881 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 1 de enero 2023

881 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 1 de enero 2023
Entrando a un nuevo año
 
Ha concluido el año 2022; un año muy intenso, y al mismo tiempo, uno en el que vivimos la intervención constante de la mano misericordiosa y poderosa de nuestra Señor. Sin duda alguna afirmamos que han quedado grabados en nuestras mentes los milagros y los prodigios que nuestro Señor y Salvador nos prodigó en el año que acaba de concluir. Así mismo, los testimonios de sus cuidados, de su protección y de su provisión en tiempos de dificultad y de grandes pérdidas.

El año que acaba de concluir nos permitió ver el desarrollo de la fase inicial de los gremios de trabajo. Esta es una variante del modelo de los grupos pequeños, pero enfocado en áreas de trabajo, de servicio y/o de profesión. Algunos de estos grupos trascendieron las “fronteras de nuestra Iglesia” y se extendieron a miembros de otras congregaciones hermanas. El trabajo del ministerio de discipulado vio cómo el Señor les permitía no ser escasos y “ensanchar el sitio de su tienda” y las cortinas de sus habitaciones (Isa 54:2) para discipular y bautizar hermanos y hermanas de otras regiones del planeta. Un tanto así le ocurrió al ministerio de capellanía, al punto que su ceremonia de graduación más reciente requirió la presencia virtual de algunos de los hermanos que fueron adiestrados en este programa.

El despertar de la juventud, el avivamiento que Dios ha estado desatando sobre todos y cada uno de sus grupos, merece una mención especial. Sus corazones están dispuestos para adorar y servir al Señor. El compromiso exhibido por ellos en las artes, en la música y en el deseo de compartir con sus pares lo que Dios ha estado haciendo con ellos es un testimonio extraordinario. De hecho, nuestros jóvenes se están posicionando para alcanzar dirigir la mayoría de los esfuerzos ministeriales de nuestra organización.

Así también ha ocurrido con la Iglesia de la niñez y los ministerios de educación que se encargan de preparar a los más chicos. Los logros conseguidos por estos ministerios durante los últimos 12 meses nos obligan a caer de rodillas dando gracias al Señor. Recordemos que regresar a las actividades presenciales retó muchos escenarios de nuestra iglesia. Aun así, de los informes de trabajo se desprende que una asistencia semanal promedio de 350 niños (as) a esas escuelas bíblicas representa 1400 hijos de las familias de nuestra iglesia que reciben mensualmente el pan de la enseñanza bíblica.

El desarrollo de la intranet de la Iglesia AMEC comenzó a posicionarse como una herramienta de trabajo valiosísima para el desarrollo y la consecución de las metas que Dios nos ha delineado para el año que apenas comienza. Hay mucho más que podemos añadir aquí. Esto incluye las actividades para el cuidado pastoral de pastores de todo Puerto Rico. En una de estas reuniones nos concedieron el privilegio de compartir con más de 800 pastores de todo el país. ¡A Dios sea la gloria por permitirnos colocar “los dos centavos” que nos correspondía poner allí! No obstante, tenemos que hacer un alto para reconocer a los líderes y los miembros de los equipos que conforman todos estos ministerios. El nivel de compromiso exhibido por cada uno de ellos no tiene parangón. A Dios sea la gloria por lo que Él ha hecho a través de ellos.

Ahora bien, hay algunas preguntas que pululan en nuestras mentes de cara a la entrada, al inicio   de un nuevo año. Compartimos algunas de estas preguntas en una de nuestras reflexiones semanales más recuentes. Nos preguntábamos allí ¿cuál es la agenda de Dios para nuestras vidas en este nuevo año, para nuestras familias, para nuestra Iglesia y para nuestro país? ¿Cómo podemos tener acceso a ella? ¿Cómo podemos hacer realidad esa agenda en nuestras vidas?

La agenda de Dios para nuestra iglesia y para nuestras familias ha sido delineada por el Señor siguiendo la ruta que establece el capítulo 49 del libro del profeta Isaías. Tendremos muchas oportunidades para revisarla y asegurar que no nos apartamos del plan de trabajo descrito allí. Dentro de sus puntos más importantes encontramos el énfasis evangelístico y misionero; el anuncio que todo el mundo debe escuchar de nuestros labios (Isa 49:1-2). Otro punto es la autoridad que Dios nos confiere para hacer esto mediante las transformaciones que Dios está operando en nosotros (vv. 2-5). Añadimos a este punto de que este ese el año del regreso a la Iglesia de aquellos que han permanecido lejos de la vida congregacional (v.6), la restauración de nuestra tierra (v. 8) y la liberación de miles de personas cautivas por la maldad y el pecado (v.9). No será una sorpresa para nadie que esta agenda incluya el rescate de nuestras familias (vv.15-26).

Esta agenda también incluye el inicio de un proceso de transición pastoral que debe tomar entre tres (3) y cinco (5) años. Durante este espacio de tiempo, el Pastor Rector actual se moverá a ocupar el cargo de Obispo de nuestra organización, con responsabilidades locales, nacionales e internacionales. Un hombre de Dios debe venir a asumir las responsabilidades de nuestra iglesia como nuevo Pastor Rector. Esta persona debe ser capaz de trabajar mano a mano con el nuevo Obispo de nuestra organización durante este período de tiempo para que pueda así conocer nuestra iglesia.

Un comité de transición ha sido convocado para trabajar con estos procesos. Sus miembros tendrán a cargo la facilitación de todos los procesos aleatorios a estos escenarios. Los roles de este comité requieren, entre otras cosas, que estos se inserten en la vida de la congregación con los siguientes objetivos:

  • identificar necesidades específicas de nuestra iglesia,
  • validar los planes de trabajo que se desarrollen para esta transición,
  • el control de calidad y el cuidado de la unidad y el propósito de nuestra amada congregación.
  • asegurar que haya oración e intercesión constante por estos procesos.

La agenda de Dios para nuestro país también ha sido revelada por el Señor. Dentro de muchos pasajes bíblicos que pueden proveernos la identificación de esta agenda, hemos encontrado un pasaje bíblico magistral que nos servirá de bosquejo, de guía y plantilla de trabajo para encontrar respuestas a las preguntas que hemos formulado. Así también, la identificación de lo que Dios quiere con nuestro país. Se trata de un pasaje que encontramos en el Evangelio de Marcos: Marcos 5:21-34.

Este pasaje bíblico (Mcs 5:21-34) nos ha acompañado a través de los 25 años que llevamos pastoreando la Iglesia AMEC: Casa de alabanza, en la Isla de Puerto Rico. De hecho, esta palabra fue validada por el Obispo Jeremías Torres, Obispo de la Iglesia Cristiana Pentecostal, en un sermón predicado en nuestra Iglesia el 16 de marzo del año 2014. Este extraordinario amigo y hermano de nuestra casa, identificó en su sermón que la Biblia enseña que hay un programa específico de trabajo que se desarrolla después de que se vencen las tormentas.
De hecho, reflexionamos acerca de su sermón en la reflexión escrita del domingo siguiente (3-23-14) lo recogió así:

El pasado domingo (16 de marzo de 2014), Dios nos envió un profeta para ayudarnos a revisitar este análisis con ojos proféticos. El análisis Escritural que él nos regaló nos abrió los ojos del entendimiento para ser capaces de comprender el mensaje que Dios le había comisionado y darnos luz sobre aquel que ya habíamos escuchado…..Es absolutamente cierto que estos tres Evangelios [Mateo, Marcos y Lucas] colocan esta tormenta antes de la liberación del Gadareno, de la sanidad de la mujer y de la resurrección de la hija de Jairo (Mat 8:28-34; 9:18-26; Mcs 5:1-20; 21-43; Lcs 8:26-39; 40-56). [La tormenta aparece en Mat 8:23-27; Mcs 4:35-41; Lcs 8:22-25]. No olvidemos que el orden de los documentos bíblicos es uno teológico. Esto es, que procura suplir respuestas y dirección de manera teológica, y en este caso Cristocéntrica. La forma correcta y responsable de analizar cualquier porción bíblica es exactamente esta: observar los contextos para evitar los pretextos. Realizamos ese ejercicio para la reflexión de despedida de año, pero nos dedicamos allí a reflexionar en lo que está después de las tormentas y no nos habíamos detenido a explicar y a reflexionar, a mirar aquello que lo antecede y que lo provoca.
 
El análisis del pasaje del Evangelio de Marcos (Mc 5:21-34) nos ha permitido encontrar dos personajes que sufren dolores que postran. El primero, un líder religioso llamado Jairo, será el objeto de otra ronda de reflexiones. El segundo personaje, una mujer que hacía doce (12) años que estaba enferma, es el objeto de esta.  El primer personaje, Jairo, es tipo de la Iglesia en PR. El segundo, la mujer enferma, es tipo de nuestra Isla en su totalidad. La Biblia dice que esta mujer llevaba 12 años (3 administraciones) dejando su sangre en las calles, separada de todo aquello que le puede proveer confort, en la quiebra económica, con unos gastos médicos que la destruyeron y con todas las complicaciones que esto puede provocar. Hemos visto que el primero, Jairo, había echado a Jesús fuera de su institución religiosa (Lcs 4:28-30) y ahora necesitaba llevarlo a su casa. El segundo personaje no puede siquiera ir al templo porque era considerada inmunda.

Ambos personajes poseían una necesidad común que va más allá de poder oír a Jesús. Ellos necesitaban ver a Jesús, tocar a Jesús, postrarse ante Jesús y hablar con Jesús. Ellos necesitaban una intervención milagrosa de parte de Dios. Así como Jairo, la Iglesia necesita trascender de la dimensión de hablar acerca de Jesús y ascender a la dimensión en la que se facilita que la presencia de Jesús sea palpable. Un dato muy singular es que Jairo sabía a dónde ir para ver a Jesús. En cambio, la mujer con flujo de sangre no podía siquiera ir al templo. A esta mujer le recetaron cuatro (4) medicinas; una agenda de restauración que incluye 4 áreas de trabajo. El verso 34 de Marcos 5 lo explica de la siguiente manera:

"34 Y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote."

Sabemos que la primera receta trata con la restructuración de su estructura familiar, incluyendo su interpretación de lo que es una familia. Lo sabemos porque Cristo la llama hija.
Hace algunos años predicamos un sermón que nos conducía a entender que un choque con la presencia de Dios activa el lugar del cerebro en el que está nuestra identidad. Sabemos que esa área del cerebro se le activó a esta mujer cuando ella chocó con Jesucristo. Él la llama hija, o sea que ella sabe que es mujer, le asigna familia porque una hija posee un padre y por ende le restablece las redes (“network”) de relaciones necesarias para una vida sana y balanceada. O sea, que Jesucristo validó la identidad de esta mujer y restauró sus redes de apoyo familiar. Este es el primer punto de esa agenda. Repetimos que lo primero que Jesús le receta luego de salvarla y sanarla de su enfermedad es un nuevo concepto de familia. Así como le ocurría a esta mujer, las Islas de PR necesitan programas que salgan del corazón del Amado Salvador que apunten a la restauración de nuestras familias. Esto incluye el regreso a la definición de familia que está en el corazón de Dios.
 
La segunda receta es el apoderamiento. A ella le dicen que es su fe la que ha hecho posible que todo esto sucediera. Este elemento del “empowerment” es vital para los sectores de la comunidad que han perdido la confianza en sí mismos y en las decisiones que pueden tomar.
Una receta similar a esta es la que Dios usó con Gedeón cuando le dijo lo siguiente:

14 Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza (énfasis añadido), y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo? 15 Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre. 16 Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.” (Jueces 6:14-16)

Hay que destacar que Dios no le dice a Gedeón que la mano del Todopoderoso derrotaría a los Madianitas. Dios le dice a su siervo que Él le había capacitado, le había apoderado para realizar esta conquista. Esta receta Dios se la ofrece a los pueblos que necesitan recuperar su confianza en sí mismos. Es un secreto a voces que la confianza de los pueblos para seguir adelante se ve minada por los tropiezos y los fracasos sucesivos y concatenados que esto enfrentan. Puerto Rico no es la excepción. Las personas que viven en las Islas de PR tienen que ser capaces de entender que un encuentro genuino con Dios nos capacitará, nos apoderará para tomar las decisiones correctas. La fuerza de Dios se transforma en fuerza nuestra y con ella somos capaces de tomar decisiones que salven nuestro pueblo.

Hay varios ejemplos de esto último en las Sagradas Escrituras. ¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué es que Dios decide usar la vara de Moisés para provocar milagros y desatar el poder del Creador de los cielos y la tierra? La respuesta es una muy simple: porque ese era el instrumento de trabajo de Moisés. Era muy natural para este líder del pueblo de Israel tener una vara en su mano. Esa vara nunca tuvo autoridad en sí misma. Sin embargo, Dios decide apoderar (“empowerment”) a Moisés haciéndole saber que desde el momento de su llamamiento habría un poder sobrenatural depositado en el uso de un instrumento común y corriente. No hay que esforzarse en presentar muchas explicaciones acerca del efecto que esto tuvo en Moisés. De hecho, Moisés sabía que esa vara había dejado de ser suya para ser la vara de Dios (Éxo 4:20).

La tercera receta le dibuja rutas de esperanza esta mujer: le dicen que vaya en paz. La restauración de nuestra Isla requiere que nos dibujen rutas de esperanza y paz. Ella las puede recibir porque está en el sitio correcto y ante la persona correcta: de rodillas ante el Creador del mundo y el Salvador de nuestras vidas. Son muchos los ejemplos bíblicos en los que Dios comisiona rutas de esperanza para aquellos que confían en Él. En Gén 13:17-18 leemos lo siguiente:

17 Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré. 18 Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová.

Algo similar leemos en Éxo 3:11-12 y en Éxo 4:11-12:

11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.” (Éxo 3:11-12)

11 Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿O quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová? 12 Ahora, pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.” (Éxo 4:11-12)

Es obvio que lo que esta receta encierra no se circunscribe a una ruta en particular. Esta receta describe que las avenidas de esperanza por las que Dios nos puede llevar son muchas. Lo que las convierte en avenidas de esperanza es la seguridad, la confianza de que Dios nos acompaña. Esa es la garantía de paz que recibe la mujer del relato del Evangelio de Marcos. Esa frase, “ve en paz,” le garantiza que la vida no se acababa el día en el que recibió su milagro. Esa expresión le garantizaba que había camino para caminar y rutas que cubrir. Esa frase le hace saber que el shalom de Dios (el bienestar integral) va con ella, que el Dios de paz va con ella, que las rutas que le esperan en la vida serán seguras. Ella fue por sanidad y Jesús le dio mucho más. Es acerca de esa esperanza que escribe el salmista en los siguientes Salmos:

5 Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. 6 Él solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. 7 En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio. 8 Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio. Selah” (Sal 62:5-8)

2 Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. 3 Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás. 4 Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo. 5 Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.” (Sal 65:2-5)

5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud. 6 En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza. 7 Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte. 8 Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día. 9 No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.” (Sal 71:5-9)

28 Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.” (Sal 73:28)

1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. 7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. 9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. 11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.” (Sal 91:1-12)

¿No le parece que este es el mejor regalo de Navidad que podemos recibir este año?
Sabemos que ha habido instantes en la vida en los que nos ha parecido que Dios no está con nosotros. De eso hablaba el profeta Jeremías cuando decía lo siguiente:

Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?” (Jer 14:8).

Sin embargo, todo cambia cuando el Dios de Esperanza nos dice “ve en paz.” La Palabra de Dios nos enseña que la agenda que el Todopoderoso pone en acción con Su pueblo después de una tormenta incluye avenidas de esperanza para el país.

La cuarta receta que esta mujer recibe tiene que ver con la sanidad de su alma. La Biblia dice que esta mujer llevaba doce (12) años sufriendo de una enfermedad. Ningún ser humano puede sufrir dolores por un espacio de tiempo tan prolongado sin que se produzcan marcas en su alma. Jesús le dice “queda sana de tu azote.” Jesús la había sanado por fuera y ahora la sanaba por dentro. Estamos convencidos de que esta es la mejor manera de prepararnos para el año nuevo: recordando las promesas que nos ha hecho el Señor. Esta es la mejor manera de estar listos para el año nuevo: reconociendo que nuestro Dios es fiel y sus promesas son siempre sí y amén en Cristo Jesús. Esa es la mejor manera para ser capaces de obtener el máximo del año entrante: reconociendo que la Iglesia del Señor no gira alrededor de las agendas del mundo. El mundo gira alrededor de la agenda que Dios le ha dado a Su Iglesia. Así lo dice, lo recoge la versión bíblica “The Message” cuando nos rinde los versos 21-23 del capítulo uno (1) de la Carta a los Efesios (Efe 1:21-23)[1]. Esto es así, porque la Iglesia es el Cuerpo de Cristo.

Esta es la mejor manera de celebrar y disfrutar las bendiciones del año nuevo: reconociendo que tenemos en nuestras manos algo más poderoso que la vara de Moisés: el Espíritu de Dios está con nosotros: el Emanuel está con nosotros. Esta es la mejor manera de disfrutar el próximo año: reconociendo que el Señor ha prometido restauración de nuestras estructuras familiares, empoderar nuestra fe, asegurarnos un futuro lleno de esperanza y sanar las heridas del alma que se han producido en medio de todas las temporadas de embates y de tribulaciones que hemos tenido que enfrentar hasta aquí.

Esta es la mejor manera de meternos en la agenda de Dios para el año nuevo: reconociendo que hay una agenda de liberación, de sanidad y de resurrección después de cada tormenta.
Feliz año nuevo.
 
[1] At the center of all this, Christ rules the church. The church, you see, is not peripheral to the world; the world is peripheral to the church. The church is Christ’s body, in which he speaks and acts, by which he fills everything with his presence. (https://www.biblegateway.com/passage/?search=efesios 1&version=MSG)

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