December 22nd, 2024
984 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 22 de diciembre del 2024
Navidad: examinando la historia del nacimiento del Niño Dios
“1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lcs 2:1-7)
La historia de la Navidad es sin duda alguna una de las dos historias bíblicas más celebradas y analizadas tanto por el mundo cristiano como por el no cristiano. La otra, por supuesto, es la historia de la muerte y pasión de nuestro Señor y Salvador Jesús. Sabemos que el “deconstruccionismo” (los procesos para deconstruir la historia) ha intentado rescribir estas narrativas alegando incongruencias en estas.
En el caso de la Navidad, estas críticas incluyen problemas con las fechas, los nombres de los actores principales, los lugares mencionados en la Biblia y hasta llegar a señalar que probablemente María y José nunca existieron.
Es muy importante señalar que la Biblia no fue escrita para ofrecer un curso de historia. No obstante, su testimonio y veracidad están directamente relacionados con la precisión con las que en esta que se describen los eventos de la historia en esta.
Algunos “teólogos” que forman parte del movimiento deconstruccionista dicen que María y José solo son una metáfora que la iglesia del primer siglo desarrolló para poder ensamblar el tema de la encarnación del Salvador del mundo. De hecho, ellos esgrimen que hasta el nombre de María puede estar en entredicho, alegando que no existe evidencia histórica de su nombre en los hallazgos arqueológicos.[1]
No obstante, tal y como está comenzando a ocurrir con casi todo lo que los deconstruccionistas han propuesto, los estudios arqueológicos nos han permitido confirmar que las narrativas Bíblicas siempre son verdaderas y fidedignas.
Por ejemplo, la ciudad de Nazareth que se menciona en estas narrativas es real, siempre ha existido y su relación con las experiencias aleatorias a la navidad han sido comprobadas. Aquellos que hemos estado en Nazareth hemos visto las evidencias arqueológicas de dos casas del primer siglo. Una de estas, cerca del convento de las Hermanas de Nazareth, conserva sus ventanas intactas. El Dr. Ken Dark ha provisto evidencia de que los cristianos de los primeros siglos veneraban este lugar.[2] ¿Por qué? La razón es muy sencilla: la iglesia del primer siglo identificó esa construcción con el lugar en el que residía la familia de José, María y Jesús y con el taller de carpintería que José tenía allí.
Otro ejemplo lo tenemos con el pueblo de Belén. Algunos deconstruccionistas alegan que este desapareció en la historia para luego ser reconstruido durante la era cristiana. Esto no es cierto. Tampoco es correcto decir que José el carpintero peregrinó a un poblado llamado Belén que había en Galilea, a 7 km. de Nazareth.
Existe una “bulla” (sello de barro utilizado para certificar documentos) del 7mo siglo antes de Cristo que comprueba la existencia de Belén desde muchos siglos posteriores al Rey David y antes de que Cristo naciera. Ese sello dice lo siguiente: “del pueblo de Belén al rey.”[3] El pueblo al que se hace referencia estaba localizado en Judea. Ese es el pueblo que el profeta Miqueas predijo que nacería el Salvador del mundo (Miq 5:2).[4]
De hecho, el Arqueólogo Shimon Gibson documentó que excavaciones realizadas cerca de la Iglesia de la Natividad en Belén de Judea, entre el 2015 y el 2016, produjeron el hallazgo de muchos artefactos y piezas de alfarería del primer siglo de la era cristiana.[5]
La existencia de Herodes el Grande para las fechas en la que ocurre la navidad también es fidedigna. El rey Herodes el Grande que quiso matar al niñito Jesús (Mat 2:16-18) no es una invención de la Biblia. El Profesor Ehud Netzer, arqueólogo israelí de fama mundial, descubrió en 1996 en Masada una pieza de alfarería (“óstracon”) con el nombre de ese rey. Esta pieza pertenece a un ánfora que probablemente era utilizada para cargar el vino. La pieza, que es del año 19 antes de Cristo, fue escrita con tinta y lee así: “Herodes Gran Rey de los Judíos.”[6] Exámenes recientes de 29 manuscritos de Josefo, que se encuentran en la Biblioteca Británica y en la del Congreso de los Estados Unidos, demostraron que ese rey murió en el año 1 A.C.. El Dr. Andrew Steinmann, distinguido profesor de Teología en Concordia, Universidad de Chicago, demostró que Herodes el Grande murió cerca del 10 de enero de ese año, día en el que ocurrió un eclipse total de la luna.[7] Además, el palacio de este rey fue descubierto en Jerusalén, cerca de la Puerta de Jaffa.[8][9]
Estas fechas concuerdan con las narrativas de la navidad. La fecha de la muerte de ese rey explica por qué es que la Biblia dice que Jesús era un niño cuando sus padres regresaron de Egipto a Israel (Mat 2:19-21).
¿Qué decimos acerca del censo que Lucas describe que fue ordenado por el emperador Augusto César? La historia describe una inscripción llamada “Res Gestae” (documento de logros). Esta es una inscripción autobiográfica de Augusto César que este emperador romano ordenó que fuese desplegada en dos pilares de bronce al frente de su mausoleo. Los pilares no sobrevivieron, no obstante, cuatro (4) de las copias que se hicieron grabadas en piedra sí. Estas fueron encontradas en un templo en Ankara, Turquía, en la gran entrada de Pisidia en Antioquía, en la Acrópolis de Apolonia y en un muro en Sardis. En estas aparece documentado que ese emperador ordenó que se hiciera un censo poblacional en todo el imperio al menos en tres ocasiones. Repetimos: hay evidencia gráfica de que el imperio romano hacía censos en todo el imperio. El “Res Gestae” dice que uno de estos censos fue ordenado en el año 8 A.C. y que se documentó, entre otras cosas, que para esa época el imperio poseía 4,233,000 ciudadanos romanos.[10] Esta debe haber sido la razón por la que Josefo podía decir con cierta precisión que para esa época en Israel habitaban 6000 fariseos que se negaban a hacer juramento a favor del César.[11]
Hay que entender que estos censos tomaban varios años en realizarse. Es por esto que no debe haber conflicto alguno en el desarrollo de este y la fecha del nacimiento de Cristo nuestro Salvador (entre el año 6 y el 4 A.C.). En otras palabras, que la Biblia es precisa cuando señala que José y María se desplazaron a Belén porque se había ordenado un censo imperial. De hecho, hay otro de estos censos al que se hace referencia en el Libro de los Hechos (Hch 5:37).
¿Qué decimos acerca de la referencia lucana de que Cirenio era gobernador de Siria cuando ocurrió el censo? Sí: el Evangelio de Lucas dice que el primer censo fue ordenado por Augusto César en el tiempo en el que Cirenio era el gobernador (“hēgemoneuō”, G2230) de Siria (Lcs 2:2). Muchos deconstruccionistas han concluido que esto debió haber sido un error de Lucas alegando que Cirenio fue gobernador de Siria en una época distinta a las fechas propuestas para el nacimiento de Jesús. Lo que los deconstruccionistas no han tomado en consideración es la tumba de Cirenio que está localizada Trivoli, Italia. La inscripción en su lápida lo identifica como Publius Sulpicius Quirinus, “Twice Legate of Augustus in Syria”.[12] O sea, que Cirenio fue “Legate of Augustus” en Siria en dos ocasiones y no en una, como alegan algunas de las fuentes.
Al mismo tiempo, la revista “The Archaeology of Christmas presenta la fotografía y el análisis de una inscripción llamada “The Aemilius Secundus Inscription.” Esta fue descubierta en Venecia en la tumba de un oficial romano llamado Aemilius Secundus. Él declara en esa inscripción que Cirenio le ordenó realizar un censo a los 117,000 habitantes de Apamea. Cirenio es identificado en esa inscripción con los títulos de “Legate of Caesar in Syria” y “Prefect of the first Augustan Cohort.”[13]
Estas son dos (2) evidencias separadas de que Cirenio era gobernador de Siria en el año 8A.C., cuando Augusto César ordenó un censo imperial.
Por otro lado, ¿qué hacemos con el nombre de María que la narrativa bíblica nos ha regalado para identificar a la virgen que dio a luz al Salvador del mundo? Los periódicos israelíes publicaron que las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en el pueblo de et-Taiyiba, en el valle de Jezreel, desenterraron una inscripción dedicada a Jesús, hijo de María[14]. Estos rotativos, al igual que otras publicaciones, informaron que la inscripción griega, grabada en piedra, procede del marco de una puerta de entrada que data del período bizantino. O sea, finales del siglo V D.C.[15] Esta pieza se descubrió incorporada en un uso secundario en una de las paredes de un magnífico edificio (un templo) que data del período bizantino o islámico temprano, donde las excavaciones descubrieron dos habitaciones que contenían pavimentos de mosaico con un diseño geométrico.
“Cristo nació de María. Esta obra del obispo más temeroso de Dios y piadoso [Teodo]sio y del miserable Tomás fue construida desde los cimientos... Quien entre debe rezar por ellos”. [16]
Podemos continuar presentando evidencias arqueológicas e históricas de la veracidad de las narrativas bíblicas. La realidad es que las conclusiones siempre serán las mismas. El nacimiento del Niño Dios es un acontecimiento real e histórico. Es verdad y es histórico que el Verbo de Dios se encarnó en el vientre de una virgen y que nació de una mujer para habitar entre nosotros tal y como había sido profetizado por Isaías.
“14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isa 7:14)
Es verdad y es histórico que todo esto aconteció en Belén de Judea tal y como había sido profetizado por Miqueas.
“2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq 5:2)
Es verdad y es histórico que esto ocurrió así debido a un censo promulgado por el imperio de turno.
“2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.” (Lcs 2:2)
La Biblia tiene toda la razón cuando identifica a Herodes el Grande como el rey que reinaba desde la ciudad de Jerusalén.
“1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.” (Mat 2:1-2)
La Biblia tiene toda la razón cuando identifica que este rey murió cuando Jesús todavía era un niño, de manera que José, María y el niño pudieran regresar a Israel.
“19 Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, 20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. 21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.” (Mat 2:19-21)
Todas estas aseveraciones confirman que Dios es el Señor de la historia; la domina y se revela en esta. Estas aseveraciones también afirman que la Biblia es fidedigna como Palabra de Dios, así como documento histórico. No hay porqué dudar de la información que ella nos ofrece.
La historia de la navidad relata que Cristo Jesús tenía que nacer en Belén porque ese es el lugar en el que nació el rey David. La historia navidad entonces sirve para destacar que el niño que María dio a luz es el Hijo de David de quien se había profetizado que se sentaría en un trono eterno y para siempre.
“7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (Isa 9:7)
La historia de la navidad es la afirmación de que Dios, como el Señor de la historia, desarrolló un plan perfecto, verificable y preciso. La historia de la navidad es parte de la historia de la salvación, de nuestra redención; la aurora de la salvación. Así lo afirma Lucas en los versos finales del capítulo uno (1) de sus Evangelio.
“77 para hacer saber a su pueblo que Dios les perdona sus pecados y les da la salvación. 78 Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, 79 para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.” (Lcs 1:77-79, DHH)
La Biblia dice aquí que la inserción del Señor de la historia en nuestra historia sirve para dar luz a aquellos que andábamos en oscuridad. Ese acto de la misericordia de Dios no puede tener errores.
La Biblia dice que todo esto se puede resumir como la llegada del cumplimiento del tiempo para los planes perfectos de Dios. Así lo afirma Pablo en su Carta a los Gálatas cuando dice que se trata del tiempo establecido, el “plērōma” (G4138) del “chronos” (G5550) para nuestra salvación.
“4 Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. 5 Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; 6 y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». 7 Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.” (Gál 4:4-7, NTV)
No hay espacio para errores en esta ni en ninguna historia bíblica. Dios no solo es el Señor de la historia: Él es el Creador del “chronos”. Por lo tanto, la manifestación de Su “plērōma” no contiene error alguno.
La revisión de la historia de la navidad nos recuerda que hay mucho más en esta que argumentos y eventos históricos constatables. Hay algo más allá de las oportunidades y de las capacidades para reír y gozar de estas fiestas. Esta revisión nos conduce a concluir que los planes perfectos que hace y desarrolla Dios necesitan ser escuchados y atendidos. Tal y como decíamos hace algunos años en otra reflexión acerca de la navidad, necesitamos escuchar el plan que Dios tiene para nuestras vidas, oír acerca de su favor y de su gracia, formular las preguntas que entendamos pertinentes y rendirnos ante el plan eterno que Dios tiene para nosotros.
Así como Dios no se equivocó en un solo detalle de su plan de salvación, tampoco se equivocará en los planes que tiene con nosotros.
“11 Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jer 29:11, DHH)
Es nuestro deseo que en estas navidades decidamos procurar adquirir, pulir y priorizar el discernimiento y la sensibilidad para escuchar la voz del Señor dejándonos conocer esos planes. Esto, sin duda alguna y luego de la salvación del alma, será el mejor regalo de navidad que podemos recibir.
¡Feliz Navidad!
[1] Por ejemplo, René Salm alega en su libro “The Myth of Nazareth, The Invented Town of Jesus”, que Nazaret no comenzó a existir hasta el siglo II d.C., después del nacimiento de Jesús.
[2] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/
[3] https://christianevidence.org/2019/12/09/the_archaeology_of_christmas/
[4] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/, Op. cit.
[5] Expedition Bible, “Unearthing the Prophecy of Jesus’ Birthplace,” YouTube Video, 3:10, Aug. 19, 2022, https://youtu.be/LTRFJBvB_sw?si=ndJt0OKk4qiaWq6S
[6] Op. cit.
[7] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/, Op.cit.
[8] Ehud Netzer, The Architecture of Herod the Great Builder. (Grand Rapids: Baker Academic, 2008), 127.
[9] Amit Re’em, “First and Second Temple Period Fortifications and Herod’s Palace in the Jerusaelm Kishle Compound.” In Ancient Jerusalem Revealed: Archaeological Discoveries, 1998–2018, ed. Hillel Geva. (Jerusalem: Israel Exploration Society, 2019), 141.
[10] https://biblearchaeologyreport.com/2023/12/21/top-ten-discoveries-related-to-christmas/
[11] Josefo, Antigüedades, 17.2.4
[12] https://biblearchaeologyreport.com/2019/12/19/quirinius-an-archaeological-biography/
[13] https://www.academia.edu/35069978/The_Archaeology_of_Christmas?auto=download
[14] https://www.jpost.com/archaeology/ancient-christ-born-of-mary-inscription-unearthed-in-northern-israel-656071
[15] https://www.livescience.com/christ-born-of-mary-church-artifact.html;
[16] https://themedialine.org/life-lines/christ-born-of-mary-inscription-found-in-northern-israel/
Navidad: examinando la historia del nacimiento del Niño Dios
“1 Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. 2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. 4 Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lcs 2:1-7)
La historia de la Navidad es sin duda alguna una de las dos historias bíblicas más celebradas y analizadas tanto por el mundo cristiano como por el no cristiano. La otra, por supuesto, es la historia de la muerte y pasión de nuestro Señor y Salvador Jesús. Sabemos que el “deconstruccionismo” (los procesos para deconstruir la historia) ha intentado rescribir estas narrativas alegando incongruencias en estas.
En el caso de la Navidad, estas críticas incluyen problemas con las fechas, los nombres de los actores principales, los lugares mencionados en la Biblia y hasta llegar a señalar que probablemente María y José nunca existieron.
Es muy importante señalar que la Biblia no fue escrita para ofrecer un curso de historia. No obstante, su testimonio y veracidad están directamente relacionados con la precisión con las que en esta que se describen los eventos de la historia en esta.
Algunos “teólogos” que forman parte del movimiento deconstruccionista dicen que María y José solo son una metáfora que la iglesia del primer siglo desarrolló para poder ensamblar el tema de la encarnación del Salvador del mundo. De hecho, ellos esgrimen que hasta el nombre de María puede estar en entredicho, alegando que no existe evidencia histórica de su nombre en los hallazgos arqueológicos.[1]
No obstante, tal y como está comenzando a ocurrir con casi todo lo que los deconstruccionistas han propuesto, los estudios arqueológicos nos han permitido confirmar que las narrativas Bíblicas siempre son verdaderas y fidedignas.
Por ejemplo, la ciudad de Nazareth que se menciona en estas narrativas es real, siempre ha existido y su relación con las experiencias aleatorias a la navidad han sido comprobadas. Aquellos que hemos estado en Nazareth hemos visto las evidencias arqueológicas de dos casas del primer siglo. Una de estas, cerca del convento de las Hermanas de Nazareth, conserva sus ventanas intactas. El Dr. Ken Dark ha provisto evidencia de que los cristianos de los primeros siglos veneraban este lugar.[2] ¿Por qué? La razón es muy sencilla: la iglesia del primer siglo identificó esa construcción con el lugar en el que residía la familia de José, María y Jesús y con el taller de carpintería que José tenía allí.
Otro ejemplo lo tenemos con el pueblo de Belén. Algunos deconstruccionistas alegan que este desapareció en la historia para luego ser reconstruido durante la era cristiana. Esto no es cierto. Tampoco es correcto decir que José el carpintero peregrinó a un poblado llamado Belén que había en Galilea, a 7 km. de Nazareth.
Existe una “bulla” (sello de barro utilizado para certificar documentos) del 7mo siglo antes de Cristo que comprueba la existencia de Belén desde muchos siglos posteriores al Rey David y antes de que Cristo naciera. Ese sello dice lo siguiente: “del pueblo de Belén al rey.”[3] El pueblo al que se hace referencia estaba localizado en Judea. Ese es el pueblo que el profeta Miqueas predijo que nacería el Salvador del mundo (Miq 5:2).[4]
De hecho, el Arqueólogo Shimon Gibson documentó que excavaciones realizadas cerca de la Iglesia de la Natividad en Belén de Judea, entre el 2015 y el 2016, produjeron el hallazgo de muchos artefactos y piezas de alfarería del primer siglo de la era cristiana.[5]
La existencia de Herodes el Grande para las fechas en la que ocurre la navidad también es fidedigna. El rey Herodes el Grande que quiso matar al niñito Jesús (Mat 2:16-18) no es una invención de la Biblia. El Profesor Ehud Netzer, arqueólogo israelí de fama mundial, descubrió en 1996 en Masada una pieza de alfarería (“óstracon”) con el nombre de ese rey. Esta pieza pertenece a un ánfora que probablemente era utilizada para cargar el vino. La pieza, que es del año 19 antes de Cristo, fue escrita con tinta y lee así: “Herodes Gran Rey de los Judíos.”[6] Exámenes recientes de 29 manuscritos de Josefo, que se encuentran en la Biblioteca Británica y en la del Congreso de los Estados Unidos, demostraron que ese rey murió en el año 1 A.C.. El Dr. Andrew Steinmann, distinguido profesor de Teología en Concordia, Universidad de Chicago, demostró que Herodes el Grande murió cerca del 10 de enero de ese año, día en el que ocurrió un eclipse total de la luna.[7] Además, el palacio de este rey fue descubierto en Jerusalén, cerca de la Puerta de Jaffa.[8][9]
Estas fechas concuerdan con las narrativas de la navidad. La fecha de la muerte de ese rey explica por qué es que la Biblia dice que Jesús era un niño cuando sus padres regresaron de Egipto a Israel (Mat 2:19-21).
¿Qué decimos acerca del censo que Lucas describe que fue ordenado por el emperador Augusto César? La historia describe una inscripción llamada “Res Gestae” (documento de logros). Esta es una inscripción autobiográfica de Augusto César que este emperador romano ordenó que fuese desplegada en dos pilares de bronce al frente de su mausoleo. Los pilares no sobrevivieron, no obstante, cuatro (4) de las copias que se hicieron grabadas en piedra sí. Estas fueron encontradas en un templo en Ankara, Turquía, en la gran entrada de Pisidia en Antioquía, en la Acrópolis de Apolonia y en un muro en Sardis. En estas aparece documentado que ese emperador ordenó que se hiciera un censo poblacional en todo el imperio al menos en tres ocasiones. Repetimos: hay evidencia gráfica de que el imperio romano hacía censos en todo el imperio. El “Res Gestae” dice que uno de estos censos fue ordenado en el año 8 A.C. y que se documentó, entre otras cosas, que para esa época el imperio poseía 4,233,000 ciudadanos romanos.[10] Esta debe haber sido la razón por la que Josefo podía decir con cierta precisión que para esa época en Israel habitaban 6000 fariseos que se negaban a hacer juramento a favor del César.[11]
Hay que entender que estos censos tomaban varios años en realizarse. Es por esto que no debe haber conflicto alguno en el desarrollo de este y la fecha del nacimiento de Cristo nuestro Salvador (entre el año 6 y el 4 A.C.). En otras palabras, que la Biblia es precisa cuando señala que José y María se desplazaron a Belén porque se había ordenado un censo imperial. De hecho, hay otro de estos censos al que se hace referencia en el Libro de los Hechos (Hch 5:37).
¿Qué decimos acerca de la referencia lucana de que Cirenio era gobernador de Siria cuando ocurrió el censo? Sí: el Evangelio de Lucas dice que el primer censo fue ordenado por Augusto César en el tiempo en el que Cirenio era el gobernador (“hēgemoneuō”, G2230) de Siria (Lcs 2:2). Muchos deconstruccionistas han concluido que esto debió haber sido un error de Lucas alegando que Cirenio fue gobernador de Siria en una época distinta a las fechas propuestas para el nacimiento de Jesús. Lo que los deconstruccionistas no han tomado en consideración es la tumba de Cirenio que está localizada Trivoli, Italia. La inscripción en su lápida lo identifica como Publius Sulpicius Quirinus, “Twice Legate of Augustus in Syria”.[12] O sea, que Cirenio fue “Legate of Augustus” en Siria en dos ocasiones y no en una, como alegan algunas de las fuentes.
Al mismo tiempo, la revista “The Archaeology of Christmas presenta la fotografía y el análisis de una inscripción llamada “The Aemilius Secundus Inscription.” Esta fue descubierta en Venecia en la tumba de un oficial romano llamado Aemilius Secundus. Él declara en esa inscripción que Cirenio le ordenó realizar un censo a los 117,000 habitantes de Apamea. Cirenio es identificado en esa inscripción con los títulos de “Legate of Caesar in Syria” y “Prefect of the first Augustan Cohort.”[13]
Estas son dos (2) evidencias separadas de que Cirenio era gobernador de Siria en el año 8A.C., cuando Augusto César ordenó un censo imperial.
Por otro lado, ¿qué hacemos con el nombre de María que la narrativa bíblica nos ha regalado para identificar a la virgen que dio a luz al Salvador del mundo? Los periódicos israelíes publicaron que las excavaciones de la Autoridad de Antigüedades de Israel en el pueblo de et-Taiyiba, en el valle de Jezreel, desenterraron una inscripción dedicada a Jesús, hijo de María[14]. Estos rotativos, al igual que otras publicaciones, informaron que la inscripción griega, grabada en piedra, procede del marco de una puerta de entrada que data del período bizantino. O sea, finales del siglo V D.C.[15] Esta pieza se descubrió incorporada en un uso secundario en una de las paredes de un magnífico edificio (un templo) que data del período bizantino o islámico temprano, donde las excavaciones descubrieron dos habitaciones que contenían pavimentos de mosaico con un diseño geométrico.
“Cristo nació de María. Esta obra del obispo más temeroso de Dios y piadoso [Teodo]sio y del miserable Tomás fue construida desde los cimientos... Quien entre debe rezar por ellos”. [16]
Podemos continuar presentando evidencias arqueológicas e históricas de la veracidad de las narrativas bíblicas. La realidad es que las conclusiones siempre serán las mismas. El nacimiento del Niño Dios es un acontecimiento real e histórico. Es verdad y es histórico que el Verbo de Dios se encarnó en el vientre de una virgen y que nació de una mujer para habitar entre nosotros tal y como había sido profetizado por Isaías.
“14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isa 7:14)
Es verdad y es histórico que todo esto aconteció en Belén de Judea tal y como había sido profetizado por Miqueas.
“2 Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” (Miq 5:2)
Es verdad y es histórico que esto ocurrió así debido a un censo promulgado por el imperio de turno.
“2 Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. 3 E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.” (Lcs 2:2)
La Biblia tiene toda la razón cuando identifica a Herodes el Grande como el rey que reinaba desde la ciudad de Jerusalén.
“1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.” (Mat 2:1-2)
La Biblia tiene toda la razón cuando identifica que este rey murió cuando Jesús todavía era un niño, de manera que José, María y el niño pudieran regresar a Israel.
“19 Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, 20 diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño. 21 Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.” (Mat 2:19-21)
Todas estas aseveraciones confirman que Dios es el Señor de la historia; la domina y se revela en esta. Estas aseveraciones también afirman que la Biblia es fidedigna como Palabra de Dios, así como documento histórico. No hay porqué dudar de la información que ella nos ofrece.
La historia de la navidad relata que Cristo Jesús tenía que nacer en Belén porque ese es el lugar en el que nació el rey David. La historia navidad entonces sirve para destacar que el niño que María dio a luz es el Hijo de David de quien se había profetizado que se sentaría en un trono eterno y para siempre.
“7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (Isa 9:7)
La historia de la navidad es la afirmación de que Dios, como el Señor de la historia, desarrolló un plan perfecto, verificable y preciso. La historia de la navidad es parte de la historia de la salvación, de nuestra redención; la aurora de la salvación. Así lo afirma Lucas en los versos finales del capítulo uno (1) de sus Evangelio.
“77 para hacer saber a su pueblo que Dios les perdona sus pecados y les da la salvación. 78 Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, 79 para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.” (Lcs 1:77-79, DHH)
La Biblia dice aquí que la inserción del Señor de la historia en nuestra historia sirve para dar luz a aquellos que andábamos en oscuridad. Ese acto de la misericordia de Dios no puede tener errores.
La Biblia dice que todo esto se puede resumir como la llegada del cumplimiento del tiempo para los planes perfectos de Dios. Así lo afirma Pablo en su Carta a los Gálatas cuando dice que se trata del tiempo establecido, el “plērōma” (G4138) del “chronos” (G5550) para nuestra salvación.
“4 Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. 5 Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; 6 y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». 7 Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.” (Gál 4:4-7, NTV)
No hay espacio para errores en esta ni en ninguna historia bíblica. Dios no solo es el Señor de la historia: Él es el Creador del “chronos”. Por lo tanto, la manifestación de Su “plērōma” no contiene error alguno.
La revisión de la historia de la navidad nos recuerda que hay mucho más en esta que argumentos y eventos históricos constatables. Hay algo más allá de las oportunidades y de las capacidades para reír y gozar de estas fiestas. Esta revisión nos conduce a concluir que los planes perfectos que hace y desarrolla Dios necesitan ser escuchados y atendidos. Tal y como decíamos hace algunos años en otra reflexión acerca de la navidad, necesitamos escuchar el plan que Dios tiene para nuestras vidas, oír acerca de su favor y de su gracia, formular las preguntas que entendamos pertinentes y rendirnos ante el plan eterno que Dios tiene para nosotros.
Así como Dios no se equivocó en un solo detalle de su plan de salvación, tampoco se equivocará en los planes que tiene con nosotros.
“11 Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.” (Jer 29:11, DHH)
Es nuestro deseo que en estas navidades decidamos procurar adquirir, pulir y priorizar el discernimiento y la sensibilidad para escuchar la voz del Señor dejándonos conocer esos planes. Esto, sin duda alguna y luego de la salvación del alma, será el mejor regalo de navidad que podemos recibir.
¡Feliz Navidad!
[1] Por ejemplo, René Salm alega en su libro “The Myth of Nazareth, The Invented Town of Jesus”, que Nazaret no comenzó a existir hasta el siglo II d.C., después del nacimiento de Jesús.
[2] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/
[3] https://christianevidence.org/2019/12/09/the_archaeology_of_christmas/
[4] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/, Op. cit.
[5] Expedition Bible, “Unearthing the Prophecy of Jesus’ Birthplace,” YouTube Video, 3:10, Aug. 19, 2022, https://youtu.be/LTRFJBvB_sw?si=ndJt0OKk4qiaWq6S
[6] Op. cit.
[7] https://biblearchaeologyreport.com/2016/12/15/the-archaeology-of-christmas/, Op.cit.
[8] Ehud Netzer, The Architecture of Herod the Great Builder. (Grand Rapids: Baker Academic, 2008), 127.
[9] Amit Re’em, “First and Second Temple Period Fortifications and Herod’s Palace in the Jerusaelm Kishle Compound.” In Ancient Jerusalem Revealed: Archaeological Discoveries, 1998–2018, ed. Hillel Geva. (Jerusalem: Israel Exploration Society, 2019), 141.
[10] https://biblearchaeologyreport.com/2023/12/21/top-ten-discoveries-related-to-christmas/
[11] Josefo, Antigüedades, 17.2.4
[12] https://biblearchaeologyreport.com/2019/12/19/quirinius-an-archaeological-biography/
[13] https://www.academia.edu/35069978/The_Archaeology_of_Christmas?auto=download
[14] https://www.jpost.com/archaeology/ancient-christ-born-of-mary-inscription-unearthed-in-northern-israel-656071
[15] https://www.livescience.com/christ-born-of-mary-church-artifact.html;
[16] https://themedialine.org/life-lines/christ-born-of-mary-inscription-found-in-northern-israel/
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2 Comments
Extremadamente interesante este tema histórico relacionado con la navidad.Gloria al Señor!! Por tan apreciada información. Pero ahora mismo nuestro pueblo está pasando por una coyuntura histórica relacionada con la Democracia y lo que es una Dictadura. En estos tiempos habemos cristianos que también nos preocupamos por nuestro entorno social y tano el gobierno actual como el entrante y especialmente el sistema de Justicia(tribunales) sus ejecutorias no son consonas con el evangelio y esto hay que denunciarlo y combatirlo. Espero que el equipo pastoral de esta tan bendecida Iglesia AMEC no se preste para la convocatoria de 100 pastores a la toma de posesión. Lacera la integridad de la misma y en mi opinión volveríamos a crucificar a Cristo. Con mucho respeto,valentía y amor
Hermoso mensaje fundamentado en la Biblia y sobre el divino plan de Dios para la humanidad a través de Cristo Jesús.
n
nGracias!