Notas del Pastor MJ: La Gracia de Dios

Llevaba varios meses atendiendo un problema relacionado a una de mis computadoras personales. La memoria RAM (la memoria de “trabajo”) de la computadora estaba siendo consumida por la “basura” acumulada en el sistema, producto de las mismas operaciones de la máquina y de la data acumulada a través del proceso de navegación en el internet. Esto estaba haciendo que el funcionamiento de la computadora fuera cada vez más pesado, al punto de llegar a largos tiempos de espera para operaciones sencillas. No me considero un técnico de sistemas de información, pero sé manejarme un poco en aspectos de solución de problemas de este tipo. Fui por todos los pasos rutinarios en las distintas áreas de la computadora, pero el problema no se arreglaba por completo. La computadora funcionaba bien por unos instantes, pero luego volvía a volverse pesada.

Consideré entonces comprar una aplicación de un tercero para hacer diagnóstico del problema y limpiar la máquina de cualquier elemento que estuviera comprometiendo la memoria RAM. Esta aplicación fue buena para esos fines pero su funcionamiento también comprometía la memoria RAM. Así que en realidad el funcionamiento de la computadora se estaba haciendo más pesado aún. Fue entonces que descubrí, que lo que necesitaba lo había tenido todo el tiempo. Investigando en un foro, encontré que el ordenador tiene la capacidad de ir directamente al directorio del sistema, a través de una instrucción, para revelar toda la “basura” acumulada y escondida en el ordenador, y que está debilitando su funcionamiento. Una vez esta función revela lo que está escondido, es cuestión de borrarlo. Desde ese entonces la computadora ha estado funcionado como nunca. Lo más impresionante, todo lo que necesitaba para solucionar mi problema, siempre había estado a mi disposición. ¡Palabras con luz!

Hay personas que andan por la vida buscando soluciones para sus problemas cuando todo lo que necesitan está a su disposición. Van detrás de soluciones temporales para poder alcanzar esa vida plena que les elude. La realidad es que no son posesiones materiales, no son metas profesionales, relaciones o un estilo de vida especifico lo que va a producir en ti una vida plena. No se trata de validar una forma de ser, de identificarte con una postura o adoptar una causa lo que va a traer satisfacción a tu corazón. No se trata de un enfoque político, un enfoque religioso o una perspectiva social lo que va a llenarte de gozo. Es dejar que en tu corazón opere la gracia de Dios. La gracia de Dios, ese favor inmerecido de Dios, pone en función, entre otras cosas , la presencia del Santo Espíritu de Dios. El Santo Espíritu de Dios tiene la capacidad operar en aquellas áreas que están ocultas, para revelar todo aquello que está deteniendo y debilitando tu vida. Una vez él revela lo que está haciéndote daño, él puede encargarse de transformarte para que puedas vivir a plenitud. No hacen falta “aplicaciones” externas para que puedas sentirte bien. No tienes que recurrir a las sustancias controladas, o al alcohol o a vicios que son dañinos y destructivos. Solo tienes que pedirle a Dios que derrame gracia sobre ti.

El apóstol Pablo decía que la gracia del Señor es suficiente, para que cualquier debilidad sea mitigada a través del poder del Señor. Esa gracia siempre ha estado disponible. Esa gracia siempre ha sido suficiente. Esa gracia es todo lo que necesitas.

Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. (2 Corintios 12:9)

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