825 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 5 de diciembre de 2021

Entrando a un nuevo tiempo (Parte #8)
Reflexión por el Pastor/Rector: Mizraím Esquilín-García
825 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 5 de diciembre de 2021


“1 Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo. 2 Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion. 3 Porque así dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados. 4 Porque así dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para morar allá, y el asirio lo cautivó sin razón. 5 Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día. 6 Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. 7 ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina! 8 ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion. 9 Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido. 10 Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro. 11 Apartaos, apartaos, salid de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová. 12 Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel. ” (Isa 52:1-12)

            La reflexión anterior nos proveyó la oportunidad para examinar la acción de soltar las ataduras que se encuentran en el cuello que el profeta Isaías incluye como parte de esta profecía. Repetimos que este es uno de los requisitos establecidos para entrar a ese nuevo tiempo que el Señor nos ha venido señalando durante los meses más recientes:
  “suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion”  (Isa 52:2c)

            Repetimos que la acción definida aquí como soltar es la traducción de un verbo hebreo: “pâthach”, (H6605).  Este concepto se utiliza en la Biblia para describir la acción de abrir, la acción de desenvainar las espadas y abrir las prisiones (Sal 37:14 Eze 21:33, Isa 14:17), la acción de cantar para dirigir al pueblo (Sal 49:4), y la acción de soltar las cadenas, las ataduras y el cilicio. [1] También se usa para describir la acción de grabar, de inscribir en una superficie sólida y para describir la acción de que se abran las flores (Cant 7:13).[2]

            Otros ejemplos de sus usos incluyen recuperar la acción de escuchar para obedecer (Isa 35:5; 50:5), ser liberados [3] y la acción de desdoblar o desplegar algo.[4] Estos son solo algunos ejemplos de sus usos.

            El análisis de la historia bíblica acerca de Eliezer, el mayordomo de Abraham, que describe los procesos para que este pudiera conseguir una novia para Isaac (Gén 24:1-67), ocupó el centro de nuestra reflexión anterior. Utilizamos este pasaje para puntualizar el uso de este concepto, subrayando que Eliezer encontró quién le hiciera “pâthach” a sus camellos porque él estaba cumpliendo el propósito que Dios le había encomendado a través de Abraham (Gn 24:32-33). Recordemos que Abraham es el que da las instrucciones, pero si Eliezer no consigue a Rebeca, la mujer correcta para Isaac, no nace Jacob, no nace Judá, no nace David y no nace Cristo. O sea, que este mayordomo formaba parte de la agenda profética de salvación para la humanidad. Esta es una  de las razones por las que le dedicamos mucho espacio al análisis y a la discusión de las características administrativas y ministeriales que exhibía este mayordomo.

            Dentro de los otros pasajes bíblicos que utilizan el concepto “pâthach” encontramos la saga de José abriendo los graneros en Egipto. Muchas personas habrían muerto de hambre si José no hubiera decidido tomar esta acción.

“53 Así se cumplieron los siete años de abundancia que hubo en la tierra de Egipto. 54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan. 55 Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. 56 Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto.” (Gen 41:53-56)

            No se pueden abrir graneros para repartir lo que estos contienen si no han tomado las decisiones y las previsiones para que estos estén llenos en ese momento. En otras palabras, la autoridad que Dios le concedió a José para hacer “pâthach” de estos graneros estaba acompañada de la autoridad y de las capacidades para desarrollar una mayordomía responsable y visionaria de los recursos de Egipto.

El modelo de Eliezer ejemplifica cuando Dios decide hacer provisión para que otro realizara el “pâthach” que necesitaban de los camellos de este mayordomo. El modelo de José representa la autoridad para hacer el “pâthach” que viene precedida y empoderada por las capacidades para organizar, ahorrar, administrar y distribuir bienes necesarios con sabiduría y prudencia. En el caso de José todo esto es el resultado de un buen uso de la revelación que Dios había dado.

Es muy interesante el dato de que los versos anteriores a los antes citados sirvan para describir la sanidad emocional de José (Gén 41:49-52). En otras palabras, este hombre no esperó a estar sano para comenzar a trabajar en el proyecto de Dios para salvar el mundo conocido. No obstante, tampoco detuvo su proceso de sanidad por estar trabajando en el desarrollo del plan de Dios.

Otro pasaje que debemos considerar es el que describe a la hija del faraón de turno en Egipto en la acción de rescatar a Moisés de las aguas del Nilo.

“5 Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.”

            Esta acción no puede ser considerada como un resultado casual. Los versos anteriores a los que hemos citado nos dejan saber que Jocabed, la madre Moisés (Éxo 6:20) orquestó todo esto. Esta madre no podía correr el riesgo de que su bebé muriera en el río (Éxo 2:1-4). En otras palabras el “pâthach” que se produce aquí es el resultado del sinergismo entre el amor, la necesidad y la perspicacia de una madre con el itinerario y la autoridad de una mujer que podía garantizar la salvación y la libertad de este niño.

La liberación del pueblo de Israel dependía de esto. La formación de una nueva nación dependía de esto. El nacimiento de un Salvador dependía de esto. El nacimiento de la Iglesia de Cristo dependía de esto. Jocabed no lo sabía, pero su sabiduría y su capacidad para planear bien las cosas formaban parte de Dios para el cumplimiento del plan de salvación.

El próximo pasaje que señalaremos es el que describe la acción para grabar los nombres de los hijos de Israel en las piedras que llevaba el sumo sacerdote como parte de sus vestiduras sacerdotales. Esto formaba parte de las instrucciones dadas por Dios.
“9 Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel; 10 seis de sus nombres en una piedra, y los otros seis nombres en la otra piedra, conforme al orden de nacimiento de ellos.” (Éxo 28:9-10).

             Estas piedras grabadas pueden ser interpretadas como que el Sumo Sacerdote representaba a todas las familias de Israel delante de Dios.[5]  O sea, que la persona que ejercía esa función en Israel llevaría sobre su pecho a todas las familias de ese pueblo, tanto en las áreas públicas como en el Lugar Santísimo. Esta acción predica que todas las familias son importantes para Dios. En este caso, la acción de hacer “pâthach” en estas piedras, de grabar estos nombres, forma parte del cumplimiento de las promesas que Dios le hizo a Abraham:
“2 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Gén 12:2-3)


 Sabemos que Jesucristo es el cumplimiento de esta promesa. Sin embargo, esto no cancela la realidad de que Dios estaba garantizando esta bendición con la acción de grabar las piedras con los nombres de las tribus de Israel.

 Otro pasaje en el que encontramos el uso del concepto “pâthach” es el que describe la gracia exhibida por Dios abriendo la boca de un asna sobre la que cabalgaba Balaam:
“27 Y viendo el asna al ángel de Jehová, se echó debajo de Balaam; y Balaam se enojó y azotó al asna con un palo. 28 Entonces Jehová abrió la boca al asna, la cual dijo a Balaam: ¿Qué te he hecho, que me has azotado estas tres veces? 29 Y Balaam respondió al asna: Porque te has burlado de mí. ¡Ojalá tuviera espada en mi mano, que ahora te mataría! 30 Y el asna dijo a Balaam: ¿No soy yo tu asna? Sobre mí has cabalgado desde que tú me tienes hasta este día; ¿he acostumbrado hacerlo así contigo? Y él respondió: No. 31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro. 32 Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.” (Núm 22:27-32).

            La historia de Balaam es sin duda alguna una de las más interesantes que encontramos en el Antiguo Testamento. Este adivino Moabita (Josué 13:22) es recipiente de los dones de la gracia de Dios en muchas ocasiones. Esto tiñe la historia de Balaam con los colores de la misericordia de Dios. Hay algunos datos acerca de este hombre que compartimos en El Heraldo del 10 de marzo del 2019:

“Balaam es un personaje enigmático. Su historia y los efectos de esta están diseminados en varios libros de la Biblia. En el libro de Números aparecen descritas sus acciones directas (Núm 22 al 24 y Núm 31). Los resultados de sus acciones los encontramos en los siguientes pasajes bíblicos: Det 23:4-5; Jos 13:22; 24:9-10; Neh 13:2; Miq 6:5; 2 Ped 2:15; Judas1:11 y Apoc 2:14.
 
El Profesor Jonathan Sacks analiza este personaje en su libro hacer del libro de Números. Allí Sacks plantea que Balaam era el equivalente de Moisés fuera del pueblo de Israel:
 
“The rabbinic literature includes some astonishingly positive evaluations. On the phrase “no other prophet has risen in Israel like Moses, whom the Lord knew face-to-face” (Deut. 34: 10), the sages said: “In Israel there was no other prophet as great as Moses, but among the nations there was. Who was he? Balaam.”  
 
Esta declaración está basada en el análisis de Det 34:10 que se hace en Sifre, Devarim (Pisqa’357), un comentario rabínico oral del 4to siglo acerca del libro del Deuteronomio. Balaam no era Israelita pero hablaba con Dios cara a cara. No solo esto, Balaam era un hombre con unos dones espirituales y unas herramientas para trabajar con las personas que eran de primer orden. Balaam era un profeta genuino que tenía una capacidad para escuchar a Dios y hablar a nombre suyo.
 
El problema más grande de Balaam era que su resumé espiritual y religioso estaba matizado por la pobreza de su carácter. Al final de su carrera esa debilidad de carácter le lleva al fracaso, a la muerte y a ser considerado como uno de los ejemplos más elocuentes de lo que es un ser humano sin respeto a Dios, sin respeto a sí mismo y un hacedor de maldad.”[6]
  En el contexto del pasaje bíblico que nos ocupa encontramos que Dios le había dicho a Balaam que no podía ir a maldecir el pueblo de Israel. Balaam había ido a preguntarle a Dios acerca de esto luego de que un monarca llamado Balac le ofreciera dinero para que maldijera a Israel (Núm 22:1-20). Esta historia añade que Balaam volvió a preguntarle a Dios acerca de esto cuando Balac decidió aumentar la suma para que realizara esta tarea.
 La misericordia de Dios se exhibe en esta historia sobre una persona que no pertenecía al pueblo de Israel. O sea, que él no pertenecía al pueblo de la promesa. La misericordia de Dios se exhibe desatando un milagro singular en la Biblia: la única ocasión en la que encontramos en la Biblia que Dios haga que un animal hable. El “pâthach” desatado en esta historia incluye una palabra profética que Dios pone en los labios de Balaam:
  “17 Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.”  (Núm 24:17)
  “»Veo a los israelitas viniendo, pero no ahora, sino en el futuro. Los veo, pero no cerca. Como una estrella saldrá un rey del pueblo de Jacob. Se levantará un gobernante de los israelitas. Él aplastará las cabezas de los de Moab y las de todos los hijos de Set.”  (Núm 24:17, PDT)
   Esa estrella que Balaam veía era Cristo, la estrella de la mañana:
  “16 Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”  (Apoc 22:16, RV 1960)
  El uso del concepto “pâthach” en este contexto revela la acción de la misericordia y del poder de Dios a favor de Su pueblo. El salmista nos regala un uso similar en su relato acerca de la peña de Horeb:
  “40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo. 41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales como un río.” (Sal 105:40-41).
  Sabemos que otros pasajes bíblicos describen esa historia destacando a Moisés con su voz, o con la acción de golpear la piedra con su vara (Éxo 17:6-7; Núm 20:11). Al mismo tiempo, sabemos que no fue Moisés el responsable de este milagro: Dios sacó agua de esa peña: “que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;” (Det 8:15).

 El salmista nos dice lo que Dios hizo para desatar este milagro: Dios le hizo “pâthach” a la peña.
 Este es también un uso profético y milagroso. Nosotros sabemos que en ocasiones Dios es llamado la Roca de la salvación (Det 32:15), la Roca de la que Israel se olvidó (v. 18) una Roca que nos es como la roca de los impíos y de aquellos que no conocen a Dios (v. 31); la piedra que desecharon los edificadores (Sal 118:22; Lcs 20:1; 1 Ped 2:7) .
 Al mismo tiempo, la Biblia nos dice que esa roca de la que los Israelitas bebían era tipo de Cristo:
  “3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.” (1 Cor 10:3-4)
              Dios abrió la Roca en el desierto para que el pueblo de Israel bebiera agua y les dio pan para que se alimentaran. Estas dos (2) cosas son una tipología de la Cena del Señor. Dios permitió que el Cuerpo de la Roca inconmovible fuese abierto en la Cruz del Calvario para que nosotros pudiéramos comer del pan de vida y poder tomar de su sangre que trae salvación y nos conduce a anunciar la muerte del Señor hasta que Él venga (1 Cor 11:26)

             Estamos convencidos de que estos pasajes bíblicos han arrojado suficiente luz para que seamos capaces de entender el alcance que posee la instrucción del profeta Isaías: “suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion”  (Isa 52:2c).
 
   [1] Gesenius, W., & Tregelles, S. P. (2003). Gesenius’ Hebrew and Chaldee lexicon to the Old Testament Scriptures
  (pp. 696–697). Bellingham, WA: Logos Bible Software.
[2] Chávez, M. (1992). Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., pp. 563–564). El Paso, Tx: Editorial Mundo Hispano.
[3] Swanson, J. (1997). Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains : Hebrew (Old Testament)
  (electronic ed.). Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc.
[4] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). The Abridged Brown-      Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Boston; New York: Houghton, Mifflin and Company.
[5] Stuart, D. K. (2006). Exodus (Vol. 2, p. 608). Nashville: Broadman & Holman Publishers.
[6] El Heraldo. 10 de marzo de 2019. Vol XIV. No. 682.

Posted in
Posted in ,

No Comments


Categories

Archive

 2024
 2023

Recent

Tags