Notas del Pastor MJ: Depende de Dios

Uno de mis pasatiempos favoritos en este tiempo ha sido el ciclismo de montaña (Mountain Bike).  En Puerto Rico hay gran cantidad de veredas y rutas para este deporte.  Hace un tiempo atrás en una de estas rutas, uno de los ciclistas que andaba en el grupo chocó su rueda delantera con una piedra en el camino y esta se le vació.  Afortunadamente hoy en día esas cosas se arreglan con mucha facilidad y la corrida no se vió interrumpida.

Esta experiencia muy bien se puede asociar a la ansiedad, pues suele ocurrir lo mismo frente a estos escenarios.  Podemos ir a toda velocidad en nuestra vida y de repente chocamos con situaciones que nos llenan de ansiedad y literalmente podemos “desinflarnos”.  En estas ocasiones tenemos que recurrir a uno de los antídotos por excelencia para contrarrestar la ansiedad: La oración.
La oración frente a los momentos de ansiedad es un testimonio de dependencia.  Literalmente le estás diciendo a Dios que dependes de él, que por tus propias fuerzas no puedes proseguir. De lo contrario, la situación que enfrentas no te produciría ansiedad.  El único peligro de la oración es considerarla, pero no practicarla.  A menudo me encuentro con personas que me piden oración para diversas situaciones que les ocupan, pero su petición no muestra una intención de su parte para integrarse a la oración de forma personal.  Claro que es necesario interceder los unos por los otros.  Pero nada sustituye la experiencia intima de aquellos que echan todas sus ansiedades de modo personal sobre los brazos de aquel que tiene cuidado de todos nosotros.

Puedes estar atravesando por periodos de mucha ansiedad.  Mi invitación para ti; ve a la presencia de aquel que tiene cuidado de ti.  No hacen falta muchas palabras.  En muchas ocasiones es simplemente el deseo de sacar un tiempo para disfrutar de la compañía del Señor, disfrutar de su presencia.  Si no sabes como orar, puedes acompañar ese tiempo de oración con un Salmo de la Palabra.  Has tuyas esas palabras mientras las lees y dedícaselas al Señor en oración.

No dejes que las piedras del camino interrumpan tu caminar y te dejen sin aire.  Ve en oración delante de la presencia de aquel que en un principio respiró vida sobre ti.  El te creo, él te ama y él tiene cuidado de ti.