October 13th, 2024
974 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 13 de octubre del 2024
Celebremos el don inefable que nos ha dado Dios
“12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; 14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Cor 9:12-15, RV 1960)
Hoy comenzamos la celebración del cuadragésimo sexto aniversario institucional de nuestra iglesia. Es cierto que la Iglesia AMEC: Casa de alabanza nació hace casi 60 años desde el corazón de Dios. No obstante, nuestra vida institucional fue gestada en el año 1978. Decidimos hacer nuestra la fecha de esa gesta institucional como la fecha para celebrar. Esto es, el momento en el que fuimos registrados e incorporados en el Departamento de Estado del gobierno de P.R. como una Iglesia y registrados en el Departamento de Hacienda como una comunidad de fe sin fines de lucro. En ese año trascendimos de las labores misioneras, de evangelización y de apoyo espiritual a los necesitados para comenzar a operar como parte del Cuerpo de Cristo en P.R. y en el Caribe.
La ruta trazada por Dios para nosotros como iglesia ha sido intensamente gloriosa y gloriosamente intensa. Hemos visto la mano del Señor salvando miles de vidas, realizando milagros, prodigios, reconstruyendo y reconciliando familias. Hemos visto a Dios abriendo puertas, supliendo todo lo que hemos necesitado y proveyendo el alimento espiritual que necesitan nuestras almas. Hemos sido testigos de centenares de favores no merecidos. Uno de estos, un proceso de aprendizaje intenso para procurar ser capaces de ser buenos mayordomos de todo aquello que el Señor nos ha hecho responsables. Otra, ser aceptados por Iglesias históricas, Pentecostales y no-afiliadas como colaboradores juntamente con estas en las labores cristianas eclesiásticas y académicas que el Señor nos ha encomendado. ¡A Dios sea toda la gloria! ¡Reciba Él nuestras expresiones de gratitud por su don inefable! (2 Cor 9:15).
Recordamos nuestra historia con mucha humildad y con un profundo sentido de gratitud a Dios. Es Dios quien nos ha concedido el privilegio de servir como iglesia, como comunidad de fe, como familia de la fe y como parte del Cuerpo de Cristo. Reiteramos lo que dice Pablo en la Segunda Carta a los Corintios considerando que nuestras pequeñas contribuciones al Cuerpo de Cristo son “un servicio sagrado” (2 Cor 9:12a, NVI) que Dios nos concede el privilegio de realizar.
No podemos continuar sin detenernos a dar gracias a Dios por la vida del Rdo. Jacinto Esquilín Robles, nuestro Pastor Fundador. Así también por todos aquellos obreros de la primera milla que creyeron en las promesas que Dios les hizo y supieron aguardar con paciencia por el cumplimiento de estas.
La celebración de este año se viste de otras galas. Esta celebración también proclama que estamos entrando a una nueva etapa y a nuevas dimensiones en nuestra vida congregacional. Hemos recibido de parte del cielo que nos adentramos en el campo de momentos proféticos nunca antes vistos en la vida de nuestra iglesia. Oramos para que el Señor nos permita mantenernos “obedeciendo la Buenas Noticias de Cristo” (2 Cor 9:13b, NTV) y que esto provoque que puedan dar gracias a Dios todos aquellos a quienes hemos sido llamados a servir.
Además, la celebración de este aniversario servirá para participar y ser testigos de un evento histórico: la consagración de un nuevo Pastor Rector para nuestra Iglesia: el Rdo. Mizraim Ezer Esquilín Carrero. El Pastor MJ será consagrado el sábado 19 del mes en curso para servir como el tercer siervo del Señor al que Dios le concede este honor.[1] ¡Gracias a Dios por su don inefable!
Este proceso de transición ha sido uno glorioso, extenso y muy pedagógico. Dios nos ha dado gracia, sabiduría y dirección para realizarlo mientras lo disfrutamos. Esto ha sido así porque hemos orado e intercedido por todo esto con tesón, temor y temblor. Damos gracias a Dios porque Él no ha escatimado en utilizar cada evento y cada etapa para educarnos y aleccionarnos. ¡Gracias a Dios por su don inefable!
La primera etapa de este proceso comenzó hace diez años cuando comenzamos a identificar candidatos para esta transición. Una parte fundamental de esta etapa era la necesidad de exponer a estos candidatos a diferentes áreas de servicio y administrativas de nuestra iglesia, al mismo tiempo que los acompañábamos en los procesos profesionales y educativos que estos desarrollaban entonces. La educación teológica graduada formaba parte de todos estos esfuerzos. Además, les invitamos a ser pastores asociados de nuestra iglesia.
La gloria de Dios fue palpable en todos estos procesos y es por esto que repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable. Los niveles de compromiso de todos ellos han sido dignos de admiración y de encomio. Esto es mucho más significativo cuando consideramos que ninguno de ellos conocía abiertamente acerca de la finalidad que procuraban todos estos procesos.
En la segunda etapa se identificó al candidato que el Señor había designado para esta tarea. Aunque sabíamos que el Señor le había escogido desde mucho antes para esta labor, no queríamos exponernos y pecar de irresponsables ante los reclamos de Dios. Recordemos que Dios nunca nos obliga a tomar las decisiones que nosotros tomamos. Nuestra voluntad es siempre una variable que posee mucho peso en todos estos procesos.
Los procesos para la preparación de este candidato tenían que estar acompañados por el desarrollo de varios escenarios. Uno de estos fue convertirlo en el adiestrador de los líderes existentes en nuestra iglesia, así como de los incipientes. Él tendría el honor de capacitar y adiestrar a todo el liderato prospectivo de nuestra iglesia. Anotamos que este programa de capacitación, así como los esfuerzos conjuntos que desarrollamos con el Seminario Teológico Gordon Conwell, son capitaneados en la actualidad por AMEC Academy. Ese ministerio es dirigido por el Rdo. Samuel J. Esquilín.
Otro escenario fue ver al candidato seleccionado incursionar en las plataformas de comunicaciones cibernéticas que nuestra iglesia posee y administra. Esa incursión permitió que la iglesia pudiera comenzar a conocer parte de la perspectiva bíblica y pastoral que él posee.
Junto a esto necesitábamos comenzar a exponer a la iglesia a cambios y variaciones en los programas de predicación, de capacitación y de nuestras celebraciones. Nuestra iglesia debía comenzar a ser expuesta a recibir en el altar a otras de nuestras figuras pastorales y hacerlo cada vez con más frecuencia. Esto ayudaría a que la iglesia se acostumbrara poco a poco a otros estilos y modelos pastorales.
Esta etapa fue catapultada por el Espíritu Santo con la llegada del huracán María, de los temblores de tierra y la pandemia provocada por el COVID-19. Dios utilizó todos estos escenarios para posicionar a los miembros del equipo pastoral y a los ancianos de la iglesia en lugares exclusivos del corazón de nuestra congregación. Dios utilizó en estos escenarios al nuevo grupo de líderes de nuestra iglesia como nunca lo hubiésemos imaginado. Repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable.
La incursión del equipo pastoral en la vida de las comunicaciones de nuestra iglesia fue vital en esta segunda etapa. ¡A Dios sea toda la gloria! La entrega, el compromiso y la consagración de estos grupos fue una pieza clave para el desarrollo de otros escenarios de trabajo y dimensiones de servicio de nuestra congregación, así como para abrirnos las puertas para servir en rincones del planeta que Dios había dicho que habríamos de alcanzar. Es por esto que repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable.
La tercera etapa de este proceso de transición requirió el desarrollo de dos eventos significativos e importantes. Uno de estos, orar para que el Señor convenciera al candidato identificado para venir a trabajar a tiempo completo a nuestra iglesia. En este caso, ocupando el cargo de Pastor Ejecutivo[2], una posición que por muchos años ocupó el siempre recordado Rdo. Francisco J. Parrilla Sánchez (Pastor Franky). El otro evento, ensamblar y capacitar un Comité de Transición para dirigir la última parte de este proceso.
Este comité fue convocado en el mes de noviembre del año 2022. Este equipo de trabajo ha desarrollado una labor encomiable gestando acercamientos al liderato de la iglesia así como a los laicos. Esta labor ha sido realizada de manera formal e informal y lo han realizado respondiendo preguntas y desarrollando análisis de las estructuras y la composición de nuestra iglesia. Además, se han ocupado de trabajar con las familias pastorales impactadas con esta transición. Damos gracias al Señor por el privilegio de poder contar con siervos del Señor con este nivel de compromiso con la obra que nos ha encomendado el Eterno. ¡Gracias a Dios por su don inefable!
El Comité de Transición está compuesto por representantes del laicado de la iglesia, así como miembros del equipo pastoral y de nuestra junta de síndicos. Estos son:
Una parte importante de esta última etapa ha sido ir desarrollando un proceso gradual de “entrada y salida” (“shadowing”) del Pastor Rector actual y del nuevo Pastor Rector. Este proceso ha permitido que el proceso de la salida y la entrada de ambos pastores sea uno gradual. Además, el Pastor Rector entrante necesitaba este tiempo para poder ser expuesto a todos los procesos administrativos y de toma de decisiones que se desarrollan en nuestra iglesia. Esto ha incluido ocupar una silla en la Junta de Síndicos de nuestra Iglesia; con voz y voto. Creemos que este proceso también ha sido uno saludable y esta es otra razón por la que damos gracias a Dios por su don inefable.
Oremos e intercedamos intensamente por nuestro nuevo Pastor Rector para que el Señor le continúe cubriendo con la gracia y la sabiduría que ha demostrado haber recibido. Así también oremos por su esposa Aleisa Ginés y por sus hijos Ariana E. y Adiel E. Pidamos al Señor que los continúe cubriendo con Su amor y les continúe utilizando en medio nuestro como Él ha decidido hacerlo.
Aprovechamos la ocasión para informar que el Pastor Rector saliente procederá a convertirse en el Obispo de nuestra organización, una posición que también es descrita como el Pastor General de todos los ministerios y las obras de nuestra Iglesia.
Como parte de esas nuevas responsabilidades él tendrá a su cargo el desarrollo de la Fraternidad de Iglesias Casa de Alabanza. Esta organización no es un concilio ni una denominación. Esta fraternidad tiene como objetivo procurar estrechar lazos de amistad y de colaboración con otras congregaciones. La misma servirá como un instrumento para prestar servicios a todas aquellas iglesias que deseen que les ayudemos en sus procesos educativos, teológicos y de servicio. Esto, mientras estas mantienen sus identidades como iglesias y el desarrollo de sus responsabilidades como comunidades de fe.
Además, el Pastor Rector saliente tiene la responsabilidad de escribir y publicar su pensamiento teológico y pastoral. Entendemos que esta contribución podrá convertirse en los “dos centavos” que el Señor le requiere poner sobre las mesas de trabajo de la Iglesia hispana.
En tercer y último lugar, el Pastor Rector saliente ampliará el programa de mentoría y de educación al que el Señor le ha llamado. Invitamos a cada uno de los lectores a acompañarle en oración e intercesión a él, a su esposa Edith y a todos los suyos para que el Todopoderoso se glorifique en todos estos escenarios.
Estas son solo algunas de las razones por las que vamos a celebrar durante toda esta semana. Hay muchas otras por las que estaremos bendiciendo y dando gracias a Dios durante toda esta semana de celebraciones y de fiestas. Sería un gran error de querer mencionarlas todas. No obstante, hacemos un alto para celebrar la vida y el compromiso de todos los líderes de los ministerios que Dios ha desarrollado en medio nuestro. Dios los ha utilizado con poder, sabiduría y gracia para provocar que pudiéramos llegar hasta aquí.
Valga una mención muy especial para el Pastor Administrador de nuestra iglesia, el Rdo. Ernesto Vélez Ortiz. Su sabiduría, tesón, compromiso y entrega nos conducen a dar gracias a Dios por su don inefable manifestado a través de la vida del Pastor Ernestito. Así también a los miembros de la Junta de Síndicos de nuestra iglesia. Es encomiable verlos exhibir la capacidad que tienen para el trabajo, para creerle a Dios y para desarrollar modelos y sistemas que honran al Señor con procesos que procuran una sana mayordomía.
Es muy interesante la frase que Pablo utiliza en el verso final de la porción bíblica que aparece en el epígrafe de esta reflexión: el don inefable de Dios. Sabemos que el concepto castellano inefable proviene del latín “ineffabĭlis”, que literalmente significa indecible o que no se puede explicar con palabras. Esta es la traducción del concepto griego “anekdiēgētos” (G411), que significa indescriptible. Estamos convencidos de que no hay muchos conceptos humanos que puedan recoger nuestras reacciones ante todo lo maravilloso y majestuoso que Dios ha hecho entre nosotros durante todos estos años. Sin duda alguna que este es uno de esos pocos.
El Señor ha sido más que bueno con el equipo pastoral con el que nos ha bendecido. El cuerpo pastoral de esta casa honra a Dios y es un testimonio fehaciente del carácter inefable del don de Dios.
El Señor ha sido más que bueno con nosotros con la niñez que nos ha entregado y con los ministerios que la educan y dirigen. La gracia de Dios manifestada en todos los grupos que componen la juventud de nuestra iglesia es inenarrable e inexpresable. Son indecibles e impronunciables las dimensiones de la presencia del Señor que experimentamos ante la ofrenda de adoración que levantan los miembros de los equipos de música, canción, sonido, multimedia y transmisión de la programación.
Es inexpresable e indecible el gozo que experimentamos con las labores que desarrollan los ministerios de educación, discipulado, capacitación y de servicio (Capellanes, Ministerio Esteban, Acción Social, el Centro de Consejería y la Fundación Forjadores de Esperanza) de nuestra iglesia. Hermanos en muchas partes del mundo han estado siendo bendecidos con varios de estos ministerios.
Ha sido sublime y divino ver en acción los ministerios de los diáconos, los ujieres, el personal que conduce labores en el estacionamiento, en la preparación y distribución de alimentos, en las oficinas y en el mantenimiento de nuestras facilidades.
Ha sido maravilloso el mover de Dios en el desarrollo de los proyectos de misiones y de evangelización. Así mismo en los ministerios familiares; los matrimonios, la tercera edad, las mujeres de fe y los hombres de impacto. Así también cada uno de los gremios de nuestra iglesia.
Por último y no menos importante, damos gracias a Dios por el ministerio de la Librería CDA y por el grupo de voluntarios que la asisten. Sin duda alguna que este ministerio se ha posicionado como un indispensable para el quehacer educativo y pastoral de nuestra congregación.
Hemos recibido de parte del Señor que los próximos años serán gloriosos, intensos y en nada aburridos. El nuevo Pastor Rector ha estado presentando la hoja de ruta que ha recibido de Dios para los próximos cinco (5) años. Próximamente lo dará a conocer a la congregación y al país. Oremos e intercedamos por esa agenda de fe y de la gracia de Dios.
Por último, sabemos que el Señor nos permitirá caminar juntos mientras Él va delante de nosotros como poderoso gigante (Jer 20:11). Sin duda alguna que esto nos provocará a continuar exclamando: ¡Gracias a Dios por su don inefable!
[1] El primer Pastor Rector fue el Rdo. Jacinto Esquilín Robles, Pastor Fundador de nuestra iglesia. El segundo es el Pastor Rector actual: el Rdo. Mizraim Esquilín García.
[2] Jefe del personal (Chief of Staff).
Celebremos el don inefable que nos ha dado Dios
“12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a Dios; 13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; 14 asimismo en la oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en vosotros. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Cor 9:12-15, RV 1960)
Hoy comenzamos la celebración del cuadragésimo sexto aniversario institucional de nuestra iglesia. Es cierto que la Iglesia AMEC: Casa de alabanza nació hace casi 60 años desde el corazón de Dios. No obstante, nuestra vida institucional fue gestada en el año 1978. Decidimos hacer nuestra la fecha de esa gesta institucional como la fecha para celebrar. Esto es, el momento en el que fuimos registrados e incorporados en el Departamento de Estado del gobierno de P.R. como una Iglesia y registrados en el Departamento de Hacienda como una comunidad de fe sin fines de lucro. En ese año trascendimos de las labores misioneras, de evangelización y de apoyo espiritual a los necesitados para comenzar a operar como parte del Cuerpo de Cristo en P.R. y en el Caribe.
La ruta trazada por Dios para nosotros como iglesia ha sido intensamente gloriosa y gloriosamente intensa. Hemos visto la mano del Señor salvando miles de vidas, realizando milagros, prodigios, reconstruyendo y reconciliando familias. Hemos visto a Dios abriendo puertas, supliendo todo lo que hemos necesitado y proveyendo el alimento espiritual que necesitan nuestras almas. Hemos sido testigos de centenares de favores no merecidos. Uno de estos, un proceso de aprendizaje intenso para procurar ser capaces de ser buenos mayordomos de todo aquello que el Señor nos ha hecho responsables. Otra, ser aceptados por Iglesias históricas, Pentecostales y no-afiliadas como colaboradores juntamente con estas en las labores cristianas eclesiásticas y académicas que el Señor nos ha encomendado. ¡A Dios sea toda la gloria! ¡Reciba Él nuestras expresiones de gratitud por su don inefable! (2 Cor 9:15).
Recordamos nuestra historia con mucha humildad y con un profundo sentido de gratitud a Dios. Es Dios quien nos ha concedido el privilegio de servir como iglesia, como comunidad de fe, como familia de la fe y como parte del Cuerpo de Cristo. Reiteramos lo que dice Pablo en la Segunda Carta a los Corintios considerando que nuestras pequeñas contribuciones al Cuerpo de Cristo son “un servicio sagrado” (2 Cor 9:12a, NVI) que Dios nos concede el privilegio de realizar.
No podemos continuar sin detenernos a dar gracias a Dios por la vida del Rdo. Jacinto Esquilín Robles, nuestro Pastor Fundador. Así también por todos aquellos obreros de la primera milla que creyeron en las promesas que Dios les hizo y supieron aguardar con paciencia por el cumplimiento de estas.
La celebración de este año se viste de otras galas. Esta celebración también proclama que estamos entrando a una nueva etapa y a nuevas dimensiones en nuestra vida congregacional. Hemos recibido de parte del cielo que nos adentramos en el campo de momentos proféticos nunca antes vistos en la vida de nuestra iglesia. Oramos para que el Señor nos permita mantenernos “obedeciendo la Buenas Noticias de Cristo” (2 Cor 9:13b, NTV) y que esto provoque que puedan dar gracias a Dios todos aquellos a quienes hemos sido llamados a servir.
Además, la celebración de este aniversario servirá para participar y ser testigos de un evento histórico: la consagración de un nuevo Pastor Rector para nuestra Iglesia: el Rdo. Mizraim Ezer Esquilín Carrero. El Pastor MJ será consagrado el sábado 19 del mes en curso para servir como el tercer siervo del Señor al que Dios le concede este honor.[1] ¡Gracias a Dios por su don inefable!
Este proceso de transición ha sido uno glorioso, extenso y muy pedagógico. Dios nos ha dado gracia, sabiduría y dirección para realizarlo mientras lo disfrutamos. Esto ha sido así porque hemos orado e intercedido por todo esto con tesón, temor y temblor. Damos gracias a Dios porque Él no ha escatimado en utilizar cada evento y cada etapa para educarnos y aleccionarnos. ¡Gracias a Dios por su don inefable!
La primera etapa de este proceso comenzó hace diez años cuando comenzamos a identificar candidatos para esta transición. Una parte fundamental de esta etapa era la necesidad de exponer a estos candidatos a diferentes áreas de servicio y administrativas de nuestra iglesia, al mismo tiempo que los acompañábamos en los procesos profesionales y educativos que estos desarrollaban entonces. La educación teológica graduada formaba parte de todos estos esfuerzos. Además, les invitamos a ser pastores asociados de nuestra iglesia.
La gloria de Dios fue palpable en todos estos procesos y es por esto que repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable. Los niveles de compromiso de todos ellos han sido dignos de admiración y de encomio. Esto es mucho más significativo cuando consideramos que ninguno de ellos conocía abiertamente acerca de la finalidad que procuraban todos estos procesos.
En la segunda etapa se identificó al candidato que el Señor había designado para esta tarea. Aunque sabíamos que el Señor le había escogido desde mucho antes para esta labor, no queríamos exponernos y pecar de irresponsables ante los reclamos de Dios. Recordemos que Dios nunca nos obliga a tomar las decisiones que nosotros tomamos. Nuestra voluntad es siempre una variable que posee mucho peso en todos estos procesos.
Los procesos para la preparación de este candidato tenían que estar acompañados por el desarrollo de varios escenarios. Uno de estos fue convertirlo en el adiestrador de los líderes existentes en nuestra iglesia, así como de los incipientes. Él tendría el honor de capacitar y adiestrar a todo el liderato prospectivo de nuestra iglesia. Anotamos que este programa de capacitación, así como los esfuerzos conjuntos que desarrollamos con el Seminario Teológico Gordon Conwell, son capitaneados en la actualidad por AMEC Academy. Ese ministerio es dirigido por el Rdo. Samuel J. Esquilín.
Otro escenario fue ver al candidato seleccionado incursionar en las plataformas de comunicaciones cibernéticas que nuestra iglesia posee y administra. Esa incursión permitió que la iglesia pudiera comenzar a conocer parte de la perspectiva bíblica y pastoral que él posee.
Junto a esto necesitábamos comenzar a exponer a la iglesia a cambios y variaciones en los programas de predicación, de capacitación y de nuestras celebraciones. Nuestra iglesia debía comenzar a ser expuesta a recibir en el altar a otras de nuestras figuras pastorales y hacerlo cada vez con más frecuencia. Esto ayudaría a que la iglesia se acostumbrara poco a poco a otros estilos y modelos pastorales.
Esta etapa fue catapultada por el Espíritu Santo con la llegada del huracán María, de los temblores de tierra y la pandemia provocada por el COVID-19. Dios utilizó todos estos escenarios para posicionar a los miembros del equipo pastoral y a los ancianos de la iglesia en lugares exclusivos del corazón de nuestra congregación. Dios utilizó en estos escenarios al nuevo grupo de líderes de nuestra iglesia como nunca lo hubiésemos imaginado. Repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable.
La incursión del equipo pastoral en la vida de las comunicaciones de nuestra iglesia fue vital en esta segunda etapa. ¡A Dios sea toda la gloria! La entrega, el compromiso y la consagración de estos grupos fue una pieza clave para el desarrollo de otros escenarios de trabajo y dimensiones de servicio de nuestra congregación, así como para abrirnos las puertas para servir en rincones del planeta que Dios había dicho que habríamos de alcanzar. Es por esto que repetimos que tenemos que darle gracias a Dios por su don inefable.
La tercera etapa de este proceso de transición requirió el desarrollo de dos eventos significativos e importantes. Uno de estos, orar para que el Señor convenciera al candidato identificado para venir a trabajar a tiempo completo a nuestra iglesia. En este caso, ocupando el cargo de Pastor Ejecutivo[2], una posición que por muchos años ocupó el siempre recordado Rdo. Francisco J. Parrilla Sánchez (Pastor Franky). El otro evento, ensamblar y capacitar un Comité de Transición para dirigir la última parte de este proceso.
Este comité fue convocado en el mes de noviembre del año 2022. Este equipo de trabajo ha desarrollado una labor encomiable gestando acercamientos al liderato de la iglesia así como a los laicos. Esta labor ha sido realizada de manera formal e informal y lo han realizado respondiendo preguntas y desarrollando análisis de las estructuras y la composición de nuestra iglesia. Además, se han ocupado de trabajar con las familias pastorales impactadas con esta transición. Damos gracias al Señor por el privilegio de poder contar con siervos del Señor con este nivel de compromiso con la obra que nos ha encomendado el Eterno. ¡Gracias a Dios por su don inefable!
El Comité de Transición está compuesto por representantes del laicado de la iglesia, así como miembros del equipo pastoral y de nuestra junta de síndicos. Estos son:
Rdo. Dr. Nicolás Rosario (presidente), Hon. Erick V. Kolthoff, Melanie Grandoné, Luis R. Morales, Dr. Carlos Velázquez, Hon. Myrna E. Ayala, Rda. Shirley M. Esquilín, Dr. José L. Nin (presidente Junta de Síndicos), Lcdo. Fernando Font, Rdo. Dr. Manuel A. Anguita, y Rdo. Ernesto Vélez Ortiz.
Una parte importante de esta última etapa ha sido ir desarrollando un proceso gradual de “entrada y salida” (“shadowing”) del Pastor Rector actual y del nuevo Pastor Rector. Este proceso ha permitido que el proceso de la salida y la entrada de ambos pastores sea uno gradual. Además, el Pastor Rector entrante necesitaba este tiempo para poder ser expuesto a todos los procesos administrativos y de toma de decisiones que se desarrollan en nuestra iglesia. Esto ha incluido ocupar una silla en la Junta de Síndicos de nuestra Iglesia; con voz y voto. Creemos que este proceso también ha sido uno saludable y esta es otra razón por la que damos gracias a Dios por su don inefable.
Oremos e intercedamos intensamente por nuestro nuevo Pastor Rector para que el Señor le continúe cubriendo con la gracia y la sabiduría que ha demostrado haber recibido. Así también oremos por su esposa Aleisa Ginés y por sus hijos Ariana E. y Adiel E. Pidamos al Señor que los continúe cubriendo con Su amor y les continúe utilizando en medio nuestro como Él ha decidido hacerlo.
Aprovechamos la ocasión para informar que el Pastor Rector saliente procederá a convertirse en el Obispo de nuestra organización, una posición que también es descrita como el Pastor General de todos los ministerios y las obras de nuestra Iglesia.
Como parte de esas nuevas responsabilidades él tendrá a su cargo el desarrollo de la Fraternidad de Iglesias Casa de Alabanza. Esta organización no es un concilio ni una denominación. Esta fraternidad tiene como objetivo procurar estrechar lazos de amistad y de colaboración con otras congregaciones. La misma servirá como un instrumento para prestar servicios a todas aquellas iglesias que deseen que les ayudemos en sus procesos educativos, teológicos y de servicio. Esto, mientras estas mantienen sus identidades como iglesias y el desarrollo de sus responsabilidades como comunidades de fe.
Además, el Pastor Rector saliente tiene la responsabilidad de escribir y publicar su pensamiento teológico y pastoral. Entendemos que esta contribución podrá convertirse en los “dos centavos” que el Señor le requiere poner sobre las mesas de trabajo de la Iglesia hispana.
En tercer y último lugar, el Pastor Rector saliente ampliará el programa de mentoría y de educación al que el Señor le ha llamado. Invitamos a cada uno de los lectores a acompañarle en oración e intercesión a él, a su esposa Edith y a todos los suyos para que el Todopoderoso se glorifique en todos estos escenarios.
Estas son solo algunas de las razones por las que vamos a celebrar durante toda esta semana. Hay muchas otras por las que estaremos bendiciendo y dando gracias a Dios durante toda esta semana de celebraciones y de fiestas. Sería un gran error de querer mencionarlas todas. No obstante, hacemos un alto para celebrar la vida y el compromiso de todos los líderes de los ministerios que Dios ha desarrollado en medio nuestro. Dios los ha utilizado con poder, sabiduría y gracia para provocar que pudiéramos llegar hasta aquí.
Valga una mención muy especial para el Pastor Administrador de nuestra iglesia, el Rdo. Ernesto Vélez Ortiz. Su sabiduría, tesón, compromiso y entrega nos conducen a dar gracias a Dios por su don inefable manifestado a través de la vida del Pastor Ernestito. Así también a los miembros de la Junta de Síndicos de nuestra iglesia. Es encomiable verlos exhibir la capacidad que tienen para el trabajo, para creerle a Dios y para desarrollar modelos y sistemas que honran al Señor con procesos que procuran una sana mayordomía.
Es muy interesante la frase que Pablo utiliza en el verso final de la porción bíblica que aparece en el epígrafe de esta reflexión: el don inefable de Dios. Sabemos que el concepto castellano inefable proviene del latín “ineffabĭlis”, que literalmente significa indecible o que no se puede explicar con palabras. Esta es la traducción del concepto griego “anekdiēgētos” (G411), que significa indescriptible. Estamos convencidos de que no hay muchos conceptos humanos que puedan recoger nuestras reacciones ante todo lo maravilloso y majestuoso que Dios ha hecho entre nosotros durante todos estos años. Sin duda alguna que este es uno de esos pocos.
El Señor ha sido más que bueno con el equipo pastoral con el que nos ha bendecido. El cuerpo pastoral de esta casa honra a Dios y es un testimonio fehaciente del carácter inefable del don de Dios.
El Señor ha sido más que bueno con nosotros con la niñez que nos ha entregado y con los ministerios que la educan y dirigen. La gracia de Dios manifestada en todos los grupos que componen la juventud de nuestra iglesia es inenarrable e inexpresable. Son indecibles e impronunciables las dimensiones de la presencia del Señor que experimentamos ante la ofrenda de adoración que levantan los miembros de los equipos de música, canción, sonido, multimedia y transmisión de la programación.
Es inexpresable e indecible el gozo que experimentamos con las labores que desarrollan los ministerios de educación, discipulado, capacitación y de servicio (Capellanes, Ministerio Esteban, Acción Social, el Centro de Consejería y la Fundación Forjadores de Esperanza) de nuestra iglesia. Hermanos en muchas partes del mundo han estado siendo bendecidos con varios de estos ministerios.
Ha sido sublime y divino ver en acción los ministerios de los diáconos, los ujieres, el personal que conduce labores en el estacionamiento, en la preparación y distribución de alimentos, en las oficinas y en el mantenimiento de nuestras facilidades.
Ha sido maravilloso el mover de Dios en el desarrollo de los proyectos de misiones y de evangelización. Así mismo en los ministerios familiares; los matrimonios, la tercera edad, las mujeres de fe y los hombres de impacto. Así también cada uno de los gremios de nuestra iglesia.
Por último y no menos importante, damos gracias a Dios por el ministerio de la Librería CDA y por el grupo de voluntarios que la asisten. Sin duda alguna que este ministerio se ha posicionado como un indispensable para el quehacer educativo y pastoral de nuestra congregación.
Hemos recibido de parte del Señor que los próximos años serán gloriosos, intensos y en nada aburridos. El nuevo Pastor Rector ha estado presentando la hoja de ruta que ha recibido de Dios para los próximos cinco (5) años. Próximamente lo dará a conocer a la congregación y al país. Oremos e intercedamos por esa agenda de fe y de la gracia de Dios.
Por último, sabemos que el Señor nos permitirá caminar juntos mientras Él va delante de nosotros como poderoso gigante (Jer 20:11). Sin duda alguna que esto nos provocará a continuar exclamando: ¡Gracias a Dios por su don inefable!
[1] El primer Pastor Rector fue el Rdo. Jacinto Esquilín Robles, Pastor Fundador de nuestra iglesia. El segundo es el Pastor Rector actual: el Rdo. Mizraim Esquilín García.
[2] Jefe del personal (Chief of Staff).
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2023
January
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February
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March
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April
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AUTOR: MIZRAIM ESQUILIN GARCIA
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