Notas del Pastor MJ: Sigue corriendo, ¡no desmayes!

Tuve la oportunidad de correr durante cuatro años en una de las mejores carreras de 10 kilómetros. El “World Best 10K” (El mejor 10K del mundo) o como se le conocía a nivel local, el “10k del Puente Teodoro Moscoso” era una carrera de 10 kilómetros con una ruta que cruzaba el puente de dicho nombre. Esta carrera anual era un evento de calibre mundial, que incluía a corredores elite de múltiples países, en una competencia de notoriedad extraordinaria. Pero también era todo un evento de comunidad. Corredores locales profesionales, aficionados, grupos de distintas organizaciones y familias enteras se unían para correr o caminar esa ruta, en un ambiente de mucha camaradería y disfrute. Lamentablemente este evento desapareció. Pero guardo gratos recuerdos de este 10k porque era una carrera que disfrutaba hacer como aficionado del deporte. Algo interesante es que durante la carrera uno podía observar de todo tipo de corredores; incluyendo algunos que corrían con una indumentaria muy peculiar. Había personas que cada año corrían vestidos de algún superhéroe, de algún personaje de Hollywood o con elementos asociados a una causa en particular. Hubo un año en que una persona corrió con un tronco pesado al hombro durante los 10 kilómetros, en solidaridad con un evento noticioso de aquel momento. Mi admiración por todos ellos era grande. Yo apenas lograba completar la carrera con un paso cómodo mientras que ellos lo lograban a buen ritmo y con mucho peso adicional. Pero, de todas formas, lo más importante era seguir corriendo, manteniendo el enfoque a lo largo de toda la carrera para llegar a la meta.

En días recientes venía a mi memoria esta carrera porque es una metáfora de lo que estamos experimentando como pueblo y como humanidad. Todos desearíamos que esta pandemia fuera un evento de corta duración y que terminara pronto para poder regresar a nuestra normalidad. No obstante, ese no ha sido el caso. Ha sido una carrera de larga duración y necesitamos seguir corriendo. Claro está, la mejor manera de correr una carrera de larga distancia es hacerla con el menor esfuerzo. Para esto necesitamos quitarnos todo el peso que estamos cargando demás. La Biblia dice lo siguiente:

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,” (Hebreo 12:1)

Has un inventario de cuánto peso extra estás llevando en este tiempo. Temores, ansiedades, corajes, tristezas, enojo, enemistades, dudas, pecados, todo eso se convierte como aquel tronco pesado que cargaba aquel corredor y que dificultaba su carrera a lo largo de la ruta. Dios no nos ha llamado a correr esta carrera con peso extra. Entrégale todas esas cargas a Dios, deja que él las lleve por ti. Por si no lo sabes, él ha prometido acompañarte a lo largo de todo el camino para que tu pie no tropiece, para que tu corazón no desmaye y para que puedas llegar a la meta. Con toda probabilidad, vas a sentir cansancio en el camino. Pero si mantienes el enfoque a lo largo de toda la carrera, apuntando hacia la meta, vas a estar bien. ¿Cuál es esa meta? El escritor mencionaba eso también.

“puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreo 12:2)

Corre liviano, corre sin peso. Corre enfocado, apuntando a la meta, con tus ojos en el blanco. Sigue corriendo, mirando a Cristo. No desmayes, ya pronto llegaremos.

No Comments


Categories

Archive

 2024
 2023

Recent

Tags