Notas del Pastor MJ: Un Nuevo Tiempo

En días recientes se comenzó la reconstrucción del altar de nuestra Iglesia AMEC Casa de Alabanza en Canóvanas. Al presente llevamos 5 años y cuatro meses en el edificio que se ha convertido en nuestro santuario. Sin embargo, ese altar data de muchos años más, pues se trajo pieza por pieza desde nuestras antiguas facilidades, las cuales fueron clausuradas luego del paso del Huracán María. Fue el día de Viernes Santo del año 2001 que dimos nuestro primer servicio en aquellas facilidades y por ende, fue ese mismo día que se estrenó ese altar. Quiere decir que ese altar ha tenido más de 22 años de servicio ininterrumpido; razón por la cual era necesario una renovación total del mismo. 

Tomando en consideración todo ese periodo de tiempo, sale a relucir lo especial de ese altar. El mismo fue testigo de muchos eventos muy significativos, milagros poderosos, derramamientos del poder de Dios, conversiones y reconciliaciones, bodas, conciertos, obras musicales, presentaciones de niños, y por supuesto cantidad enorme de predicaciones y tiempos de clamor, alabanza y estudio de la Palabra. Ese altar fue también recipiente de muchas lágrimas y el lugar en donde muchos fuimos sustentados por la presencia de Dios. No es para menos que algunos de nosotros decidimos llevarnos un pedacito de ese altar como recuerdo del mismo. A título personal, fue en ese mismo altar en donde me casé, donde presenté a mis hijos, donde me ordenaron como ministro del evangelio y en donde he tenido el privilegio de ministrar en cantidad de ocasiones a lo largo de todos estos años. 

Reflexionando sobre esto puedo darme cuenta de que hay un componente nostálgico y hasta romántico en todo este proceso. Pero de igual forma hay un elemento que está relacionado a la memoria del favor y la fidelidad de Dios. Los altares en la Palabra estaban dedicados a ser lugares de encuentro con Dios. Pero en ocasiones, Dios le ordenó al pueblo que construyeran altares luego de haberles librado de manera milagrosa. Esos altares se convertirían en un testimonio a las futuras generaciones acerca del poder de Dios y de lo grandioso de sus obras.

“Después de cruzar el Jordan, erige esas piedras en el monte Ebal y recúbrelas con yeso, tal como te ordeno hoy. Luego edifica allí un altar al Señor tu Dios con piedras enteras en su forma original” Deuteronomio 27:4-5.

Si Dios te pide que le edifiques un altar hoy; ¿qué vas a recordar acerca de su fidelidad para contigo? ¿Cuántos testimonios acerca del poder y la bondad de Dios traerás a tu memoria? Aparte de eso, los altares siempre han sido lugares de consagración. Lo hermoso de esto es que en cada corazón del ser humano hay un altar, un altar que puede ser consagrado a Dios a diario. Eso es lo que tu y yo hacemos cuando le cedemos a Dios el control de todas las áreas de nuestro ser.

A título personal y a nombre de la iglesia, le pido a Dios que con la reconstrucción del altar se selle un nuevo tiempo en donde Dios nos deje ver nuevos testimonios de su poder y de su fidelidad. Que muchas vidas puedan venir a sus brazos en ese altar. Que muchos puedan ser impactados por la presencia de Dios y transformados por su poder. Que hayan nuevos derramamientos de su gloria y que Dios nos visite con abundantes regalos del cielo, desde ese lugar. Estamos a la expectativa de un tiempo nuevo de bonanza. ¿Y tú, lo estás también? 

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