Notas del Pastor MJ: Dios opera a tu favor

Somos muchos los que hemos experimentado el abrazo del Padre a través de una canción.  Son incontables los testimonios de como Dios nos visita y trabaja con nosotros, en medio de los momentos difíciles, a través de la alabanza.  La Biblia tiene gran cantidad de expresiones acerca de la canción y del poder que tiene para sanar, libertar y sustentar a aquellos que participan de ella.  Esto es así porque la alabanza tiene una serie de propiedades poderosas.  La Biblia dice que Dios nos rodea con cánticos que traen libertad (Salmo 32:7).  La Biblia dice que la alabanza es testimonio de la compañía del Señor (Salmo 42:8) y de su consuelo en medio de la angustia (Salmo 120:1).  La Biblia también dice que los mandamientos de Dios, su palabra, se traducen en canción en nuestras vidas (Salmo 119:54).

Hay muchas características más, pero quizás una de las más hermosas es que la alabanza es un pedacito de cielo.  La alabanza es tan maravillosa que hasta Dios la usa para cantarnos a nosotros (Sofonías 3:17).  Es una experiencia sublime experimentar la presencia del Señor cuando él canta a nuestro corazón.   La pregunta que tenemos que hacernos es la siguiente:  Si la alabanza es tan poderosa; ¿por qué no la usamos más a menudo?  Leía en estos días un libro de un escritor llamado Matt Redman.  Matt es un cantante cristiano, quien también ha compuesto gran cantidad de coros de adoración que se cantan actualmente en muchas iglesias del mundo.  El decía lo siguiente:  Si una canción va a ser escrita para un tiempo de adoración, tiene que nacer en medio de un tiempo de adoración.  En otras palabras, no podemos darle a Dios en público lo que no hemos conseguido en privado.  A pesar de que este escrito está dirigido a líderes de alabanza de iglesias creo que nos aplica a todos.  Así seas un líder de alabanza o seas alguien que no sepa entonar, la Biblia dice que a todos nos toca exaltar el nombre del Señor a través de la alabanza.


Por lo tanto, es tiempo de comenzar a darle a Dios la alabanza que le debemos.  Esa alabanza debe comenzar en lo secreto y luego crecer desde nuestro corazón hasta que se convierta en una expresión pública.  Si estás triste canta.  Si te sientes solo canta.  Si tienes dolor en tu corazón canta.  Si estás en medio de tiempos de ansiedad, no hay nada mejor, canta.  En medio de la incertidumbre, canta.  En la enfermedad, también canta.  Cuando te han fallado, canta.  Cuando sientes que has fallado, canta. Cuando experimentas el fracaso, canta.  Cuando se cierra una puerta, canta.  Cuando pierdas una relación, canta.  Si sientes frustración, canta.  Si tienes coraje, aún entre dientes canta.  Cuando no tengas fuerzas, canta.  Cuando te falte el gozo, canta.  Cuando te falte la dirección, canta.  Cuando tengas dudas y tu fe sea pequeña, confía y canta.  Cuando ni tan siquiera tengas una canción, canta.  Solo basta recordar que Dios ha sido fiel, permanece fiel y seguirá siendo fiel.  Solo basta recordar que somos amados por Dios y que en su misericordia nos ha dado mucho más de lo que podemos imaginar.  Solo basta recordar que Dios siempre es bueno.

Deja que Dios escriba su canción en tu corazón.  Mientras le alabas vas a experimentar su paz y serás testigo de cómo él opera a tu favor.