Notas del Pastor MJ: Dios siempre te escucha

Nuestro pequeño sobrino de 4 años se ofreció como voluntario para dirigir la oración del desayuno familiar del día de acción de gracias.  Mi esposa se le acercó al oído para ayudarle en la oración y le dijo: “Repite conmigo; Papito Dios …, bien duro”.  Mi esposa lo que buscaba era que el pequeño sobrino elevara el volumen de su voz mientras oraba.  El chico siguió las instrucciones al pie de la letra, en lo que respecta a la parte de repetir junto a su tía, y comenzó su oración de la siguiente manera: “Papito Dios bien duro”.  Por supuesto que nos dio gracia el incidente.  Pero reflexionando acerca de esto me di cuenta de que a ti y a mi nos pasa lo mismo.

La oración de nuestro sobrino estaba siendo informada por las instrucciones de mi esposa y esto influenció su clamor.  Claro está, tenemos que reconocer que aún a pesar de que quizás no entendió muy bien lo que su tía le quiso decir, él fue efectivo en poner en acción su deseo de hablar con Dios.  Pero a ti y a mi nos sucede lo mismo.  En muchas ocasiones nuestro clamor es informado por distintas influencias. Nuestra oración puede estar matizada por el temor, por el dolor, por la tristeza, por la ansiedad, por la culpa y esto puede impactar lo que le decimos a Dios.  A veces hasta nos enredamos en nuestras propias palabras, por virtud de lo que estamos sintiendo, recibiendo o experimentando.  Afortunadamente, tenemos un consejero, una guía, alguien que se encarga de ayudarnos a orar correctamente y se encarga de traducir nuestro clamor más desordenado en una oración que el Padre recibe como ofrenda de grato olor.  Ese consejero es el Espíritu Santo y está disponible para ti y para mí.  

No te limites en tu clamor.  Si aquellas cosas que informan tu oración parecen transformarla en algo sin mucho sentido, el Padre eterno, a través de su Santo Espíritu, la recibe con gran amor. El siempre te escucha, siempre te entiende, siempre te ama.