Notas del Pastor MJ: Libres de temor

“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio”. (2 Timoteo 1:7 DHH)

Hay un sinnúmero de razones por las cuales podemos sentir temor en este tiempo. El miedo puede inundar nuestro corazón a consecuencia de la incertidumbre económica o política de este tiempo. Hay quienes tienen temor de criar a sus hijos en el ambiente tan disfuncional que existe actualmente. Por otro lado, hay quienes sienten miedo de la ola criminal o de las distintas modalidades de terrorismo que existen hoy en día. Hay otros cuyos temores provienen de situaciones de enfermedad o de salud, enentos relacionados al COVID-19, a las vacunas, a las estadísticas. En fin, es muy fácil ceder ante las garras del miedo con tantas situaciones a nuestro alrededor que pueden provocarlo.

Hay un detalle particular acerca del temor que se menciona de forma indirecta en ese verso de 2 Timoteo 1:7. El apóstol Pablo, quien le escribe esta carta a su amado hijo espiritual Timoteo, describe el temor, no como una emoción sino como un espíritu. Esto es una verdad central porque entonces el problema del temor no es simplemente uno emocional, sino espiritual. Por supuesto que el miedo es una emoción que a menudo experimentamos. Sin embargo, lo que está diciendo Pablo es que la génesis del temor es espiritual. Reconocer esto es de vital importancia porque nunca podremos atender correctamente un problema si desconocemos qué es lo que lo provoca. Pablo le está diciendo a Timoteo (y a nosotros también) que la raíz causa del temor es espiritual. De modo que nuestros temores tienen que ser atendidos de forma espiritual.

Tu y yo conocemos que para atender algo de forma espiritual tenemos que recurrir a los brazos de aquel que nos garantiza una llenura de su Santo Espíritu. Tenemos que ir a los brazos de aquel que con su Santo Espíritu garantiza los frutos que necesitamos para poder sostenernos en el camino. Entre esos frutos está la paz, la mansedumbre y el gozo. Pero todavía mejor, Dios ha garantizado su amor para nosotros. Dice la Palabra que ese perfecto amor echa fuera todo temor (1 Juan 4:18).

Aquello que es espiritual puede afectar nuestras emociones y sentimientos. De modo que tenemos que atender nuestra disciplina espiritual para mantener nuestras emociones y sentimientos en el nivel que les corresponde. Si sientes que estás experimentando mucho temor recurre nuevamente a tus disciplinas espirituales. Hay que aumentar la oración, hay que aumentar la alabanza, hay que aumentar la lectura de la Palabra y también la frecuencia con la cual nos congregamos. Son recetas sencillas para manejar el temor. Dios nos quiere hacer libres del temor para que podamos vivir con plenitud de gozo y disfrutando de todas las bendiciones y las promesas que El nos ha concedido. ¿Cuántos quieren decirle adiós al temor?

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