Notas del Pastor MJ: Él cuidara de mí

Mi esposa y yo habíamos terminado de cenar y decidimos dar una caminata nocturna por la playa del hotel en dónde nos encontrábamos. Estábamos llegando cerca del límite de la propiedad cuando vimos a un grupo de jóvenes empleados que parecían estar atendiendo una situación particular. No tardamos mucho en descubrir lo que estaba pasando. Se trataba de un tinglar (leatherback turtle) que había llegado a la playa a anidar. Este tipo de tortuga marina es una de cuatro especies que en esta época del año llega a las costas de Puerto Rico, como parte de su proceso de procreación. El ejemplar frente a nosotros medía casi seis pies de largo y se encontraba en excelentes condiciones. El personal del hotel hizo lo correcto y llamó al personal de Recursos Naturales para poder vigilar el área y proteger al tinglar. Ellos muy gentilmente nos permitieron ver todo el proceso, desde que comenzó a hacer el nido, el proceso de desovar, de tapar el nido y el camino de regreso al mar. Me impresionó grandemente como esa tortuga fue capaz de hacer todo lo que hizo, simplemente como algo instintivo. Estos animales no tienen la capacidad racional de un ser humano. Sin embargo, el tinglar hizo todo lo que tenía que hacer, con gran efectividad y de una forma impresionante. Luego de culminado el proceso, no había manera alguna de precisar en dónde estaban los huevos ya que el tinglar no solamente cubrió de manera efectiva el nido, sino que cubrió otras áreas aledañas como señuelo para despistar a cualquier amenaza. ¿Cómo se puede explicar semejante comportamiento? Misterios de la creación de Dios y de sus cuidados hacia ella. Rápidamente me vino a la mente una porción bíblica similar a lo que acabábamos de ver: