920 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII • 1 de OCTUBRE 2023

920 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVII •  1 de Octubre 2023
El mensaje del profeta Isaías: conociendo el libro el propósito de Dios para nuestras vidas
(Análisis de Isa 49:11: Pt. 2)


“11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.” (Isa 49:11, RV 1960)
 
Sin querer ser reiterativos, la profecía de Isaías señala que la agenda de transformación que Dios tiene para nosotros procura realizar cambios significativos en nuestro camino. Es muy interesante el dato de que Isaías utilice aquí el concepto hebreo “derek” (H1870) para referirse a aquello que Dios quiere transformar. Es todavía más interesante el hecho de que lo use de manera singular. El profeta utilizó la frase “lad-dā-reḵ” (un camino) . O sea, que la agenda de transformación divina no predica muchos caminos, muchas alternativas u opciones. La agenda de Dios presenta una sola alternativa, un camino.

Dicho de otra manera: nuestro Dios no desata una agenda de transformación en la que hay varias opciones ni alternativas para escoger. La agenda de Dios posee un solo propósito: el suyo, el del cielo, el que emana de la soberanía del Eterno. Se trata de la agenda de la salvación. Esto nos conduce a considerar que esa agenda de salvación fue desarrollada por el mismo Dios y su clímax fue el Calvario. Esa agenda predica que sólo hay un camino, una verdad, una sola verdad y una sola fuente de vida.

“6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Jn 14:6).

Esta aseveración es categórica y absoluta: no existe otro camino, no existe otra alternativa para poder estar en comunión con Dios: nadie puede llegar al Padre utilizando otro camino. Sólo hay un camino para nuestra salvación.

Ahora bien, Isaías está hablando en la profecía del capítulo 49 de su Libro acerca de algo más que la salvación. Esto es, en el versículo 11 del capítulo que estamos analizando. El profeta está describiendo aquí la transformación del creyente.

Esto nos conduce a la necesidad de formularnos algunas preguntas. Sabemos que la totalidad de la vida del creyente necesita ser transformada por el Señor. No obstante, nos preguntamos si esta profecía describe algunas de las áreas de nuestras vidas que el Señor quiere transformar. Nos preguntamos si esta palabra profética contiene algunos detalles específicos acerca de esa agenda de transformación.

Las respuestas a estas preguntas son las mismas: sí. Esta declaración profética describe esas áreas y contiene detalles específicos de esa agenda de transformación. Lo único que hace falta para encontrar esas respuestas es analizar el significado del concepto “derek” (H1870); el concepto que se traduce aquí como camino.

Los recursos académicos consultados para la exégesis de estas reflexiones nos informan que el concepto “derek” puede ser traducido como un camino, una ruta y un sendero. Pero también puede ser traducido como viaje (Gén 24:21), dirección, modo de vida, tarea y carácter moral . Además, puede ser traducido como costumbre, hábitos, conducta, modales, situación (Isa 40:27; Jer 10:23), intimidad, la toma de decisiones (Ose 10:13; Sal 138:5; Prov 31:3), enseñanzas (Sal 103:7 PDT) y el carácter (Sal 103:7, NTV).
   
Dicho de otra manera; el profeta Isaías está diciendo que la agenda de transformación celestial incluye mucho más que la ruta o el camino de la vida por el que transitamos. Esta agenda de transformación señala que el camino de salvación predica que se tienen que desarrollar una serie de evidencias, de testimonios tangibles de que vivimos una vida nueva en Cristo. Esto es: cambios trascendentales en la dirección de nuestras vidas y en el estilo de vida que vivimos. Esta agenda predica la transformación de nuestras tareas y de nuestras costumbres. Esta agenda predica la transformación de nuestro carácter. Esta agenda predica la transformación de nuestros hábitos. Esta agenda predica la transformación de nuestras conductas y de nuestros modales. Esta agenda predica la transformación de la forma en que manejamos nuestras situaciones, la manera en la que tomamos decisiones y hasta nuestra intimidad.

Veamos un ejemplo del uso del concepto “derek” (H1870) en el Salterio o el Libro de los Salmos:

“6 Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que padecen violencia. 7 Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hijos de Israel sus obras. 8 Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia.”    (Sal 103:6-8, RV 1960)

Es interesante la conclusión que se desprende del análisis de algunas versiones bíblicas y las formas en las que estas recogen la expresión del verso siete (7). Algunas señalan que lo que Dios le dio a Moisés fueron sus enseñanzas. En cambio, otras dicen que Dios dio a conocer su carácter.

“Dios dio sus enseñanzas a Moisés, y le mostró a la gente de Israel las maravillas que él puede hacer.” (PDT)

“Dio a conocer su carácter a Moisés y sus obras al pueblo de Israel.” (NTV)

Es obvio que el concepto “derek” (H1870) entonces es utilizado en la Biblia para describir mucho más que un camino o una senda por la que podemos caminar. El profeta Isaías está declarando en el verso 11 del capítulo 49 que Dios ha prometido transformar todo lo que somos y que para esto ha de utilizar sus montes.

“11 Y convertiré en camino todos mis montes….” (Isa 49:11a, RV 1960)

Consideremos algunas aplicaciones inmediatas de lo que acabamos de enunciar. Por ejemplo, sabemos que el concepto “derek” puede ser traducido como costumbre. Este concepto puede ser definido como la manera habitual de actuar o de comportarse, o la práctica tradicional de una colectividad o de un lugar.  Es por esto que tenemos que preguntarnos lo siguiente: ¿qué significado bíblico puede tener la transformación de nuestras costumbres? Veamos algunos ejemplos de pasajes bíblicos en los que encontramos este concepto.

Unos de estos pasajes lo encontramos en el Libro de Isaías:

“5 Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová. 6 Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros.” (Isa 2:6)

El concepto que se traduce aquí como “costumbres” es utilizado en este pasaje para describir la influencia de las prácticas de la adivinación que el pueblo de Dios había incorporado en su vida diaria. Esto, como el sincretismo con las religiones de países orientales. Estas costumbres son consideradas como una afrenta al Señor al punto que provocan la separación de la presencia de Dios.

Hay costumbres que pueden provocar que el Señor no pueda andar a nuestro lado. El mensaje del profeta Isaías predica que Dios quiere transformar nuestras costumbres. De hecho, el capítulo dos (2) del Libro de Isaías comienza con una invitación a los pueblos para que suban al monte del Señor. Es allí, dicen los versos iniciales de este capítulo, que las naciones serán enseñadas por el Señor y que saldrán de allí a caminar en sus sendas. En otras palabras, que el carácter, la conducta y las costumbres de esas naciones serán transformadas.

Otro pasaje bíblico que utiliza este concepto lo encontramos en el Libro del profeta Ezequiel:
 
“12 Y sabréis que yo soy Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis obedecido mis decretos, sino según las costumbres de las naciones que os rodean habéis hecho.” (Eze 11:12)

En este caso, el concepto que se traduce aquí como “costumbre” es el vocablo hebreo “mishpâṭ” (H4941). Sabemos que este concepto puede ser traducido como veredicto, como juicio, como decreto y/o decisión legal. No obstante, este concepto también es definido, entre otras cosas, como práctica, costumbre, manera de proceder basada en la costumbre, el proceder de un rey basado en la costumbre (1 Sam 8:9), las normas consuetudinarias con respecto a la mujer en la sociedad (Éxo 21:9; la RVA traduce: “lo que se acostumbra hacer con las hijas”) y la manera de proceder con un niño (Jue 13:12; la RVA lo traduce: “la norma de vida del niño”).  

El mensaje es el mismo: el profeta Ezequiel dice que la inclusión y la aceptación de prácticas y costumbres de otros pueblos en la vida diaria del pueblo de Dios acarreó la separación de la presencia del Señor. Esta es una de las razones por las que el mensaje del profeta Isaías predica que Dios quiere transformar nuestras costumbres y que para esto utilizará los lugares de encuentro con Su presencia; los montes del Señor.  

Sabemos que más de uno de los lectores puede estar preguntándose si estos principios bíblicos  cambian en el mensaje del Nuevo Testamento. La respuesta es que no. Veamos algunos ejemplos bíblicos del uso del concepto costumbres que encontramos en el Nuevo Testamento.

“33 No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” (1 Cor 15:32)

El concepto griego que Pablo utiliza aquí, “ēthos” (G2239), es definido como un patrón de comportamiento fijado por la tradición y sancionado por la sociedad; costumbres o hábitos.
Otros recursos académicos que hemos consultado incluyen que “ēthos” (como las costumbres) refleja el carácter moral de las personas.  Hay que señalar que “ēthos” (G2239) proviene del griego “ethos” (G1485) y que este es utilizado en la teoría Aristotélica acerca de la retórica y el carácter. Aristóteles lo utiliza para describir cómo es que el carácter y la credibilidad de alguien que habla en público pueden influir en la audiencia que le escucha, de modo que esta le considere como una persona creíble. Aristóteles decía que el “ethos” (G1485), el “logos” (G3056) y el “pathos” (G3806) formaban parte de la retórica.  Esta teoría describe que existen tres (3) cualidades que hacen que un “ethos” (G1485) sea creíble. Estas son: la inteligencia percibida, el carácter virtuoso y la buena voluntad. Aristóteles utiliza “ethos” (G1485) para describir el carácter.

No podemos perder la oportunidad para señalar varios escenarios muy importantes que se desprenden de este concepto. En primer lugar, que es de este concepto griego que emana el concepto “ética.” En segundo lugar, que “ethos” (G1485) es uno de los conceptos griegos que se utiliza para hablar acerca del carácter. Aristóteles utiliza “ethos” (G1485) para describir el carácter. Otro concepto griego que se utiliza para definirlo es “charaktēr” (G5481). En tercer lugar, que “ethos” (G1485) como “ética” describe cómo es que los individuos deciden interactuar unos con otros.

Pablo era un conocedor de estos axiomas filosóficos. Al escogerlo el Señor se había buscado un paladín muy bien entrenado para la proclamación del Evangelio y para escribir 13 cartas del Nuevo Testamento. Aplicando los datos que hemos analizado en los párrafos anteriores tenemos que llegar a algunas conclusiones. Tenemos que decir que la expresión paulina que tenemos en 1 Corintios 15:33 implica que las malas conversaciones corrompen las costumbres, corrompen la ética, corrompen la credibilidad que poseemos y/o que corrompen el carácter.

Veamos otro pasaje bíblico del Nuevo Testamento. Encontramos el concepto “ethos” (G1485) en uno de los pasajes bíblicos del Libro de Los Hechos:

“19 Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; 20 y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21 y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos.” (Hch 16:19-21)

Es muy curioso el hecho de que los amos de la muchacha que describe este capítulo expresen que Pablo y Silas les estaban enseñando costumbres que ellos no podían recibir ni hacer. Es curioso toda vez que la sociedad romana era una de las sociedades más permisivas que ha habido en la historia. De hecho, el sincretismo  religioso que encontramos cuando analizamos la cultura socio-religiosa romana es mucho más que escandaloso. Es cierto que Pablo y Silas les estaban hablando de un estilo de vida que ellos desconocían. Pablo y Silas les hablaban de unas costumbres, de una clase de ética y de un carácter que ellos no poseían. No obstante, estos señores no escatimaron en utilizar esto como una excusa, dándole un matiz religioso y político para sustentar la queja provocada por la pérdida de su fuente de ingresos. En esto último, los seres humanos no parecen haber cambiado mucho en dos mil años.

No olvidemos que estamos analizando la promesa que aparece en la primera parte del verso 11 del capítulo 49 del Libro de Isaías. A base de lo que hemos aprendido hasta aquí podemos decir que esa frase puede estar diciendo lo siguiente: “11 Y convertiré en nuevas costumbres todos mis montes….” Podemos decir que esa frase entonces dice lo siguiente:

-   “les cambiaré el carácter cuando suban a mis montes.”
-   “les cambiaré la ética cuando suban a mis montes.”
-   “les cambiaré las costumbres cuando suban a mis montes.”
-   “les transformaré en personas en las que se puede creer cuando suban a mis montes.”

Otro pasaje del Nuevo Testamento que trabaja con el tema de las costumbres lo encontramos en la Carta a los Hebreos.

“5 Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; 6 de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre.” (Heb 13:5-6)

El concepto griego que se traduce aquí como “costumbres” es “tropos” (G5158). Este concepto significa manera, el modo en que se hace algo (2 Tes 2:3), forma de vida, y/o manera de vivir (2 Tes 2:3; Heb 13:5).  Otras fuentes académicas lo definen como carácter, como cambio en el modo de actuar y/o el comportamiento.  En el caso de la carta Los Hebreos ese concepto se utiliza para describir la costumbre de caminar con un comportamiento que está libre del amor a las riquezas.    

El concepto que se traduce así en el pasaje de la Carta a Los Hebreos que hemos citado proviene del griego “tropē” (G5157). Este concepto describe el proceso de girar, de tornar, con la implicación de una variación o un cambio en el comportamiento. El Nuevo Testamento nos dice que nosotros cambiamos, pero en Dios “no hay sombra de variación (Stg 1:17); no hay “tropē” (G5157).

Isaías nos dice que nuestro Dios ha prometido transformar nuestras costumbres, nuestros “ēthos” y nuestros “tropos”. Cuando utilizamos los espejuelos que nos presta el Nuevo Testamento descubrimos que el Señor ha prometido cambiar nuestro carácter y nuestra ética. Isaías predica que el modo para conseguir esta transformación es acercarnos a los montes del Señor.

“11 Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.” (Isa 49:11)


[1] https://biblehub.com/text/isaiah/49-11.htm
[2] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). En The Abridged Brown-Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Houghton, Mifflin and Company.
[3] Chávez, M. (1992). En Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., p. 144). Editorial Mundo Hispano.
[4] https://dle.rae.es/costumbre?m=form
[5] Chávez, M. (1992). En Diccionario de hebreo bı́blico (1. ed., pp. 399–400). Editorial Mundo Hispano.
[6] Louw, J. P., & Nida, E. A. (1996). En Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains (electronic ed. of the 2nd edition., Vol. 1, p. 506). United Bible Societies.
[7] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software.
[8] https://plato.stanford.edu/entries/aristotle-rhetoric/
[9] https://www.law.cornell.edu/wex/ethics
[10] Swanson, J. (1997). En Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo Testamento) (Edición electrónica.). Logos Bible Software
[11] Strong, J. (1995). En Enhanced Strong’s Lexicon. Woodside Bible Fellowship.
[12] Louw, J. P., & Nida, E. A. (1996). En Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains (electronic ed. of the 2nd edition., Vol. 1, p. 504). United Bible Societies.

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