Nota pastoral editorial sobre los actos de apertura de los Juegos Olímpicos París 2024

Nota Pastoral editorial sobre los actos de apertura de los Juegos Olímpicos París 2024:

Este pasado viernes 26 de julio de 2024, el gobierno francés junto al Comité Internacional de los Juegos Olímpicos y en unión con múltiples medios de comunicación del mundo permitieron que se mostraran escenas explícitas y pornográficas, blasfemando y burlando el cristianismo.  Esto fue proyectado al planeta entero como parte de los actos de apertura de los juegos olímpicos de 2024, en la ciudad de París.  Los visuales presentaban a hombres vestidos de mujeres y personas realizando exposiciones deshonestas, junto a una niña pequeña siendo participe de todo lo que sucedía.  En el centro de todo, un actor vestido de Dionisio aparecía como parte de la representación bacanal.  Múltiples bailarines con poses sensuales hacían mofa del cuadro representativo de la Santa Cena de Leonardo Da Vinci. Algunos intentado minimizar el impacto del evento aludieron posteriormente a que los cristianos confundieron esta participación que se supone que aludiera al cuadro “Festin des Dieux” de Jan Harmensz.  Es de todos conocido que los especialistas en comunicación que dirigen estos espectáculos siempre toman en consideración como va a ser recibido su contenido. Los potenciales riesgos e implicaciones de que una programación cause confusión o controversia, no escapa al pensamiento de aquellos quienes diseñan estos eventos.  Aun así, permitieron que esto se proyectara al mundo entero.

Ciertamente estamos viviendo en una época igual sobre la cual Pablo escribió en su carta a los Romanos, en el capítulo 1:24-25 (RVR1960):

“[24]Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, [25] ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”.

Y en el versículo 28 de ese mismo capítulo 1 de la carta a los Romanos (RVR1960):

“[28]Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”.

Se supone que las Olimpiadas sean un espacio de ensoñación, donde todas las naciones de la Tierra envían lo mejor de lo mejor de sus deportistas, para que muestren sus talentos deportivos y compitan por el galardón más grande: el oro. Un espacio donde cada uno tiene la oportunidad de defender la reputación de su país de forma sana, responsable y emocionante.  Cuando se utilizan las Olimpiadas como una plataforma para promover agendas e ideologías satánicas que son todo lo que la Palabra llama pecado, abominación, inmundicia y mentira, sabemos que esta lucha no es contra carne ni sangre, es contra Principados y potestades.

¿Cuál debe ser nuestra respuesta?

Ciertamente no debemos auspiciar ni apoyar estos eventos. Tampoco podemos quedarnos callados y conformarnos con que otro diga, haga o se indigne. No debemos quedarnos de brazos cruzados aceptando todo esto como “bueno” y como que “no hay nada más que hacer”.  Es nuestra responsabilidad como ciudadanos morales y éticos, alzar la voz, llamarle la atención a estas organizaciones y canales de televisión, que permiten estas cosas y estas exhibiciones deshonestas y vergonzosas. Es nuestra responsabilidad asumir posturas y decir “eso está mal”, porque va en contra de todo sentido común, en contra de los valores, en contra de la moral y la ética de una sociedad sana que muestra y practica el respeto mutuo. Por último, es nuestra responsabilidad exigir que estas organizaciones se auto evalúen y tomen medidas para que esto no vuelva a suceder.

Ahora, ¿cuáles deben ser nuestra respuesta como pueblo del Señor, como cuerpo de Cristo?

Es nuestra responsabilidad y nuestro llamado como seguidores de Cristo alzar la voz con LA VERDAD que nos apoya, nos escolta y sostiene; nos toca alzar la voz con LA PALABRA del Señor, que reafirma muchas veces a través del antiguo y nuevo testamento, que estas agendas e ideologías están mal, que ese comportamiento y estilo de vida escogido por estas personas es riesgoso, no es saludable, es pecado y, va en contra del diseño de Dios y de sus propósitos eternos para su creación, para sus hijos, para todo ser.

Es importante también señalar que al asumir estas posturas no estamos rechazando, juzgando ni condenando a los participantes de dicha actividad ni a las comunidades que ellos representan.  Todos son almas de salvación y como dice la escritura, le pertenecen a Dios.

Salmos 24:1 (RVR1960):
“[1]De Jehová es la tierra y su plenitud. El mundo y los que en él habitan.”

Nos toca clamar por ellos para que conozcan a Dios, sean alcanzados por su gracia y alcancen salvación a través de Cristo.  Como dice la escritura,
con cuerdas de amor Dios les puede atraer (Oseas 11:4).

Por último, es necesario como pueblo del Señor hacer introspección y evaluarnos como cristianos también. ¿Estamos modelando a Cristo? Nuestras acciones, comportamientos, conversaciones, relaciones, lo que buscamos para entretenernos, nuestras pasiones y anhelos, nuestra vida misma, ¿modelan a Cristo y tienen al Señor como único Rey? Lo que le estamos enseñando a nuestros hijos y permitiéndoles ver y hacer, ¿testifica de Cristo y de su santidad, la verdad, su pureza y su gloria? ¿Estamos verdaderamente viviendo y obedeciendo lo que dice la Palabra en 1 Pedro 2:9 (RVR1960): “[9] Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;”?

Necesitamos regresar al Señor y necesitamos permitir que El vuelva a ser el centro de absolutamente todo lo que somos. Varios textos bíblicos que hablan acerca de esto:

Romanos 6:23 (RVR1960):
“[23] Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Romanos 12:1-2 (RVR1960):
“[1] Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. [2] No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Salmos 139:23-24 (RVR1960):
“[23] Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; [24] Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.”

Salmos 24:3-6 (RVR1960):
“[3] ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? [4] El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. [5] Él recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación. [6] Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah”

Necesitamos ser parte de esa generación con manos limpias y corazón puro, que pueda subir al monte de Jehová y verle cara a cara. Necesitamos conocer al Señor de cerca, que Él sea el centro de absolutamente todo lo que somos. Necesitamos ser la generación que busca el rostro del Señor.