Reflexiones de Esperanza: Efesios: el poder de la oración (Parte XXII)

“15 Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,,”  (Efesios 1:15-18, RV 1960)

Hemos comenzado a analizar la cuarta petición personal que aparece en la oración del Padre Nuestro. Las primeras tres (3) tienen que ver con la necesidad del pan, la necesidad del perdón, y la de no quedarnos estancados en medio de aquellas experiencias que ponen a prueba nuestro carácter. La última petición, la cuarta, expresa la necesidad de ser librados del mal (“ponēros”, G4190).

La reflexión anterior nos sirvió como punta de lanza para escrutar este concepto. Vimos allí que este es un concepto muy complicado debido a la cantidad de usos que posee en el griego clásico[1].  Vimos allí que el concepto “ponēros”, (G4190) puede ser traducido como algo que es perverso, malvado, malo, y/o moralmente corrupto (Mat 5:11). También puede ser traducido como algo que es inútil, que posee fallas graves, que carece de valor (Mat 7:17). Además, puede ser traducido como culpable, como el resultado de una acción mala (Heb 10:22) o ser tacaño (Mat 20:15)[2].  En otras ocasiones es utilizado para describir estar enfermo, padecer de una enfermedad (Lcs 11:34), porque las enfermedades pueden conseguir que todo nuestro cuerpo esté en tinieblas[3].

Además, nos topamos con el problema de que este concepto se expande y se usa para describir al Maligno, a Satanás (Mat 5:37; 6:13; 13:19, 38; Jn 17:15; Efe 6:16; 2 Tes 3:3; 1 Jn 2:13, 14; 3:12; 5:18, 19); un espíritu malo o de maldad (Mat 12:45; Lcs 7:21; 8:2; 11:26; Hch 19:12, 13, 15, 16). Añadimos a todo esto que este concepto también se usa para describir un crimen, un mal legalmente imputable (Hch 25:18)[4].

Necesitamos añadir a este resumen que esta parte de la oración que encontramos en el Padre Nuestro implica un proceso de rescate, de ser rescatados (“rhuomai”, G4506).  Este concepto se utiliza en el Nuevo Testamento con estas intenciones (Mat 6:13; 27:43; Lcs 1:74; Lcs 11:4; Rom 7:24; 11:26; 2 Cor 1:10; Col 1:13; 1 Tes 1:10; 2 Tes 3:2; 2 Ped 2:7)[5].  Este modelo de oración nos invita a pedir ser librados de aquello que es despiadado, feroz y salvaje. También pedimos ser liberados de aquello que es facineroso, degenerado, malvado o perverso. Pedimos ser liberados de la negligencia y de la ruina, de aquello que lastima y que puede dañar el carácter[6]. Esto incluye los escenarios externos a nosotros así como lo que están en nuestro corazón.

Permítanos expandir este análisis para que seamos capaces de entender porqué es que se incluyen los escenarios del corazón.

Comenzamos señalando que el análisis que realiza el Theological Dictionary of the New Testament (Kittel) añade que en uno de los problemas que tenemos con el concepto “ponēros”, el que se traduce como “mal”, es que describe frutos inservibles o ausencia de un servicio correcto (Mat 7:18). Además, este concepto describe un servicio que no produce (Mat 18:32; 25:26; Lcs 19:22). Este uso es similar al que encontramos en el griego en que se escribió la versión de los LXX, la Septuaginta. Esto es, la versión del Antiguo Testamento traducida al griego en el tercer siglo antes de Cristo[7].

El Kittel añade que este concepto posee un uso adjetival. O sea, para describir a una persona, lo que ella es. Ese análisis describe que la Biblia dice que sólo Dios es bueno[8].
 
“17 Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.” (Marcos 10:17-18)

Añade que la Biblia dice que los seres humanos son clasificados como malos.

“2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios. 3 Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?”  (Salmos 14:2-4)

“2 Dios desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a Dios. 3 Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno.”  (Salmos 53:2-3)

“11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”   (Mateo 7:11; ver Lcs 11:13)

De hecho, hay un énfasis más severo en otros pasajes bíblicos, porque estos señalan que esa maldad está dentro de nosotros.

“33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto malo; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. 36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio.”   (Mateo 12:33-36).

Siendo esto así, entonces que tenemos la necesidad de ampliar el campo exegético, de análisis e interpretación de la oración del Padre Nuestro. Cristo nos está pidiendo que oremos para ser librados de aquello que llevamos por dentro; nuestra maldad.Recordamos que esta es la peor de las prisiones que podemos experiemntar. Se trata de unas cadenas que no se ven. Estas cárceles pueden pasar desapercibidas porque sólo son evidentes cuando decidimos confesarlas y rendir cuentas. La Biblia dice lo siguiente acerca de ese “ponēros” que llevamos por dentro:

“18 Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre.” (Mateo 15:18-20)

La buena noticia del Evangelio es que Dios ha prometido afirmarnos y guardarnos del mal. Así lo dice la Santa Palabra de Dios.

“3 Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.”  (2 Tesalonicenses 3:3)

Reiteramos que el mal, el “ponēros” que Cristo incluye en esta oración, la del Padre Nuestro, siempre está procurando encarcelarnos, aprisionar y coartar nuestra libertad. El mal externo y el que llevamos por dentro, procuran encadenarnos; convertirnos en sus esclavos. Tal y como hemos visto en la reflexión anterior, esto incluye las inclinaciones hacia la corrupción moral, espiritual, profesional, vocacional y relacional. Incluye inclinación a la inutilidad, a querer hacernos creer que no somos capaces de lidiar con ese problema o con la carga que ha sido puesta sobre nuestros hombros. Tenemos que pedir intensamente acerca de esto: líbranos de ese mal. Está la tentación de vivir una vida que no produce buenos frutos. Esa clase de vida que vive abstraída por el sentimiento de culpa. Por todo esto tenemos que orar intensamente: líbranos del mal.

Nosotros sabemos que los creyentes en Cristo no pueden ser dominados por el Maligno, porque Cristo habita en nuestro interior Col 1:27). Esas dos (2) presencias no pueden coexistir en el mismo lugar. Sin embargo, también sabemos que el Maligno, el “ponēros”, procura esclavizar nuestros pensamientos con ideas que nos quieren hacen creer que Dios no es bueno, que no se interesa por nosotros, o que no somos lo suficientemente buenos para que Él deba hacer algo a nuestro favor. Hay que orar para que el Señor nos libre del mal. La frase “líbranos del mal” incluye pedir que seamos rescatados de las influencias que produce el maligno. Nunca olvidemos que Dios no nos bendice por lo bueno que nosotros podamos ser. Dios nos bendecie porque nos ama.

Hemos visto que Dios ha prometido afirmarnos (2 Tes 3:3; “stērizō”, G4741). Esto significa girar con resolución en cierta dirección. Esto también significa ser firmes e inalterables. Es obvio que necesitamos cambiar de dirección cuando la que llevamos no es la correcta. Hay que orar para entregarle nuestra libertad a Dios y pedir que Él intervenga. Dios ha prometido hacer esto. Es obvio que necesitamos firmeza, resolución y estabilidad en los principios y en los valores del reino cuando estamos tropezando, caminando a tientas. Es por ello que hay que orar pidiendo ser librados de esto. Dios ha prometido que lo hará.

Hemos visto que Dios ha prometido guardarnos (“phulassō”, G5442) del mal. Esto describe y puede implicar aislarnos para lograrlo. Esto describe la acción de montar guardia para protegernos. Este concepto describe la acción de preservarnos y de provocar que evitemos el mal. Hay que orar intensamente para que Dios nos libre. Dios ha prometido que lo hará.El tiempo pos COVID -19 será un tiempo en el que muchas personas serán víctimas de su fragilidad. No hay que ser un especialista en el campo de la conducta humana para entender que nuestras defensas y nuestras energías han sido diezmadas en todo este proceso. La buena noticia es que la Biblia dice que Dios ha decidido proteger a a quellos que piden Su intervención.

“7 El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.” (Salmos 34:7)

Tampoco olvidemos que Dios nos ha dado las herramientas, las destrezas para ser capaces de resisitir el día malo. Esto es algo adicional a la oración para ser librados del mal.

“10 Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.” (Efesios 6:10-13)

¿Cuáles son esas herramientas? La versión Palabra de Dios para Todos nos ofrece la siguiente descripción en los versos 14-18 del capítulo antes citado:

  • manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad,
  • protegidos por la coraza de justicia,  
  • calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
  • tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno.
  • tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.
  • oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos.
  • manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. (Efesios 6:14-18, PDT)

Es imprescindible destacar que hay que orar para aprender a utilizar estas herramientas. Además, aparte de pedir que seamos librados del mal, la Biblia dice que podemos ser capaces de abstenernos de toda especie de mal (“ponēros”).

“22 Absteneos de toda especie de mal.” (1 Tesalonicenses 5:22, RV 1960).

Esta instrucción describe la capacidad para apartarse (“apechomai”, G567), para evitar, para matenerse alejados, para abstenerse de toda clase del mal. Esto incluye el  “ponēros” que llevamos por dentro. Es por esto que necesitamos aprender a orar para vencer al enemigo con lo bueno que Dios nos ha dado y no ser vencidos por el mal.

“21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.” (Romanos 12:21).
Referencias

[1] Harder, G. (1964–). πονηρός, πονηρία. G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 6, pp. 546–566). Grand Rapids, MI: Eerdmans.

[2] Swanson, J. (1997). Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo testamento) (Edición electrónica.). ellingham, WA: Logos Bible Software.

[3] Louw, J. P., & Nida, E. A. (1996). Greek-English lexicon of the New Testament: based on semantic domains  (electronic ed. of the 2nd edition., Vol. 1, p. 269). New York: United Bible Societies.

[4] Harder, G. (1964–). πονηρός, πονηρία. G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 6, pp. 546–566). Grand Rapids, MI: Eerdmans.

[5] Swanson, J. (1997). Diccionario de idiomas bı́blicos: Griego (Nuevo testamento) (Edición electrónica.).  Bellingham, WA: Logos Bible Software.

[6] Strong, J. (2009). A Concise Dictionary of the Words in the Greek Testament and The Hebrew Bible (Vol. 1, p. 59). Bellingham, WA: Logos Bible Software.

[7] Harder, G. (1964–). πονηρός, πονηρία. G. Kittel, G. W. Bromiley, & G. Friedrich (Eds.), Theological dictionary of the New Testament (electronic ed., Vol. 6, pp. 546–566). Grand Rapids, MI: Eerdmans.

[8] Ibid.

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