Notas del Pastor MJ: El lugar de la revelación

¿A dónde acudes cuando estás necesitado de información?  Antes solíamos ir una biblioteca o al menos hacíamos uso de una enciclopedia.  Luego comenzamos a hacer uso del internet, a través de las computadoras.  Hoy en día tenemos la información que necesitamos al alcance de nuestras manos, en nuestros dispositivos móviles.  Si embargo, hay preguntas que no pueden ser contestadas a través de mecanismos convencionales.  Hay que acudir a una fuente de información distinta.
Nuestro amigo Elías llega a una cueva, en el monte Horeb.  El monte Horeb es el monte de la revelación de Dios.  Ese es el lugar en donde siglos antes Moisés se encontró con una zarza que ardía y no se consumía. Es el lugar en donde Dios le habló por primera vez para comisionarle y dirigirle hacia su plan. Aun más extraordinario, muchos especialistas concuerdan en que el monte Sinaí y el monte Horeb son exactamente el mismo lugar.  Si esto es así, entonces Elías acudió al lugar en donde Dios le dio los 10 mandamientos a su pueblo y en donde les definió su ley.  Elías llego al lugar en donde Dios se revela.   Era necesario que él llegara a ese lugar porque el proceso de restauración de Dios aún no había concluido en su vida.

De igual forma, es necesario que tu y yo lleguemos al lugar de la revelación de Dios.  Es en el lugar de la revelación de Dios que nuestros pensamientos son afirmados, nuestro corazón recibe la Palabra de Dios y nuestra vida es transformada.  Hay momentos en la vida en los cuales no podemos depender de la sabiduría humana.  Son en esos momentos en los cuales tenemos que acudir al lugar de la revelación de Dios, para obtener la dirección que necesitamos.  Eso ocurrió en la vida del profeta Elías, pero sucedió así porque el llegó al lugar de la revelación de Dios.

¿Necesitas dirección, orden en tu vida o un derrotero a seguir? ¿Necesitas claridad para tomar las decisiones que este tiempo amerita? Es necesario que acudas al lugar de la revelación de Dios.  Llegar a ese “monte Horeb” requiere que tengas la disposición de pasar tiempo con Dios, de sacar tiempo para la oración, para la lectura de la Palabra.  Pero sobre todo requiere que tengas un corazón dispuesto a escuchar la voz de Dios y que esa voz sea lo que rija tu destino.  Para asuntos trascendentales es necesario acudir a una fuente de información distinta, es necesario acudir a la fuente de información suprema.  Hay que llegar al lugar de la revelación de Dios.  ¿Cuántos lo quieren así?