”
“Del lat. tardío prothĕsis 'adición de un sonido al principio de una palabra', y este del gr. πρόσθεσις prósthesis, alterado por infl. de πρόθεσις, próthesis 'exposición'.”[4]
A base de esta definición podemos concluir que nosotros no somos capaces de alcanzar la meta que Dios ha establecido utilizando nuestras propias fuerzas. No sólo se trata de ser expuestos por Dios a la meta que Él ha designado para nosotros como creyentes, sino que necesitamos una “prothesis” para ello; una “prothesis” celestial.
Cabe aquí preguntarnos de dónde surge ese uso paulino. Hace más de 20 años dedicamos algunas reflexiones de El Heraldo para analizar esto. Compartimos en estas que, para conocer el significado de ese concepto, “propósito” (“prothesis”), debemos ser capaces de entender algunas ideas y conceptos griegos que le dan forma y sentido a este.
Decíamos en la reflexión publicada el 4 de enero de 2004 que el primero de estos es el concepto “tithemi” (G5087). Este concepto griego se utiliza para definir un lugar, una meta o algo que se establece para ser alcanzado. Tenemos que indicar que este concepto es la raíz central de todos los conceptos que vamos a analizar en esta reflexión, incluyendo los conceptos “prothesis” (G4286) y “protithemai” (G4388).
El concepto “tithemi” (G5087) es utilizado en algunas piezas de la literatura griega-clásica para hablar de «traer a un lugar», «colocar, poner, disponer», de modo que esta sea una disposición efectiva que determine la calidad de lo colocado y, por lo tanto, puede significar «establecer», «llevar a un estado específico», «provocar», «instituir» y/o «hacer»[5].
Otros recursos académicos señalan que “tithemi” es utilizado para describir la acción de:
1. Poner, colocar, dar (Mat 5:15; 12:18; 22:44; 27:60; Mcs 4:21; 6:29; 6:56; 10:16; 12:36; 15:47; 16:6; Lcs 5:18; 6:48; 8:16; 11:33; 14:29; 20:43; 23:53; 23:55; Jn 10:11; 10:15; 10:17–18; 11:34; 13:37–38; 15:13; 19:19; 19:41–42; 20:2; 20:13; 20:15; Hch 1:7; 2:35; 3:2; 4:35 y otros).
2. Constituir: (Hch 13:47; 1 Tim 2:7; 2 Tim 1:11; Heb 1:2).
3. Destinar: (Jn 15:16; Rom 4:17; 1 Tes 5:9; 1 Ped 2:8).
4. Guardar, depositar: (Lcs 19:21; Hch 4:3; 5:18, 25; 12:4; 1 Cor 16:2).
5. Presentar, describir.[6]
Resumiendo, “tithemi” es utilizado para describir que algo ha sido puesto, colocado, constituido, destinado, guardado, depositado, presentado o descrito: una meta a alcanzar. En algunos documentos clásicos es utilizado para describir lo que conocemos hoy como un “establishment.” El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento añade a todo esto que el concepto “tithemi” pertenece a un contexto teológico específico que denota la acción de Dios en el pasado, el presente y el futuro.[7] En otras palabras, que pertenece al contexto de la revelación de Dios a través de toda la historia.
Veamos algunos usos de ese concepto:
“17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.” (Rom 4:17)
“33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.” (Rom 9:33)
“9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,” (1 Tes 5:9)
“12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.” (1 Tim 1:12)
“7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.” (1 Tim 2:7)
Repetimos que el Apóstol Pablo utiliza este concepto para describir la obra de Dios.[8]
Ahora bien, los griegos decían que existen varias reacciones posibles frente al “tithemi”; de frente a esto que ha sido establecido como una meta a alcanzar. Una de estas reacciones es “athétesis” (G115), concepto que significa cancelar, abrogar, anular, declarar inválido, abolir, echar a un lado y/o rechazar ese algo que se ha establecido.[9],[10] Un ejemplo del uso de este concepto lo encontramos en la Carta a los Hebreos.
“18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.” (Heb 7:18-19)
O sea, que “athétesis” significa que nosotros podemos rechazar, intentar cancelar o anular, declarar inválido, procurar abrogar o echar a un lado el “tithemi,” la meta que Dios ha establecido.
Otra reacción es “epíthesis” (G1936) y/o “epitíthēmi” (G2007). Estos conceptos pueden ser traducidos como imposición (de manos): Hch 8:18; 1 Tim 4:14; 2 Tim 1:6; Heb 6:2.[11]
“6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición (G1396) de mis manos.” (2 Tim 1:6)
“2 de la doctrina de bautismos, de la imposición (G1396) de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” (Heb 6:2)
Esto es, que “epíthesis” y “epitíthēmi” son unas reacciones que pueden desarrollarse cuando uno está muy cerca del “tithemi”, de aquello que ha sido colocado o establecido como la meta para ser alcanzada. Esa reacción es la de acercarse a este para tomarlo ya que está muy cerca y es alcanzable. Esto es lo que describen Mateo y Lucas en los Evangelios que llevan su nombre cuando dicen lo siguiente:
“18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon (G2007) tu mano sobre ella, y vivirá.” (Mat 9:18)
“13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese (G2007) las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.” (Mat 19:13)
“4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone (G2007) sobre sus hombros gozoso;” (Lcs 15:5)
Estamos convencidos de que esto fue lo que le sucedió al ladrón que estaba al lado de nuestro Señor en el monte Calvario. Aunque la Biblia no lo dice así directamente, sabemos que a este se le ocurrió hacer “epíthesis” de la oferta-meta de la salvación que tenía frente a sí.
“42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lcs 23:42-43)
O sea, que nosotros podemos reaccionar ante el “tithemi” que Dios ha establecido imponiendo nuestras manos para tomarlo. Claro está, esto es así si estamos lo suficientemente cerca de este para poder hacerlo.
La tercera reacción posible es “metáthesis” (G3331), que significa traslado, cambio, arrebatamiento (Heb 7:12; 11:5; 12:27),[12] ser transportado de forma inmediata, transpuesto, transferido a ese lugar sin tener que pasar trabajo o esfuerzo alguno.[13] El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento añade a todo esto que este concepto incluye la transformación o la alteración del transportado. Este recurso cita el caso de Enoc en la Septuaginta (versión de los LXX del Antiguo Testamento),[14] y en la Carta a Los Hebreos.
“24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.” (Gén 5:24)
“5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto (G3331), tuvo testimonio de haber agradado a Dios.” (Heb 11:5)
En otras palabras, que podemos ser arrebatados, transportados y transformados en el proceso de ir a alcanzar el “tithemi” que Dios ha dispuesto para los creyentes en Cristo.
En una nota editorial, tenemos que señalar que es interesante el dato de que la Biblia utiliza otro concepto para describir lo que le sucederá a la Iglesia el día en el que ocurra ese arrebatamiento. Pablo lo incluye en unos versos que forman parte de la Primera Carta que le escribió a la iglesia que estaba localizada en Tesalónica.
“16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (1 Tes 4:16-18)
El concepto griego utilizado aquí es “harpazō” (G726) que significa ser tomado a la fuerza, arrebatar, tomar bajo control,[15] raptar, robar por la fuerza, arrebatar, asir rápidamente (Mat 11:12; 12:29; 13:19; Jn 6:15; 10:28–29; Hch 8:39; 23:10; 2 Cor 12:2; 12:4; 1 Tes 4:17; Jud 23; Apo 12:5).[16],[17] Esta es una de las razones por las que San Jerónimo decidió utilizar el concepto “rapiemur” que en latín significa rapto. En otras palabras, que el mensaje paulino es que la Iglesia del Señor será raptada, tomada a la fuerza para ser llevada a los cielos.
Regresando al concepto “metáthesis”, el mensaje que comunica éste es que podemos ser transportados por el Espíritu de Dios para alcanzar el “tithemi” que Dios ha establecido para los creyentes en Cristo.
Otra forma de reaccionar ante el “tithemi” es “prothesis.” Esto es, la capacidad de caminar hacia ese “algo”, esa meta establecida, haciendo todos los esfuerzos necesarios para alcanzarlo, con la ayuda de Dios. Decíamos en las reflexiones publicadas en enero de 2010 que es muy interesante señalar que casi siempre que Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera encontraron esta palabra en la Biblia (7 de 12 veces en el NT), la tradujeron como propósito. Como hemos dicho anteriormente, también es interesante que éste sea el concepto que se usa para definir esos milagros de la ciencia y la terapia que se usan para ayudarnos a mitigar la pérdida de nuestras capacidades para ambular o poder alcanzar algo. ¿No le parece a usted que es glorioso que Dios haya decidido ponernos una prótesis? (ahora está escrito en español).
Lo que es curioso es que la Biblia contempla que usted y yo necesitábamos una prótesis divina porque el pecado nos había arruinado la capacidad de caminar para alcanzar el “blanco de la soberana vocación”, “la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3:14) establecido por Dios. Incapaces usted y yo de poder alcanzar esto, Dios decide ponernos una prótesis en el corazón. Creo que es acerca de esto que reflexiona el salmista cuando dice que sólo el Señor puede ordenar los pasos de los hombres (Sal 37:23).
El Rdo. Díaz Morales dice que la adoración es herramienta para la revelación de Dios a la razón, al corazón y la voluntad. Él añade que la revelación de Dios a nuestra voluntad es capaz de alinearnos con la santidad y los propósitos del Eterno: “conocer a Dios con la voluntad es imitarle en su santidad y en sus propósitos.”
A base de lo antes expuesto en esta reflexión, podemos concluir que la adoración es entonces una herramienta divina que nos invita a ceder nuestra voluntad ante la de nuestro Señor. No sólo esto, sino que esta, la adoración, nos invita a echar a un lado la inclinación a rechazar las metas divinas (“tithemi”), aceptando que necesitamos una “prothesis” celestial. En otras palabras, aceptar que ya no vivimos para nosotros mismos (Rom 14:7-9), que Cristo vive en nosotros (Gál 2:20) y que la aceptación voluntaria de todo esto convierte a aquellos que adoran en instrumentos para dar a conocer a otros el plan de Dios y su “multiforme sabiduría” (Efe 3:10, RV1960).
“10 El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. 11 Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. 12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza” (Efe 3:10-12, NTV)
[1] Díaz Morales, Abelardo. Puerto Rico Evangélico, reflexiones. Publicado el 25 de junio de 1916.
[2] Maurer, C. (1964–). τίθημι, ἀθετέω, ἀθέτησις, ἐπιτίθημι, ἐπίθεσις, μετατίθημι, μετάθεσις, παρατίθημι, παραθήκη, [παρακαταθήκη], προτίθημι, πρόθεσις, προστίθημι. In G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 8, p. 165). Eerdmans.
[3] Op. cit., p. 166
[4] https://dle.rae.es/prótesis.
[5] Maurer, C. (1964–). Op. cit., p 152.
[6] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (pp. 936–937). Editorial Mundo Hispano.
[7] Maurer, C. (1964-). Op. cit., p.156.
[8] Op.cit., p. 165.
[9] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software.
[10] Maurer, C. (1964-). Op. cit., p.158.
[11] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 353). Editorial Mundo Hispano.
[12] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 613). Editorial Mundo Hispano.
[13] Strong, J. (2009). En A Concise Dictionary of the Words in the Greek Testament and The Hebrew Bible (Vol. 1, p. 47). Logos Bible Software.
[14] Maurer, C.. Op.cit., p.161.
[15] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software.
[16] Tuggy, A. E. (2003). En Léxico griego-español del Nuevo Testamento (pp. 124–125). Editorial Mundo Hispano.
[17] Foerster, W. (1964–). ἁρπάζω, ἁρπαγμός. En G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 1, p. 472). Eerdmans.
Funciones y operaciones del Espíritu Santo: nos conduce a adorar (VIII)
“23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” (Jn 4:23-24, RV 1960)
La última sección de la definición de adoración que escribió el Rdo. Abelardo Díaz Morales nos colocó de frente al tema del propósito de Dios. Tal y como hemos visto en reflexiones anteriores, esta definición describe tres (3) dimensiones de la vida en la que podemos recibir revelación de Dios para poder conocerle y adorarle. Estas son: la razón, el corazón y la voluntad. Repetimos que la última hace énfasis en la oportunidad que nos concede el Señor de conocerle mediante la adoración para poder abrazar e imitarle en su santidad y en sus propósitos.
“Conocer a Dios con la razón es admirarle en sus obras; conocer a Dios con el corazón es amarle por su bondad; conocer a Dios con la voluntad es imitarle en su santidad y en sus propósitos. La verdadera adoración comprende este triple conocimiento de Dios, el cual se manifiesta en el creyente por medio de la admiración, el amor y la perfección espiritual”[1]
Tal y como señalamos en la reflexión anterior, lo que el Rdo. Díaz Morales describe en el tercer segmento de su definición es que la sumisión voluntaria que nos acerca a conocer más y más a Dios tiene como resultado el que anhelemos imitarle en su santidad, o sea, vivir separados para Él y al mismo tiempo desear sus propósitos.
Nuestra reflexión anterior también nos permitió acercarnos a dos (2) de los conceptos hebreos y griegos que más se utilizan en las Sagradas Escrituras para referirse a aquello que llamamos propósito. El primero de estos, el concepto hebreo (Antiguo Testamento) “machăshâbâh” (H4284). Vimos allí que este emana del corazón de Dios (Sal 33:11, TLA). El segundo, el concepto griego que más se utiliza en el Nuevo Testamento para describir el propósito: “prothesis” (G4286, Hch 11:23; Rom 8:28; 9:11; Efe 1:11; 3:11; 2 Tim 1:9; 3:10).
Es muy cierto que este concepto es utilizado litúrgicamente por la Iglesia Griega para describir la acción de colocar el pan sobre la mesa de la comunión (“protíthemai”, G4388). Es probable que esto emane del uso que Marcos el Evangelista le da cuando dice lo siguiente:
“26 cómo entró en la casa de Dios, siendo Abiatar sumo sacerdote, y comió los panes de la proposición, [“artos” (G740) – “prothesis” (G4286)] de los cuales no es lícito comer sino a los sacerdotes, y aun dio a los que con él estaban?” (Mcs 2:26, RV1960) [2]
También, porque “protithemai” es una raíz del concepto “prothesis.” O sea, que el concepto griego que se traduce como “propósito” emana del concepto “protíthemai.”
No obstante, el Diccionario Teológico del Nuevo Testamento dice que el Apóstol Pablo adopta el concepto “prothesis” en un sentido completamente nuevo al usarlo para describir la decisión primordial de Dios (el propósito), mediante la cual se establece y pone en marcha el acontecimiento salvífico en Cristo y el consiguiente camino de la comunidad hacia la glorificación escatológica.[3] En otras palabras, que el propósito del Padre en Cristo es darnos la salvación y encaminar a la Iglesia a la glorificación que experimentaremos cuando Cristo regrese por su Pueblo. Esas son las metas que ha establecido Dios.
A manera de repaso tenemos que subrayar que el Diccionario de la lengua española dice que el concepto griego “prothesis” es la raíz de donde emana el nombre con el que describimos esa “pieza o aparato empleados para sustituir un órgano o un miembro del cuerpo.”
“Del lat. tardío prothĕsis 'adición de un sonido al principio de una palabra', y este del gr. πρόσθεσις prósthesis, alterado por infl. de πρόθεσις, próthesis 'exposición'.”[4]
A base de esta definición podemos concluir que nosotros no somos capaces de alcanzar la meta que Dios ha establecido utilizando nuestras propias fuerzas. No sólo se trata de ser expuestos por Dios a la meta que Él ha designado para nosotros como creyentes, sino que necesitamos una “prothesis” para ello; una “prothesis” celestial.
Cabe aquí preguntarnos de dónde surge ese uso paulino. Hace más de 20 años dedicamos algunas reflexiones de El Heraldo para analizar esto. Compartimos en estas que, para conocer el significado de ese concepto, “propósito” (“prothesis”), debemos ser capaces de entender algunas ideas y conceptos griegos que le dan forma y sentido a este.
Decíamos en la reflexión publicada el 4 de enero de 2004 que el primero de estos es el concepto “tithemi” (G5087). Este concepto griego se utiliza para definir un lugar, una meta o algo que se establece para ser alcanzado. Tenemos que indicar que este concepto es la raíz central de todos los conceptos que vamos a analizar en esta reflexión, incluyendo los conceptos “prothesis” (G4286) y “protithemai” (G4388).
El concepto “tithemi” (G5087) es utilizado en algunas piezas de la literatura griega-clásica para hablar de «traer a un lugar», «colocar, poner, disponer», de modo que esta sea una disposición efectiva que determine la calidad de lo colocado y, por lo tanto, puede significar «establecer», «llevar a un estado específico», «provocar», «instituir» y/o «hacer»[5].
Otros recursos académicos señalan que “tithemi” es utilizado para describir la acción de:
1. Poner, colocar, dar (Mat 5:15; 12:18; 22:44; 27:60; Mcs 4:21; 6:29; 6:56; 10:16; 12:36; 15:47; 16:6; Lcs 5:18; 6:48; 8:16; 11:33; 14:29; 20:43; 23:53; 23:55; Jn 10:11; 10:15; 10:17–18; 11:34; 13:37–38; 15:13; 19:19; 19:41–42; 20:2; 20:13; 20:15; Hch 1:7; 2:35; 3:2; 4:35 y otros).
2. Constituir: (Hch 13:47; 1 Tim 2:7; 2 Tim 1:11; Heb 1:2).
3. Destinar: (Jn 15:16; Rom 4:17; 1 Tes 5:9; 1 Ped 2:8).
4. Guardar, depositar: (Lcs 19:21; Hch 4:3; 5:18, 25; 12:4; 1 Cor 16:2).
5. Presentar, describir.[6]
Resumiendo, “tithemi” es utilizado para describir que algo ha sido puesto, colocado, constituido, destinado, guardado, depositado, presentado o descrito: una meta a alcanzar. En algunos documentos clásicos es utilizado para describir lo que conocemos hoy como un “establishment.” El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento añade a todo esto que el concepto “tithemi” pertenece a un contexto teológico específico que denota la acción de Dios en el pasado, el presente y el futuro.[7] En otras palabras, que pertenece al contexto de la revelación de Dios a través de toda la historia.
Veamos algunos usos de ese concepto:
“17 (como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.” (Rom 4:17)
“33 como está escrito: He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída; Y el que creyere en él, no será avergonzado.” (Rom 9:33)
“9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,” (1 Tes 5:9)
“12 Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, 13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad.” (1 Tim 1:12)
“7 Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.” (1 Tim 2:7)
Repetimos que el Apóstol Pablo utiliza este concepto para describir la obra de Dios.[8]
Ahora bien, los griegos decían que existen varias reacciones posibles frente al “tithemi”; de frente a esto que ha sido establecido como una meta a alcanzar. Una de estas reacciones es “athétesis” (G115), concepto que significa cancelar, abrogar, anular, declarar inválido, abolir, echar a un lado y/o rechazar ese algo que se ha establecido.[9],[10] Un ejemplo del uso de este concepto lo encontramos en la Carta a los Hebreos.
“18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.” (Heb 7:18-19)
O sea, que “athétesis” significa que nosotros podemos rechazar, intentar cancelar o anular, declarar inválido, procurar abrogar o echar a un lado el “tithemi,” la meta que Dios ha establecido.
Otra reacción es “epíthesis” (G1936) y/o “epitíthēmi” (G2007). Estos conceptos pueden ser traducidos como imposición (de manos): Hch 8:18; 1 Tim 4:14; 2 Tim 1:6; Heb 6:2.[11]
“6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición (G1396) de mis manos.” (2 Tim 1:6)
“2 de la doctrina de bautismos, de la imposición (G1396) de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.” (Heb 6:2)
Esto es, que “epíthesis” y “epitíthēmi” son unas reacciones que pueden desarrollarse cuando uno está muy cerca del “tithemi”, de aquello que ha sido colocado o establecido como la meta para ser alcanzada. Esa reacción es la de acercarse a este para tomarlo ya que está muy cerca y es alcanzable. Esto es lo que describen Mateo y Lucas en los Evangelios que llevan su nombre cuando dicen lo siguiente:
“18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon (G2007) tu mano sobre ella, y vivirá.” (Mat 9:18)
“13 Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese (G2007) las manos sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron.” (Mat 19:13)
“4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone (G2007) sobre sus hombros gozoso;” (Lcs 15:5)
Estamos convencidos de que esto fue lo que le sucedió al ladrón que estaba al lado de nuestro Señor en el monte Calvario. Aunque la Biblia no lo dice así directamente, sabemos que a este se le ocurrió hacer “epíthesis” de la oferta-meta de la salvación que tenía frente a sí.
“42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lcs 23:42-43)
O sea, que nosotros podemos reaccionar ante el “tithemi” que Dios ha establecido imponiendo nuestras manos para tomarlo. Claro está, esto es así si estamos lo suficientemente cerca de este para poder hacerlo.
La tercera reacción posible es “metáthesis” (G3331), que significa traslado, cambio, arrebatamiento (Heb 7:12; 11:5; 12:27),[12] ser transportado de forma inmediata, transpuesto, transferido a ese lugar sin tener que pasar trabajo o esfuerzo alguno.[13] El Diccionario Teológico del Nuevo Testamento añade a todo esto que este concepto incluye la transformación o la alteración del transportado. Este recurso cita el caso de Enoc en la Septuaginta (versión de los LXX del Antiguo Testamento),[14] y en la Carta a Los Hebreos.
“24 Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.” (Gén 5:24)
“5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto (G3331), tuvo testimonio de haber agradado a Dios.” (Heb 11:5)
En otras palabras, que podemos ser arrebatados, transportados y transformados en el proceso de ir a alcanzar el “tithemi” que Dios ha dispuesto para los creyentes en Cristo.
En una nota editorial, tenemos que señalar que es interesante el dato de que la Biblia utiliza otro concepto para describir lo que le sucederá a la Iglesia el día en el que ocurra ese arrebatamiento. Pablo lo incluye en unos versos que forman parte de la Primera Carta que le escribió a la iglesia que estaba localizada en Tesalónica.
“16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” (1 Tes 4:16-18)
El concepto griego utilizado aquí es “harpazō” (G726) que significa ser tomado a la fuerza, arrebatar, tomar bajo control,[15] raptar, robar por la fuerza, arrebatar, asir rápidamente (Mat 11:12; 12:29; 13:19; Jn 6:15; 10:28–29; Hch 8:39; 23:10; 2 Cor 12:2; 12:4; 1 Tes 4:17; Jud 23; Apo 12:5).[16],[17] Esta es una de las razones por las que San Jerónimo decidió utilizar el concepto “rapiemur” que en latín significa rapto. En otras palabras, que el mensaje paulino es que la Iglesia del Señor será raptada, tomada a la fuerza para ser llevada a los cielos.
Regresando al concepto “metáthesis”, el mensaje que comunica éste es que podemos ser transportados por el Espíritu de Dios para alcanzar el “tithemi” que Dios ha establecido para los creyentes en Cristo.
Otra forma de reaccionar ante el “tithemi” es “prothesis.” Esto es, la capacidad de caminar hacia ese “algo”, esa meta establecida, haciendo todos los esfuerzos necesarios para alcanzarlo, con la ayuda de Dios. Decíamos en las reflexiones publicadas en enero de 2010 que es muy interesante señalar que casi siempre que Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera encontraron esta palabra en la Biblia (7 de 12 veces en el NT), la tradujeron como propósito. Como hemos dicho anteriormente, también es interesante que éste sea el concepto que se usa para definir esos milagros de la ciencia y la terapia que se usan para ayudarnos a mitigar la pérdida de nuestras capacidades para ambular o poder alcanzar algo. ¿No le parece a usted que es glorioso que Dios haya decidido ponernos una prótesis? (ahora está escrito en español).
Lo que es curioso es que la Biblia contempla que usted y yo necesitábamos una prótesis divina porque el pecado nos había arruinado la capacidad de caminar para alcanzar el “blanco de la soberana vocación”, “la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil 3:14) establecido por Dios. Incapaces usted y yo de poder alcanzar esto, Dios decide ponernos una prótesis en el corazón. Creo que es acerca de esto que reflexiona el salmista cuando dice que sólo el Señor puede ordenar los pasos de los hombres (Sal 37:23).
El Rdo. Díaz Morales dice que la adoración es herramienta para la revelación de Dios a la razón, al corazón y la voluntad. Él añade que la revelación de Dios a nuestra voluntad es capaz de alinearnos con la santidad y los propósitos del Eterno: “conocer a Dios con la voluntad es imitarle en su santidad y en sus propósitos.”
A base de lo antes expuesto en esta reflexión, podemos concluir que la adoración es entonces una herramienta divina que nos invita a ceder nuestra voluntad ante la de nuestro Señor. No sólo esto, sino que esta, la adoración, nos invita a echar a un lado la inclinación a rechazar las metas divinas (“tithemi”), aceptando que necesitamos una “prothesis” celestial. En otras palabras, aceptar que ya no vivimos para nosotros mismos (Rom 14:7-9), que Cristo vive en nosotros (Gál 2:20) y que la aceptación voluntaria de todo esto convierte a aquellos que adoran en instrumentos para dar a conocer a otros el plan de Dios y su “multiforme sabiduría” (Efe 3:10, RV1960).
“10 El propósito de Dios con todo esto fue utilizar a la iglesia para mostrar la amplia variedad de su sabiduría a todos los gobernantes y autoridades invisibles que están en los lugares celestiales. 11 Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. 12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza” (Efe 3:10-12, NTV)
[1] Díaz Morales, Abelardo. Puerto Rico Evangélico, reflexiones. Publicado el 25 de junio de 1916.
[2] Maurer, C. (1964–). τίθημι, ἀθετέω, ἀθέτησις, ἐπιτίθημι, ἐπίθεσις, μετατίθημι, μετάθεσις, παρατίθημι, παραθήκη, [παρακαταθήκη], προτίθημι, πρόθεσις, προστίθημι. In G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 8, p. 165). Eerdmans.
[3] Op. cit., p. 166
[4] https://dle.rae.es/prótesis.
[5] Maurer, C. (1964–). Op. cit., p 152.
[6] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (pp. 936–937). Editorial Mundo Hispano.
[7] Maurer, C. (1964-). Op. cit., p.156.
[8] Op.cit., p. 165.
[9] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software.
[10] Maurer, C. (1964-). Op. cit., p.158.
[11] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 353). Editorial Mundo Hispano.
[12] Tuggy, A. E. (2003). En Lexico griego-español del Nuevo Testamento (p. 613). Editorial Mundo Hispano.
[13] Strong, J. (2009). En A Concise Dictionary of the Words in the Greek Testament and The Hebrew Bible (Vol. 1, p. 47). Logos Bible Software.
[14] Maurer, C.. Op.cit., p.161.
[15] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software.
[16] Tuggy, A. E. (2003). En Léxico griego-español del Nuevo Testamento (pp. 124–125). Editorial Mundo Hispano.
[17] Foerster, W. (1964–). ἁρπάζω, ἁρπαγμός. En G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 1, p. 472). Eerdmans.
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1 Comment
Saludos Obispo Dios le bendiga.
nPara darle seguimiento al protocolo que la iglesia está preparando con relación a los arrestos y deportaciones del gobierno de Trump.muchas gracias y bendiciones