Reflexiones de Esperanza: Efesios: Análisis de las peticiones de la segunda oración de Pablo en la Carta a los Efesios (Parte XXII)

“14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. 20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, 21 a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.”   (Efesios 3:14-21)
           
El análisis de la tercera petición Paulina que encontramos en el capítulo tres (3) de la Carta a los Efesios nos ha conducido a estudiar los principios de nuestra fe como creyentes en Cristo. El Apóstol Pablo le pide a Dios lo siguiente como parte de sus ruegos:

“También ruego que arraigados y cimentados en amor…” (Efe 3:17b, Nueva Biblia de las Américas)
           
No hay duda alguna de que Cristo es nuestro fundamento, la Roca Eterna sobre la que hemos sido edificados como creyentes en Él como Salvador y Señor de nuestras vidas. Los principios de la salvación la salvación por la fe, la Biblia como única regla de autoridad y de conducta y el sacerdocio universal del creyente forman parte de esta estructura. Estos principios teológicos-bíblicos que nos escoltarán hasta la eternidad han sido sintetizados de la siguiente manera:

  • Sola Scriptura (2 Tim 3:14-17)           
  • Sola Fide (Gál 3:6-11)      
  • Sola Gratia (Efe 1:7-8; 2:4-6, 8-9)      
  • Solo Christo (1 Tim 2:5-6; Col 1:13-18, Hch 4:11-12)
  • Soli Deo Gloria (Rom 11:36; 1 Cor 10:31; 1 Ped 4:11; Apoc 7:11-12)

Podemos encontrar algunos lectores que crean que estos principios son Calvinistas. El Calvinismo es un sistema teológico desarrollado por Juan Calvino. Entre otras cosas, este predica que la salvación no se pierde. La realidad es que aquellos que somos Arminianos también operamos sobre estos principios. El Arminianismo es un sistema teológico desarrollado por Jacobo Arminio. Entre otras cosas, este sistema predica que la salvación del alma se puede perder y que la gracia no es irresistible (Mat 23:37; Lcs 13:34; Hch 7:35).  

El Apóstol Pablo no discrimina: el señalamiento realizado en la petición que estamos analizando es el mismo, tanto para Arminianos como para los Calvinistas. Tenemos que estar arraigados y cimentados en el amor de Dios; en el fundamento inamovible y sempiterno; sobre la Roca Eterna: sobre Cristo.  

El 20 de abril de 1996, un grupo de teólogos responsables y serios [1]decidió publicar un documento en el que señalaban que la Iglesia Cristiana confrontaba serios problemas con el manejo, el testimonio y al predicación de estos principios. Teólogos de la estatura de Alistair Begg, James M. Boice, R. C. Sproul y otros, decidieron publicar un manifiesto que identificaron como “The Cambridge Declaration.”[2]
 
Este documento parte de la crisis que se ha desarrollado con el uso de los conceptos aleatorios a nuestra fe y la consiguiente devaluación de los principios que nos sostienen como creyentes en Cristo y como Iglesia del Señor. No podemos perder de vista que estos principios, además de proveernos unidad, y cohesión, nos definen, forman parte de la herencia que recibimos de las generaciones que nos precedieron. Así mismo, forman parte del legado que tenemos que hacerle a las generaciones futuras.
 
Dentro de los puntos críticos que levantaron estos estudiosos de la Palabra de Dios y del quehacer teológico se encuentra la erosión de la autoridad de las Sagradas Escrituras. El principio Sola Scriptura ha sido erosionado. A continuación una cita directa de este documento:
 
“Las técnicas terapéuticas, las estrategias de la mercadotecnia, y el ritmo del mundo del entretenimiento, con frecuencia, tiene mucho más que decir acerca de lo que la iglesia quiere, cómo funciona, y qué lo que ofrece, de lo que hace la Palabra de Dios. Los pastores han sido negligentes en su correcta supervisión de la adoración, incluyendo el contenido doctrinal de la música. Como la autoridad bíblica ha sido abandonada en la práctica, mientras sus verdades han desvanecido de la conciencia cristiana, y sus doctrinas han perdido su prominente, la iglesia ha ido en aumento vaciándose de su integridad, autoridad moral y dirección.
 
En lugar de adaptar la fe cristiana para satisfacer las necesidades de sus consumidores, debemos proclamar la ley como la única medida de la verdadera justicia y el evangelio como el anuncio de la verdad salvadora. La verdad bíblica es indispensable para el entendimiento, nutrimento y disciplina de la iglesia.”[3]
 
Ellos apuntaron allí que la Iglesia tiene que regresar a las Escrituras considerando que estas nos tienen que conducir más allá de las necesidades que percibimos. Esta es una de las razones por la que el Apóstol Pablo rogaba al padre que la Iglesia estuviera arraigada y cimentada en el amor de Dios, en el  fundamento de nuestra fe.
 
“Solamente en la luz de la verdad de Dios es que podemos entendernos correctamente y ver la provisión de Dios para nuestra necesidad. La Biblia, por lo tanto, debe ser enseñada y predicada en la iglesia. Los sermones deben ser exposiciones de la Biblia y sus enseñanzas, no las expresiones de las opiniones de los predicadores o las ideas de la era. No podemos conformarnos con nada menos de lo que Dios ha dado.
 
La obra del Espíritu Santo en la experiencia personal no puede desligarse de la Escritura. El Espíritu no habla en maneras que son diferentes a la Escritura. Fuera de la Escritura nunca hubiéramos sabido de la gracia de Dios en Cristo. La Palabra bíblica, y no la experiencia espiritual, es la prueba de la verdad.”[4]
 
Otra de las verdades señaladas en ese documento es la erosión de la fe centrada en Cristo. El principio “Solus Christus” ha sido erosionado. Este grupo de teólogos apuntó que la secularización de la Iglesia ha venido de la mano de los procesos que la han llevado a ver sus intereses empañados con la cultura. Esto, señalan ellos, ha producido los siguientes resultados:
 
  • la pérdida de los valores absolutos,
  • un individualismo permisivo,
  • una sustitución de plenitud en lugar de santidad,
  • la recuperación en lugar de arrepentimiento,
  • la intuición en lugar de verdad,
  • el sentimiento en lugar de creencia,
  • la casualidad en lugar de la providencia,
  • la gratificación inmediata en lugar de la esperanza.
  • Cristo y su cruz han sido movidos del centro de nuestra visión.
 
Esta es otra razón de mucho peso por la que el Apóstol Pablo rogaba al Padre que la Iglesia estuviera arraigada y cimentada en el amor de Dios, en el fundamento de nuestra fe.
 
Otra de las verdades esgrimidas en este documento es la erosión del Evangelio. La erosión del principio “Sola Gratia” ha sido erosionado. El señalamiento central de esta erosión que la Iglesia ha depositado su confianza en las habilidades humanas y esta falsa confianza ha llenado el mundo evangélico. A continuación otra cita directa de este documento:
 
“Esta falsa confianza ahora llena el mundo evangélico; desde el evangelio de la autoestima, al evangelio de la salud y la riqueza, desde aquellos que han transformado el evangelio en un producto para ser vendido, y pecadores y consumidores que desean comprar, hasta otros que tratan la fe cristiana como verdadera porque sencillamente funciona. Esto silencia la doctrina de la justificación a o pesar de los compromisos oficiales de las iglesias.”[5]
 
El cuarto principio identificado es la erosión del principio fundamental de nuestra justificación. El principio de “Sola Fide” ha sido erosionado. Una cita directa del documento que estamos citando lo resume de manera inequívoca:
 
“Hoy día este artículo es con frecuencia ignorado, distorsionado y algunas veces aún negado por los líderes, eruditos y pastores que dicen ser evangélicos. Aunque la naturaleza humana siempre ha rechazado en reconocer su necesidad de la justicia de Cristo imputada, el modernismo grandemente enciende los fuegos de este descontento con el evangelio bíblico. Hemos permitido que este descontento dicte la naturaleza de nuestro ministerio y qué es lo que estamos predicando.
 
Muchos en el movimiento del igle-crecimiento creen que el conocimiento sociológico de aquellos en las bancas de la iglesia es tan importante para el éxito del evangelio como es la verdad bíblica que es proclamada. Como resultado, las convicciones teológicas están frecuentemente divorciadas del trabajo del ministerio. La orientación de la mercadotecnia en muchas iglesias lleva esto aún más lejos, borrando la distinción entre la Palabra bíblica y el mundo, robando de la cruz de Cristo su ofensa, y reduciendo la fe cristiana a los principios y métodos que traen éxito a las corporaciones seculares.
 
Mientras que la teología de la cruz puede ser creída, estos movimientos en realidad están vaciándola de su significado. No hay evangelio excepto el de la substitución de Cristo en nuestro lugar por medio de la cual Dios le imputa a él nuestro pecado y a nosotros nos imputa su justicia. Por haber llevado nuestro juicio, ahora andamos en su gracia como aquellos que han sido perdonados para siempre, aceptados y adoptados como hijos de Dios. No hay base para nuestra aceptación delante de Dios excepto por la obra salvadora de Cristo, no en nuestro patriotismo, devoción a nuestra iglesia o decencia moral. El evangelio declara lo que Dios ha hecho por nosotros en Cristo. No se trata de lo que nosotros podemos hacer para alcanzarlo.” [6]
 
El quinto punto esbozado en este documento es la erosión de la adoración teocéntrica. El principio de “Soli Deo Goria” ha sido erosionado.
 
“Dondequiera en la iglesia que la autoridad bíblica se ha perdido, que Cristo ha sido desplazado, que el evangelio ha sido distorsionado, o la fe ha sido pervertida, siempre ha sido por una razón: nuestros intereses han desplazado los de Dios y hacemos su obra a nuestra manera. La pérdida de la centralidad de Dios en la vida de la iglesia contemporánea es común y lamentable. Es esta pérdida que nos permite transformar la adoración en entretenimiento, la predicación del evangelio en mercadotecnia, creer en técnica, ser bueno en sentirse bien acerca de nosotros mismos, y fidelidad en ser exitosos. Como resultado, Dios, Cristo y la Biblia han venido a significar muy poco en nosotros y descansa sobre nosotros muy inconsecuente.
 
Dios no existe para satisfacer las ambiciones humanas, los deseos, el apetito de consumo, o nuestros privados intereses espirituales. Debemos enfocarnos en Dios en nuestra adoración, antes que la satisfacción de nuestras necesidades personales. Dios es soberano en la adoración, nosotros no. Nuestra preocupación debe ser el reino de Dios, no nuestros imperios, popularidad y éxito.”[7]
 
No podemos cansarnos de repetir lo que hemos dicho: la Iglesia es Cristiana y los creyentes estamos en Cristo si estamos cimentados sobre estos principios. Es por esto que el Apóstol Pablo le pide a Dios que los creyentes estemos cimentados en el amor, en el amor de Dios. Pablo tal vez no temía que la Iglesia en la ciudad de Éfeso pudiera pasar por los escenarios antes descritos. No obstante, el Espíritu Santo, que inspiró a Pablo para escribir esta carta, sabía de antemano que este tiempo habría de llegar.
 
“3 También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles. 2 Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión. 3 No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno. 4 Serán traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscarán sus propios placeres en vez de buscar a Dios. 5 Aparentarán ser muy religiosos, pero con sus hechos negarán el verdadero poder de la religión. No tengas nada que ver con esa clase de gente.” (2 Timoteo 3:1-5, DHH)
 
Otros escritores del Nuevo Testamento también recibieron esta advertencia de parte de Dios
 
“2 Hubo también falsos profetas entre el pueblo de Israel; y así habrá falsos maestros entre ustedes. Ellos enseñarán con disimulo sus dañinas ideas, negando de ese modo al propio Señor que los redimió; esto les atraerá una rápida condenación. 2 Muchos los seguirán en su vida viciosa, y por causa de ellos se hablará mal del camino de la verdad. 3 En su ambición de dinero, los explotarán a ustedes con falsas enseñanzas; pero la condenación los espera a ellos sin remedio, pues desde hace mucho tiempo están sentenciados.”   (2 Pedro 2:1-3, RV 1960)
 
“3 Es importante que entiendan lo que sucederá en los últimos días: habrá gente que vivirá sólo para sus malos deseos y se burlará de ustedes. 4 Dirán: «Jesús prometió regresar, pero ¿dónde está? Nuestros padres ya murieron, y el mundo sigue igual desde que fue creado». 5 Pero quieren ignorar que hace mucho tiempo con la palabra de Dios se creó el cielo, y la tierra fue creada a partir del agua y se mantiene por el agua. 6 Después, el mundo fue inundado y destruido con agua. 7 Esa misma palabra de Dios es la que sostiene la tierra y los cielos que ahora existen, hasta que llegue el momento de su destrucción con el fuego en el día del juicio. Ese día también serán destruidos todos los que no tienen temor de Dios. 8 No ignoren esto, amados hermanos: para el Señor, un día es como mil años, y mil años son como un día. 9 No es que el Señor se tarde en cumplir lo que prometió como piensa la gente. Lo que pasa es que Dios es paciente porque no quiere que nadie sea destruido sino que todos cambien su vida y dejen de pecar.”   (2 Pedro 3:3-9, PDT)
             
La buena noticia es que si Dios nos advirtió acerca de que esto habría de suceder es porque Él ya había desarrollado un plan de acción para nosotros. El secreto para poder participar y disfrutar de ese ese plan es sencillo. Necesitamos regresar y mantenernos en la autoridad de las Escrituras (Sola Scriptura). Necesitamos regresar y mantenernos en el principio de la justificación por la fe (Sola Fide). Necesitamos regresar y mantenernos en el sacerdocio universal del creyente (1 Ped 2:9). Necesitamos regresar y mantenernos en el mensaje de la Gracia  (Sola Gratia). Necesitamos regresar y mantenernos en que solo en Cristo hay salvación (Solo Christo). Necesitamos regresar y mantenernos en el principio que la gloria es solo de Dios (Soli Deo Gloria).
             
Repetimos que el concepto cimentado es uno extraído del campo de la construcción. Dios, como buen Arquitecto y Constructor seleccionó el mejor fundamento: Cristo. No olvidemos que Él es el amor de Dios encarnado. Es por esto que es sobre nuestro Señor y Salvador que somos edificados.
Referencias     
 
[1] La Alianza de Evangélicos Confesantes ("The Alliance of Confessing Evangelicals." Alliance of Confessing Evangelicals 600, Eden Rd Lancaster, PA 17601).
   
[2] https://www.alliancenet.org/cambridge-declaration
   
[3] https://www.alliancenet.org/la-declaracion-de-cambridge
   
[4] Ibid.
   
[5] Ibid.
   
[6] Ibid.
   
[7] Ibid.

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