Notas del Pastor MJ: Lampara a tus pies

A menudo, las cosas cobran un significado especial cuando logramos entender todo lo que está de fondo.  Esto se hace muy cierto cuando miramos algunos textos de la Biblia.  En la Biblia hay muchos versos que tienen simbolismos que no entendemos del todo porque no son parte de nuestra realidad cultural o de nuestra realidad actual.  Pero cuando logramos familiarizarnos con el contexto de donde salen, la Palabra se hace viva.  Hay uno de estos textos que todos hemos escuchado en algún momento y que podemos recordar con mucha facilidad por el simbolismo que carga.  Pero; ¿Qué tal si te menciono que con toda probabilidad no conoces bien su trasfondo? A mi me sucedió igual


En la antigüedad la gente solía amarrarse velas o lámparas pequeñas a sus tobillos.  Esto se hacía porque había lugares tan oscuros que, de noche, la luz de una lampara de mano se disipaba y no alumbraba lo suficiente como para garantizar un camino seguro para el caminante nocturno.  Una lámpara atada a los pies permitía tener visibilidad para cada paso.  Inclusive, los romanos tenían un calzado que en la parte del frente, tenía integrado un lugar para poner una vela.  De esta forma, el caminante podía ver, aun en medio de la oscuridad, donde poner su pie y en donde había peligros que muy bien le pudieran hacer tropezar o inclusive, costarle la vida.  Lo mismo hace la Palabra de Dios con nosotros.

La Palabra se hace lámpara a nuestros pies porque a través de ella podemos adquirir sabiduría para caminar.  Podemos conocer hacia dónde dirigirnos y en dónde no pisar. Leyendo la Biblia podemos recibir la revelación que puede protegernos de aquellas cosas que nos pueden hacer resbalar e inclusive que nos pueden hacer daño. Si bien es cierto que hay un elemento de dirección, lo que este pasaje implica va más inclinado a un elemento de prevención.  ¿Quieres evitar situaciones que te hagan tropezar? Vé a la Palabra.  ¿Quieres asegurar que no das un paso en falso? Vé a la Palabra.  Hay cuidado y protección para cada paso si decides usar el calzado del evangelio de la paz, si decides dirigirte más que por tus emociones, por lo que dice la Palabra.  Este es el tiempo de atarse las lámparas a los pies.  En medio de tanta confusión, la única manera de asegurar tus pasos es viendo por adelantado el camino, para discernir lo que tienes de frente, para ti y para los tuyos.  Es tiempo de regresar, no a lo que simple y llanamente te hace sentir bien, sino a la Palabra que alumbra tu senda.