797 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVI • 23 de mayo del 2021

Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida: “¿Se puede perder la salvación?” Parte I
 
Reflexión por el Pastor-Rector: Mizraim Esquilín-García
797 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVI • 23 de mayo del 2021
 
 El tema de si se puede o no se puede perder la salvación ha sido el eje de los debates más candentes en toda la historia del Cristianismo; particularmente luego del Sínodo de Dort en 1618-19. La batalla entre las posiciones acerca de la salvación del Calvinismo (en todas sus modalidades), originado por la teología de Juan Calvino (1509- 1564) y del Arminianismo (en todas sus modalidades), originado por Jacobo Arminio (1560-1609), se ha extendido hasta nuestros tiempos.

Este debate se ha mantenido subiendo o bajando sus tonalidades a través de todas las generaciones después de la Reforma Protestante.

A continuación los puntos más importantes que están en debate:

  • El Calvinismo sostiene una total depravación del hombre, mientras que el Arminianismo dice que la depravación es parcial.
  • El Calvinismo se adhiere a una elección incondicional, mientras que el Arminianismo dice que la elección es condicional; basada en la cooperación del hombre con la gracia divina a través de la fe.
  • El Calvinismo sostiene que la expiación es limitada, mientras que el Arminianismo dice que la expiación es ilimitada.
  • La expiación limitada es la creencia de que Jesús sólo murió por los elegidos. La expiación ilimitada es la creencia de que Jesús murió por todos, pero que Su muerte no tiene efecto hasta que la persona cree en Cristo.
  • El Calvinismo comprende la creencia de que la gracia de Dios es irresistible, mientras el Arminianismo dice que una persona puede rechazar la gracia de Dios.
  • El Calvinismo cree en la perseverancia de los santos, mientras que el Arminianismo sostiene que la salvación está condicionada.
    • La perseverancia de los santos se refiere al concepto de que una persona que ha sido elegida por Dios, perseverará en la fe y nunca negará a Cristo o se apartará de Él: no perderá su salvación.
    • La salvación condicional es la opinión de que un creyente en Cristo puede, de su libre albedrío, alejarse de Cristo y, por lo tanto, perder la salvación. Esto es: la presciencia de Dios, quien tiene el conocimiento previo de quién creerá y quién no creerá en Cristo; y (2) la voluntad del hombre, por asistencia divina, que es hecha libre para creer o rechazar a Cristo.
Es necesario formular nuestra posición teológica al respecto: La salvación se puede perder. Fue el Sínodo de Dort, no Juan Calvino, el que dio a conocer (cinco) principios que el Calvinismo  considera básicos para decidir que la salvación no se puede perder. Estoy convencido de que se equivocaron.  Incluimos aquí algunas materiales en los que nuestros lectores pueden estudiar con miras a encontrar más información acerca de este tema.[1],[2],[3]

 El libro de Geisler que sugerimos es un joya toda vez que este autor, una eminencia en el campo académico,  fue profesor de teología calvinista por varias décadas. Sus estudios continuos sobre este tema lo condujeron a cambiar sus posturas teológicas. Claro está, sus escritos señalan y critican los errores de las posiciones extremistas y radicales de ambas vertientes, del Calvinismo y del Arminianismo.

Otro de estos libros es escrito por Ken Wilson[4]. Este libro es el resumen de la tesis doctoral que Wilson presentó en el 2012 en la Universidad de Oxford. El título de su tesis es “Augustine's Conversion from Traditional Free Choice to 'Non-free Free Will': A Comprehensive Methodology.”  Para esta tesis Wilson decidió revisar el tema de la salvación y de la predestinación desde los pensadores griegos hasta la Reforma Protestante, así como todo los materiales disponibles escritos por Agustín de Hipona.
 
Dentro de sus conclusiones se desataca que cuando Agustín de Hipona migró de su posición de libre albedrío y libre selección a la de la predestinación, sus posturas fueron rechazadas por los líderes de la Iglesia de su tiempo (siglo quinto de la Era Cristiana). Estas posturas fueron rechazadas porque Agustín decidió utilizar las interpretaciones bíblicas del maniqueísmo, movimiento teológico y filosófico que había sido declarado una herejía.[5] Hay que desatacar que Agustín fue anti maniqueista hasta el 412 D.C.[6]
 
 Wilson demuestra en su tesis y en su libro que Juan Calvino retomó las posiciones teológicas de Agustín de Hipona, ignorando las decisiones de los Concilios de la Iglesia.

Aún más, Wilson demuestra que Calvino creía que las posturas teológicas de Agustín eran paulinas, cuando el análisis de estas revela que no lo eran.  Wilson demuestra que Agustín de Hipona no basó sus nuevas posturas acerca de la salvación a base del pensamiento teológico el Apóstol Pablo.

No pretendemos agotar la discusión y el análisis de un tema tan intenso en unos ensayos pastorales, pero los datos son fidedignos y necesitan ser analizados.
Los cinco puntos establecidos en el Sínodo antes mencionado son llamados “TULIP” por virtud de la lectura del acrónimo que estos forman en inglés. Este acrónimo se ha convertido en uno de los más reconocidos en los años recientes debido a la ola reformada radical sobre este tema. Esta ola ha surgido en casi todas las generaciones anteriores  para luego perder su preponderancia.
 
A continuación el resumen del acrónimo antes mencionado: “TULIP”:
  
  • “Total depravity” (Depravación Total)
  • “Unconditional election” (Elección Incondicional)
  • “Limited atonement” (Expiación Limitada)
  • “Irresistible grace” (Gracia Irresistible)
  • “Perseverance of the saints” (Pereseverancia de los santos: la salvación no se pierde)
 

 
Hay unos estudios bíblicos sencillos que analizan estos puntos desde la perspectiva Arminiana o en nuestro caso, Provisionista[7].  Nosotros creemos que Dios provee su amor y hace disponible su  salvación a toda criatura. En esta reflexión estaremos utilizando algunos de estos para beneficio de los lectores.
 
El primer punto: “T” (“Total depravity” (Depravación Total) parte de la premisa de ningún ser
humano posee elementos o aspectos perfectos en su carácter. O sea, que el ser humano es tan depravado y vendido al pecado que no puede escoger creer en el Evangelio. Uno de los versos bíblicos que más utilizan los Calvinistas para probar este punto es el siguiente:
 
“19 Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.” (1 Jn. 5:19).

  O sea que desde que Adán y Eva cayeron de la gracia de Dios, la depravación del ser humano impide que podamos ser capaces de aceptar el Evangelio. Por lo tanto Dios tiene que hacer el milagro de   la elección para que algunos puedan ser salvos: los escogidos. Corrompidos en todas nuestras facultades, en el alma y en el cuerpo porque la culpa del pecado original nos fue imputada. Esto es, la misma muerte en pecado y la misma naturaleza corrompida a través de todas las generaciones. O sea, que nosotros no podemos hace nada que nos pueda llevar a la salvación
  Hay que tener mucho cuidado con las interpretaciones bíblicas. Uno de los recursos que hemos incluido aquí cita de manera magistral al Apóstol Pablo cuando este le dice a la Iglesia en Roma que él le da gracias a Dios porque la fe de ellos “se divulga por todo el mundo” (Rom 1:8b). ¿Esto significa que los Chinos, los Incas y lo Aztecas estaban escuchando el mensaje de salvación que predicaba la Iglesia que estaba en Roma? Todos sabemos que la respuesta es no.
  El problema con la interpretación que el Calvinismo hace de 1 Jn 5:19 es que ésta no se sostiene con lo que dice la Biblia. Por ejemplo, el Apóstol Pablo señala en su carta a los Romanos que Dios se revela a todos los seres humanos, por impíos o malvados que estos puedan ser (Rom 1:18-32).
  
  “18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.”  (Rom 1:18-32)

Es el rechazo a esa revelación lo que permite que Dios los pueda condenar. La posición y la efectividad de esa revelación serían académicas si Dios hubiera ya decidido que la maldad de estos a quienes Él se revela les impide recibir esa revelación. Esto describiría la imagen de Dios como la de un tirano arbitrario y verdugo de aquellos que Él sabe que no lo pueden aceptar. Además, presentaría una imagen de un Dios que tiene temor de permitir que los seres humanos puedan escoger si lo aman o no y que es por esto que Él los ha pre-seleccionado.
  Nuestro Dios no es un tirano arbitrario, no es verdugo y tampoco tiene temor alguno. Es por esto que Él dice lo siguiente: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás” (Jn 6:35).
  El error que se comete en la interpretación del verso de la Primera Carta de Juan que hemos citado es el mismo que se comete con otros pasajes bíblicos Veamos un ejemplo de ello; el del Salmo 14:
 
“2  Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. 3Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 4¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan? 5Ellos temblaron de espanto; Porque Dios está con la generación de los justos.” (Sal 14:2-5)
  Una lectura superficial de estos versos nos puede llevar a concluir que no hay nadie justo ni bueno sobre la faz de la tierra; todos estamos corrompidos. El problema con esta conclusión es que entonces no podríamos ser capaces de explicar con quién está Dios, porque no habría espacio para que existiera la “generación de los justos.”  La narrativa bíblica acerca de la conversión de Cornelio (Hch 10:1-47) da al traste con la interpretación acerca de la depravación total. Ese pasaje dice que Cornelio no había recibido el mensaje de salvación; no se había convertido. Sin embargo, Dios es el que le habla a través de un ángel para que Él pudiera hacer lo que tenía que hacer para recibir el mensaje de salvación.
  “1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, 2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 3 Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 4 El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. 5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas…”
 (Hch 10:1-6)
  La posición de la Depravación Total no permite esta clase de reacciones ni de decisiones. Cornelio repite que todo lo que él hizo fue por instrucciones  celestiales para poder recibir el
 mensaje de Cristo.
  “25 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. 26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. 27 Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. 28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; 29 por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? 30 Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, 31 y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 32 Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. 33 Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado.”  (Hch 10:25-33)
  ¿Qué sucedió aquí? ¿El ángel no sabía que los seres humanos no pueden hacer nada que propenda a recibir y a alcanzar el regalo de la salvación que no da Dios a través de Cristo Su hijo? Es Pedro el que destaca que Dios se agrada de estas cosas y lo dice cuando llegó a la casa de Cornelio (Hch 10:37-35). Es el mismo Pedro el que destaca que ese mensaje requiere ser creído y recibido:
   “43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.” (Hch 10:43)
  Al mismo tiempo, los profetas del Antiguo Testamento enfatizaban en la responsabilidad individual y personal que posee cada ser humana con sus reacciones ante el mensaje de la salvación.
  “1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Qué pensáis vosotros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? 3 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca más tendréis por qué usar este refrán en Israel. 4 He aquí que todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma del hijo es mía; el alma que pecare, esa morirá.” (Eze 18:1-4; el profeta Jeremías también afirma esto: Jer 31:29-30)
            
 Cristo enfatizó esto cuando dijo lo siguiente:
   “31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.” (Lcs 5:31-32)
  Estos pasajes bíblicos dicen que todos los seres humanos poseen la oportunidad de recibir el mensaje de salvación. Todos poseemos esta oportunidad.
  Es cierto que el Calvinismo hace uso de Juan 6:43-44:


  “43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.”

  No obstante, no es menos cierto que la Biblia también dice que todos los seres humanos, repetimos: todos los seres humanos recibimos la oportunidad de recibir el llamamiento, y como dice el libro de Los Hechos, lo que se requiere de nosotros es que hagamos algo, que procedamos al arrepentimiento.

  “30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;” (Hch 17:30)
            
  Es más, la Biblia dice que Dios no quiere que los pecadores perezcan sino que todos hagan algo, que procedan al arrepentimiento
  “9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Ped 3:9)
   Este verso presentaría muchas dificultades teológicas si la elección previa fuese la postura teológica correcta. Esto es así porque estaría diciendo que el deseo, la voluntad expresa de Dios no es igual al producto final.  El verbo griego traducido como “procedan” es “chōreō” (G5562).

Este se define como moverse de un lugar a otro para avanzar e implica la acción de tragar[8], admitir, decidir dar espacio, entrar, sostener, etc. O sea, que el ser humano tiene que hacer algo para ser salvo. El ser humano tiene que moverse de sus posturas de rechazo y de ignorancia a la fe. Si quiere usar otra metáfora, el ser humano tiene que comer y tragar el mensaje de salvación, tiene que admitirlo, tiene que dar espacio al mensaje, tiene que entrar y sostenerse allí.

Todo esto da al traste con la posición de la “T”, (Total Depravity), la depravación total.
  • Nuestra próxima reflexión será dedicada al análisis de la “U”: “Unconditional election” (Elección incondicional).
 
Referencias: 
[1] Geisler, Norman. Chosen But Free. Baker Book Group - A. Kindle edition.
[2] Flowers, Leighton. God's Provision For All: A Defense of God's Goodness. Trinity Academic Press. Kindle edition.
[3] Whosoever Will (by David Allen). B&H Publishing Group. Kindle Edition.
[4] Wilson, Ken. The Foundation of Augustinian-Calvinism. Regula Fidei Press, LLC. Kindle edition.
[5] https://www.significads.com/maniqueismo/
[6] Ibid. pp 69-71
[7] https://www.christian-history.org/calvinism.html; https://www.simplybible.com/f955-tulip-intro-overview-chart.htm
[8] Louw, J. P., & Nida, E. A. (1996). Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains   (Electronic ed. of the 2nd edition., Vol. 1, p. 183). New York: United Bible Societies.
____________
Colaboradores:
Reflexión Pastoral: Rev. Mizraim Esquilín-García, PhD. / Pastor de Comunicaciones: Mizraim Esquilín-Carrero, Jr. / Webmaster: José Braiden / social media & pauta al nuevo App/AMECCDA: Hna. Frances González • Revisión final montaje y curadora en MSWord Reflexión Heraldo Digital Institucional: Hna. Eunice Esquilín-voluntaria / Fotografías gratuitas: Recuperadas de Unsplash.com: Ismael Paramo; Pa li Heimplatz. Creación de la Imagen foto-editada para número 797. Diseñada en Photoshop CC para el nuevo APP-AMECCDA: Dra. Eunice Esquilín López ITDE EdD – voluntaria 23 de mayo del 2021.
 
Iglesia AMEC Casa de Alabanza, Canóvanas Puerto Rico • 23 de mayo del 2021 • Somos una Iglesia de Presencia Internacional • Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida: “¿Se puede perder la salvación?” – Parte I • El Heraldo Digital Institucional • Volumen XVI • 797
 
  [1] Geisler, Norman. Chosen But Free. Baker Book Group - A. Kindle edition.
   [2] Flowers, Leighton. God's Provision For All: A Defense of God's Goodness. Trinity Academic Press. Kindle edition.
   [3] Whosoever Will (by David Allen). B&H Publishing Group. Kindle edition.
   [4] Wilson, Ken. The Foundation of Augustinian-Calvinism. Regula Fidei Press, LLC. Kindle Edition.
   [5] https://www.significados.com/maniqueismo/
   [6] Ibid. pp 69-71
   [7] https://www.christian-history.org/calvinism.html; https://www.simplybible.com/f955-tulip-intro-overview-chart.htm
[8] Louw, J. P., & Nida, E. A. (1996). Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains (electronic ed. of the 2nd edition., Vol. 1, p. 183). New York: United Bible Societies.
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