767 • Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida: “Moisés formación de un líder” [Parte III] • 27 de octubre del 2020 • El Heraldo Digital -Institucional • Volumen XV

Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida: “Moisés: formación de un líder” [Parte III]

Reflexión del Pastor/Rector: Mizraim Esquilín-García
 Moisés se ha convertido en el primer modelo de liderazgo que examinamos en esta serie de reflexiones. Este hombre es llamado por Dios para liderar unas tareas monumentales. La más sencilla de ellas era la liberación del pueblo de Israel del yugo de esclavitud de Egipto. La segunda era la transformación de un grupo de tribus en una nación santa, un reino de sacerdotes, un pueblo escogido por Dios para la alabanza de Su gloria (Éxo 19: 1-6).

Hacemos un alto en el análisis de los marcos teóricos, filosóficos y académicos de Moisés para insertar unos elementos fundamentales de esta discusión. El marco referencial del llamado de Moisés para ser líder es la compasión que sintió Dios al ver la aflicción de Su pueblo por Su pueblo.

7 Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, 8 y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. 9 El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.” (Éxo 3:7-9, RV 1960)

La compasión es definida por los diccionarios Hebreos como un concepto que connota una conciencia alta, considerada y sensible hacia las personas que sufren aflicciones y en la que es manifiesta la voluntad profunda e intensa de darles alivio. Dios escuchó la aflicción del pueblo de Israel y fue movido a misericordia. Las reacciones del Todopoderoso ante la aflicción de los suyos incluyeron revelársele a Moisés para usarlo como un instrumento de la compasión divina.

La buena noticia es que Dios es inmutable y continúa oyendo el clamor de aquellos que sufren. Sus reacciones continúan incluyendo revelarse a Sus hijos para utilizarlos como instrumentos del favor divino. La revelación más grande de Dios es la Cruz; de eso no hay duda alguna. No obstante, Dios sigue revelándose de maneras específicas a través de todas las edades para tratar con necesidades específicas de la humanidad y de Su creación.

Moisés fue llamado por el Señor para servir como el líder de la agenda divina para la liberación y la transformación del pueblo del Señor.

10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.” (Éxo 3:10)

Ese llamado es el eje central que ha provocado el análisis de la personalidad de este hombre, así como el análisis de sus características como líder. La figura de Moisés ha provocado estudios interdisciplinarios acerca de estos dos (2) escenarios. Hay un dato sobresaliente en medio de muchos de las publicaciones que hemos revisado. Este dato es el hecho de que la Biblia destaca la mansedumbre o la humildad de Moisés como un elemento central de su personalidad y de su liderazgo. Esto, particularmente de frente al reto a su autoridad que desataron sus propios hermanos Aarón y María:

1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita. 2 Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. 3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.”  (Núm 12:1-3)

La humildad y la mansedumbre no son consideradas como características importantes para el liderazgo de la posmodernidad.

La respuesta de Dios a este asunto es monumental:

4 Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5 Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. 6 Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.

7 No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8 Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?” (Núm 12:4-8)

El pasaje explica por qué es que el Señor salió en defensa de su paladín. En ningún momento se dice aquí que Dios lo había escogido porque había invertido tiempo en Moisés para adestrarle en Egipto y en el desierto de Madián. Sabemos que estos datos eran importantísimos para la misión. Lo que este pasaje destaca es la relación que Moisés tenía con el Señor. Este pasaje dice que Dios lo escoge y lo defiende porque este hombre era el hombre de confianza del Señor. Así lo dice la versión Nueva Versión Internacional:

el Señor les dijo: «Escuchen lo que voy a decirles: »Cuando un profeta del Señor se levanta entre ustedes, yo le hablo en visiones  y me revelo a él en sueños. 7 Pero esto no ocurre así con mi siervo Moisés, porque en toda mi casa él es mi hombre de confianza. 8 Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas. Él contempla la imagen del Señor. ¿Cómo se atreven a murmurar contra mi siervo Moisés?»”

Hay que leer estas expresiones con mucho detenimiento. Esta versión bíblica dice que en toda la casa de Dios, o sea en un universo de cerca de 3 millones de personas que constituían el pueblo de Israel, tan solo había una persona de confianza para Dios: Moisés.

El concepto que se traduce aquí así es el vocablo hebreo “ʼâman” (H539). Este concepto, entre otras cosas puede ser traducido como confiable, firme, estable, certero, decidido y/o que está a la derecha. O sea, que desde esta perspectiva Moisés se parece a Cristo. No olvidemos que la Biblia dice que Jesucristo intercede por nosotros en los cielos porque está a la diestra de Dios (Lcs 22:69; Hch 2:33-34; 7:55-56)

¿Cuáles son las características que tienen los hombres y las mujeres de confianza del Señor?

De inicio, sabemos que esa persona tiene que parecerse a Jesucristo. No obstante, debemos ser capaces de identificar otras características que nos ayuden a delinear esa clase de seres humanos.

Hay cinco características que muy bien pueden describir a esos hombres y esas mujeres que son personas que gozan de la confianza de Dios. De entrada hay que destacar que pueden servir para establecer diferencias sustanciales que encontramos entre Aarón y Moisés.

La primera es el interés por la gloria de Dios. Los líderes que el Señor procura, aquellos que son sus personas de confianza, conocen a Dios y están interesados en la gloria del Eterno. En el Libro de Éxodo encontramos una historia en la que encontramos a Moisés y a Aarón reaccionando ante la misma crisis; el pecado del pueblo de Israel (Éxo 32:11-14). Ese pasaje dice que Moisés decidió ir en oración procurando que el Señor no destruyera al pueblo por su pecado. EL pasaje bíblico dice que los argumentos de Moisés incluían los siguientes planteamientos:

  • la muerte de los Israelitas sería una contradicción de los propósitos divinos (v. 11),
  • sería una vergüenza ante los Egipcios (v. 12)
  • y sería la cancelación de la promesa hecha a Abraham (v.13).

Aarón respondió a esa crisis haciendo un becerro de oro (v.4) y construyendo un altar sincretista (v.5); la imagen de un dios egipcio (Apis) con la adoración a Jehová.

El salmista dijo acerca de esto que en este ejercicio habían cambiado la gloria de Dios por la imagen de un buey que come hierba (Sal 106:20). Si Aarón hubiera estado interesado en la gloria de Dios nunca habría[1] sucumbido a esta tentación y hubiera reprendido al pueblo por haber querido levantar una adoración falsa.[2]

La segunda característica es que los líderes que el Señor procura, aquellos que son sus personas de confianza, no toleran el pecado. Antes bien, deciden conseguir formas para erradicarlo. En el mismo capítulo que hemos citado del Libro de Éxodo (32) encontramos las reacciones de Moisés ante el pecado de Israel. Esto es, en los versos 19 y 20.

La Biblia dice que Moisés había sido enseñado en toda la sabiduría de los egipcios (Hch 7:20). Lo que esto significa es que Moisés conocía al dios Apis, un dios–toro adorado en la región de Menfis desde la segunda dinastía de Egipto. Moisés sabía que ese dios era el animal sagrado más importante de Egipto y que servía allí como intermediario entre los humanos y los dioses poderosos.[3]

Moisés no podía permitir que el pueblo de Israel cayera en esa trampa. Ese pueblo no necesitaba otros dioses y mucho menos, una relación sincretista entre Jehová y los dioses egipcios. Aarón no solo patrocinó este pecado, sino que no aparece en los relatos de disciplina que recoge este pasaje bíblico, ni se le reconoce que hubiera llamado la atención al pueblo para que se arrepintieran de su pecado.

En tercer lugar, los líderes que el Señor procura, aquellos que son sus personas de confianza, temen a Dios. Es probable, aunque el pasaje bíblico de referencia no lo dice, que Aarón haya decidido hacer el becerro de oro porque tenía temor de que el pueblo de Israel le pudiera hacer daño (Éxo 32:1-3). Si esto es así, entonces su temor al pueblo era mayor que su temor de Dios.

En cambio, Moisés no jugó juegos políticos con esta situación. Su temor de Dios era medular en todas sus decisiones. Moisés temía a Dios y honraba Su santidad, mientras que Aarón temía al pueblo.

En cuarto lugar, los líderes que el Señor procura, aquellos que son sus personas de confianza, toman como su responsabilidad pastorear al rebaño. La respuesta de Aarón ante esta crisis fue una impetuosa. Sus excusas ante la confrontación de Moisés provocan muchas dudas ante cualquier lector  . Veamos sus respuestas:

21 Y le dijo a Aarón: ¿Qué te hizo este pueblo, que le has hecho cometer un pecado tan grande? 22 Y Aarón contestó: Señor mío, no te enojes conmigo. Tú bien sabes que a esta gente le gusta hacer lo malo. 23 Ellos me dijeron: “Haznos un dios que nos guíe, porque no sabemos qué pudo haberle pasado a este Moisés que nos sacó de Egipto.” 24 Yo les contesté: “El que tenga oro, que lo aparte.” Ellos me dieron el oro, yo lo eché en el fuego, ¡y salió este becerro! 25 Moisés se fijó en que el pueblo estaba desenfrenado y expuesto a las burlas de sus enemigos, pues Aarón no lo había controlado, 26 así que se puso de pie a la entrada del campamento”  (Éxo 32:21-26)
Para Aarón, el pueblo era el responsable de esta crisis.

El verso 25 de este capítulo es explícito, particularmente en la versión de la Traducción en Lenguaje Actual:

25 Moisés se dio cuenta de que los israelitas no tenían quién los dirigiera, pues Aarón no había sabido controlarlos.”

En cambio, la respuesta de Moisés, además de ser pastoral, nos muestra que él decidió asumir una parte de la responsabilidad en este asunto.

30 Al día siguiente, Moisés dijo a la gente: Ustedes han cometido un gran pecado. Ahora voy a tener que subir a donde está el Señor, a ver si consigo que los perdone.”  (Éxo 32:30, DHH)

En quinto lugar, los líderes que el Señor procura, aquellos que son sus personas de confianza, están dispuestos al sacrificio. Veamos lo que dicen los versos 31-33 del capítulo al que hemos estado haciendo referencia:

31 Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo: ¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses[c] de oro! 32 Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero, si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito! 33 El Señor le respondió a Moisés: Solo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí. 34 Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré.” (Éxo 32:31-33, NVI)

Los hermanos que escribieron el documento que hemos estado siguiendo como guía para esta reflexión, subrayan el dato de que Moisés no era un ser humano perfecto; ningún ser humano lo es. Sin embargo, no fue el Sumo Sacerdote el que subió a la montaña o que buscó entrar a la presencia de Dios para procurar la misericordia y el favor de Dios para el pueblo de Israel. La persona que decidió hacer esto nunca fue ungido como sacerdote ni como rey. Este hombre, Moisés, fue capaz de ofrecer allí algo más que su vida; él ofreció su salvación, el lugar en el que pasaría la eternidad. No olvidemos lo que dice la Biblia acerca de la petición que él hizo allí:

15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apoc 20:15)
Aarón había decidido condenar al pueblo al patrocinar su pecado con miras a salvarse él. En cambio, Moisés estaba dispuesto a condenarse él con miras de que el pueblo se salvara.

¿No le parece a usted que todas estas características apuntan a Cristo Jesús?

Hay que hacer énfasis en que Jesucristo es mayor que Moisés. La Biblia lo dice así:

3 Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos. 2 Él fue fiel al que lo nombró, como lo fue también Moisés en toda la casa de Dios. 3 De hecho, Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés, así como el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma. 4 Porque toda casa tiene su constructor, pero el constructor de todo es Dios. 5 Moisés fue fiel como siervo en toda la casa de Dios, para dar testimonio de lo que Dios diría en el futuro. 6 Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios. Y esa casa somos nosotros, con tal que mantengamos[a] nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece.”  (Heb 3: 1-6, NVI)

Hay que subrayar que Dios no aceptó la oferta de Moisés. Lo sabemos porque el pueblo de Israel siempre recibió la disciplina de Dios (Éxo 32:35). En cambio, aceptó la oferta de Jesucristo en la Cruz:

5 Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. 9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”  (Isa 53:5-10, RV 1960)

En nuestra próxima reflexión regresaremos al análisis de la segunda fase del desarrollo del liderazgo de Moisés.  Observaremos allí que el desarrollo de su vida interior puede ser equiparado a la mayoría de las propuestas que el Dr. Howard Gardner ha decidido entregar en su identificación de las cinco mentes para el futuro[4]. Estas son:

– La mente disciplinada
– La mente sintética
– La mente creativa
– La mente respetuosa
– La mente ética
Referencias:
[1] Condicional simple / Pospretérito del verbo haber.
[2] Hay un documento que discute todo estos datos: https://asmallwork.wordpress.com/2018/02/08/five-leadership-lessons-from-the-mountain/
[3] https://mitologia.fandom.com/es/wiki/Apis
Colaboradores:
Reflexión pastoral: Rev.  Mizraim Esquilín-García, PhD.  /  Pastor de Comunicaciones: Mizraim Esquilín-Carrero, Jr. / Webmaster: Hno. Abner García  /  Social-Media : Hna. Frances González /  Montaje reflexión-web/curadora Heraldo Digital Institucional-WordPress: Hna. Eunice Esquilín-voluntaria  /  Diseñadora El Heraldo Institucional Edición Impresa Interactiva en InDesign CC: Hna. Eunice Esquilín-voluntaria  /  Fotografías gratuitas: Recuperadas de Unsplash.com por: Nong Vang / David Boca / Diego PH / Benwhite/Priscilla Du Preez /Mathew-Schwartz /Monika Grabkowska. Imagen editada en Photoshop CC: Dra. Eunice Esquilín López – voluntaria 27 de octubre del 2020.

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