Notas del Pastor MJ: ¡Nada nos falta!

A lo largo de mi carrera en la industria farmacéutica he tenido la dicha de tener compañeros de trabajo maravillosos.  Hay uno de ellos, que aparte de trabajar conmigo en una planta de productos estériles en Carolina Puerto Rico, también era militar.  Como parte de sus responsabilidades fue asignado a participar en uno de los conflictos en el Golfo Pérsico.  Recuerdo que en su regreso al trabajo luego de culminar su participación militar, me enseñó un retrato que tomó durante su estadía en aquel lugar.  Esta foto, que cautivó mi corazón, mostraba a un pastor de ovejas con sus vestiduras del medio oriente, moviendo a su rebaño en medio del desierto.  Rápidamente mi corazón se transportó al pasaje hermoso de la Palabra que todos conocemos:


Nunca había visto una imagen tan real de este pasaje hasta ese momento.  De seguro el salmista escribió estos versos, inspirado en un ambiente muy similar al de aquel retrato del desierto del Golfo Pérsico.  Este pastor tenía peligros a su alrededor, conflictos externos marcados por múltiples ejércitos que irrumpían en su diario vivir.  Esto acompañaba a la incertidumbre del momento, pues había inestabilidad por todas partes.  El escenario desértico complicaba aún más la tarea de asegurar el bienestar del rebaño.  Pero las ovejas no sentían ninguna de estas cosas.  Ellas caminaban confiadas porque allí estaba el Pastor.  El Pastor iba a asegurar su bienestar.

Esa es la misma garantía de esperanza que tu y yo tenemos.  Puede haber múltiples ejércitos irrumpiendo en nuestro diario vivir.  Puede haber conflictos a nuestro alrededor y la incertidumbre del momento nos puede arropar.  Puede inclusive que nuestro escenario actual se asemeje a un desierto.  Pero nada nos va a faltar porque el buen Pastor está en el valle.  ¡Qué hermosa esperanza!

Que tal si en vez de enfocar en lo que falta ponernos nuestra mirada en lo que el Buen Pastor nos asegura.  Tenemos asegurado el bien y la misericordia, tenemos aseguradas las aguas para reposar, verdes pastos para el alimento, ungüento de aceite para nuestras mentes, abundancia en nuestras copas, protección en el valle de las sombras, dirección a través de la vara y el callado del Pastor y una morada asegurada en la presencia del Padre.  ¡Nada nos falta, porque el buen Pastor está en el valle!