853 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 19 de junio 2022


853 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 19 de junio 2022
Consejos de un padre excepcional

“1 Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, 2 a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.”  (1 Tim 1:1-2)

El Pastor Luis A. Paz nos entregó su corazón durante su sermón pastoral más reciente, el domingo 12 de junio del corriente. Su sermón fue inspirado en el pasaje bíblico que aparece en el epígrafe de esta reflexión. No hay duda alguna de que el Pastor Paz fue movido por Dios para hacernos reflexionar acerca de la relación paterno-filial que el Apóstol Pablo tenía con Timoteo. Pablo llama hijo a Timoteo (1 Tim 1:2; 18; 2 Tim 1:2; 2:1) y es por esto que le escribe utilizando un vocabulario y una estructura literaria distinta a las que utiliza en otras cartas.

El Pastor Paz destacó algo más que el sentido paternal con el que Pablo escribió estas cartas. Él nos indicó que se podía identificar en estas el énfasis para crear un sentido auténtico de la fe. Además, que Pablo procuraba que ese hijo “parido” en el espíritu pudiera ser capaz de mantener en alto la palabra profética de esperanza que había recibido. A esto, decía el pastor, había que añadirle la necesidad de arraigarlo en la enseñanza de la doctrina correcta. Paz cerraba su sermón apuntando que Pablo concluyó su labor paterno –filial permitiendo que Timoteo participara junto a él en los proyectos de fe. Eso último,  incluyendo la escritura de cartas apostólicas (2 Cor 1:1; Fil 1:1; Col 1:1; 1 Tes 1:1), la predicación a las iglesias (2 Cor 1:19), enviarlo a Macedonia (Hch 19:21), a Corinto (1 Cor 4:17) acompañarlo a Asia (Hch 20:4), llamarlo colaborador (1 Cor 4:17), entre otras. Todas estas asignaciones predican que Pablo confiaba en su hijo.

Fuimos motivados por los retos que nos planteó el mensaje de este compañero de milicia Cristiana, como acostumbraba a decir el inolvidable Rdo. Rafael Torres Ortega. La motivación central fue la de poder identificar consejos prácticos que Pablo le entrega a Timoteo, como un padre que procura que  sus hijo pueda recibir las herramientas necesarias para triunfar en la vida.

Hoy, día en el que celebramos el día de los Padres, hemos encontrado adecuado y pertinente compartir algunos de estos consejos. Sabemos que son muchos los padres que andan en búsqueda del consejo divino para que el Señor les permita dirigir sus familias con eficiencia.
Ahora bien, hay varios objetivos que procuramos con el desglose de estos consejos. Uno de esto es estimular la conciencia de los padres y sensibilizarlos ante las necesidades que tienen nuestros hijos. Otro, proveer herramientas bíblicas que puedan ayudar a suplir esas necesidades. El tercer y último objetivo, solidificar los vínculos de unidad entre los padres y los hijos proveyendo temas de conversación que redunden en proyectos de vida en los que puedan trabajar juntos.

A continuación algunos de los consejos que Pablo le dio a su hijo Timoteo en las cartas que le escribió:

  1. Procura mantener tu corazón limpio, una conciencia buena y una fe auténtica (1 Tim 1:5, 19). 
  2. Recuerda tus convicciones basadas en una doctrina correcta (1 Tim 1:3): sólo Cristo salva (1 Tim 1:15).
  3. Recuerda que todos podemos fallar; yo el primero (v.15). 
  4. Mantén en alto una adoración auténtica (1 Tim 1:17).
  5. Camina sobre la palabra profética que recibiste (1 Tim 1:18). 
  6. No olvides que hay personas cercanas que te pueden fallar (1 Tim 1:19-20).
  7. No descuides tus dones (1 Tim 4:14).
  8. No dejes de cultivar la lectura y la educación (1 Tim 4:13).
  9. Cuida tu cuerpo y cuida la doctrina que has recibido (1 Tim 4:16). 
  10. Nunca te olvides del poder que posee la oración en todas la situaciones que enfrentamos en la vida  (1 Tim 2:1).
  11. Tampoco olvides el valor que posee la unción con imposición de manos (2 Tim 1:6).
  12. Nunca permitas que laceren tu autoestima (1 Tim 4:12).  
  13. Nunca mancilles la dignidad de las personas que peinan canas (1 Tim 5:1-3).
  14. Yo no me olvido de aquellas cosas que te han hecho llorar (2 Tim 1:3-4).
  15. No olvides el poder que posee la Escritura para enseñarte, redargüirte, corregirte e instruirte en lo que es correcto (2 Tim 3:16-17).
  16. Aprende a vivir con lo que tienes y no procures riquezas deshonestas ni rápidas (1 Tim 6:6-10).
  17. Escoge bien tus batallas (2 Tim 4:7).
  18. Dios paga bien (2 Tim 4:8). 
  19. Hay que competir para poder ganar y hay que sembrar para cosechar (2 Tim 2:5-6).
  20. No te enredes en discusiones  y en conversaciones fatuas y sin sentido (1 Tim 6:20-21; 2 Tim 2:16-17, 23-24).
  21. Mantén en la raya tus impulsos sexuales (2 Tim 2:22).
  22. Cuídate de aquellos que parecen ser genuinos, pero sus agendas son tenebrosas (2 Tim 3:1-9).
  23. Siempre llegarán días que traen aflicciones: sopórtalas sin dejar de hacer aquello para lo que Dios te llamó (2 Tim 4:5).
  24. Vendrán ocasiones en las que te sentirás sólo. Dios nunca te abandonará (2 Tim 4:16-17).
  25. Estos consejos tienen el propósito de ayudarte en la vida y que sepas cómo reaccionar ante los retos que esta te pueda traer, aún si yo no pudiera llegar a tiempo para estar contigo          (1 Tim 3:14-16).

Sabemos que hay necesidades que son generacionales; solo se manifiestan en una generación en particular. No obstante, hay que puntualizar que estos consejos bíblicos son trans-generacionales. Esto es así porque la Palabra de Dios nunca ha perdido su vigencia. Estos consejos trascienden las necesidades que tanto nuestros hijos como nosotros podemos enfrentar en la vida. Estos consejos sirven para que aquellos que los siguen puedan insertarse en las dimensiones de la calidad de ese Cristiano y de ese ser humano que valora la vida porque conoce al Autor de esta.

Un dato adicional, es que la mayoría de las situaciones que promueven las necesidades y las crisis que enfrentamos en la vida son las mismas a través de todas las edades. No olvidemos lo que la Biblia dice acerca de la fuente de donde surgen los males que enfrentamos. La Biblia dice que estos no provienen de otro lugar sino del corazón del ser humano.

“19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” (Mat 15:19)

Esta es la razón que explica por qué es que afirmamos que hay situaciones que se repiten generación tras generación. La fuente del mal no ha cambiado. Tomemos como ejemplo el caso de Timoteo, un joven nacido y criado durante el primer siglo de la era Cristiana. La Biblia dice que Timoteo tenía una abuela que pertenecía al corazón del rollo de la fe Cristiana; la madre de Timoteo también. Sin embargo, la mamá de Timoteo se casó con un hombre que no era Cristiano. Esa situación no impidió que Timoteo pudiera ser educado en la fe y que pudiera gozar de un buen testimonio. Este cuadro demográfico se ha repetido con frecuencia a través de las generaciones. Veamos el texto:

“1 Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2 y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.” (Hch 16:1-2)

Estos datos afirman que no tenemos que haber nacido en cunas cien por ciento religiosas y correctas en la práctica de la fe para poder alcanzar las bendiciones que alcanzó este joven. 
Una de las cosas que Pablo destaca cuando le escribe a ese hijo espiritual es el valor que poseen Loida, la abuela de Timoteo, y Eunice, la progenitora de este. Ambas fueron instrumentos en las manos de Dios para criar y educar un Pastor para la Iglesia del Señor. La abuela y la madre de Timoteo fueron piezas claves en la crianza y la preparación de un joven pastor. No olvidemos que el nombre de este joven aparece identificando dos (2) cartas en el libro más importante de la historia de la humanidad: la Biblia. Este principio, el que Loida y Eunice abrazaron, el de los resultados que produce una fe auténtica,  no ha cambiado un ápice a través de los siglos. 
 
“5 trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también.” (2 Tim 1:5)

La buena educación que se aprende en casa, basada en la fe que salva y que trasforma, la fe en Cristo, capacita a cualquier persona para superar, para vencer cualquier situación que enfrentemos en la vida.

Reiteramos que estos consejos paulinos pueden ser valiosísimos para cualquier padre que anhele ver que sus hijos e hijas sean capaces de enfrentar la vida con la tenacidad, con verticalidad y honrando a Dios como lo hizo Timoteo. Añadimos que estos consejos no poseen fecha de expiración y que sabemos que nunca es tarde para comenzar a trabajar  utilizando estos con nuestros hijos.
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