Notas del Pastor MJ: Nuestro firme fundamento

El 31 de Octubre se celebra … el día de la Reforma Protestante.  Es cierto que ese día se celebran otras actividades que le dan énfasis al terror y a la muerte.  Pero nosotros celebramos la vida que nos da Jesús.  Tengo que confesar que no siempre encontré interesante ese tema de la reforma protestante.  Siendo algo que ocurrió hace muchos siglos atrás y en un país distante, no necesariamente es un asunto con el que fácilmente nos podamos relacionar.  Pero aún así no deja ser un tema indispensable pues de ese evento se deriva lo que profesamos como creyentes evangélicos.  Fue en el 1517 que un joven teólogo llamado Martin Lutero puso un documento con 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, en Alemania.  El reclamo de este joven era una protesta por que la iglesia había cambiado, sustituido, amoldado y deformado el fundamento sobre el cual el evangelio debía estar edificado.  Esas 95 tesis fueron las bases para desarrollar los fundamentos de las iglesias evangélicas (o como se le llaman a causa de este evento, las iglesias protestantes).  Esos cinco fundamentos son: Una sola escritura, Una sola Fe, Un solo Cristo, Una sola gracia, Solo a Dios la gloria.

Es importante recalcar esto como dato histórico.  Pero a manera de reflexión es vital señalar esto porque este tema habla acerca de los peligros de perder el fundamento.  Cuando dejamos que las tendencias del mundo que nos rodea permeen en nuestros corazones, podemos desviarnos fácilmente de los fundamentos.  Es por esa razón que el apóstol Pablo le pedía a Dios lo siguiente:

“para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,  y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento” (Efesios 3:17-19)

Dentro de las muchas cosas que Pablo incluye en esa oración, él le pide a Dios que cimente a su iglesia.  La Palabra que se utiliza como cimentar en esos versos es un término de construcción, que significa poner el fundamento correcto.  Es el mismo término que se utiliza en la famosa parábola de aquel hombre que construyó su casa sobre la roca (Lucas 6:46-49).  Vinieron las inundaciones y los ríos pero su casa no cayó.  Eso es precisamente lo que Dios quiere hacer con nosotros.  No se trata del tipo de construcción, sino sobre qué basamento está edificada.  Dios quiere una iglesia cimentada en él.  Dios quiere creyentes establecidos en él.  De esta forma, cuando vengan los tiempos de dificultad, no vamos a caer.  Pero por supuesto, para que esto ocurra nos toca a ti y a mi permanecer en él.  Las tendencias de este tiempo amenazan con desestabilizar nuestra vida. Pero si nuestro firme fundamento es Cristo, nada nos va a derrumbar.

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