April 21st, 2020
Las reflexiones acerca de las experiencias que David tiene en la cueva de Adulam (1 Sam 22:1-3) nos han dirigido a trabajar con el Salmo 57; una oración que se canta. Este, que es uno de los tres (3) salmos que David escribe allí (Sal 142, Sal 57 y Sal 34), es sin duda alguna un salmo de transición.
David comienza a revelar en este salmo que está experimentando la transición entre sus tristezas, sus ansiedades, sus frustraciones y temores iniciales, y la del estado anímico y espiritual de ese hombre que Dios quería formar para que pudiera ser el futuro rey de Israel. Esta transición es tan evidente que puede hasta ser bosquejada como la progresión de un testimonio de transformación y de esperanza.
En el primer verso de este salmo David declara que sus quebrantos van a pasar. En el segundo verso él afirma que Dios le favorece; en tiempo presente, antes de salir de esa cueva.
Los lectores deben percatarse que este hombre de Dios no está viviendo de espaldas a sus realidades mientras dice todas estas cosas. Todo lo contrario; David las reconoce, las examina en detalle, para luego de esto afirmar cuál sería su curso de acción de frente a estas.
¿Cómo podemos llegar a esta conclusión? Vemos en el tercer verso que él no oculta su realidad y que dice allí que Dios lo va a salvar de haber sido expuesto, censurado y lacerado. O sea, que él acepta los resultados que ha producido esta crisis. Es más, este hombre afirma que las conoce y que las acepta, pero lo hace al mismo tiempo que afirma su confianza en el Señor.
David declara en el tercer verso que la ayuda del Señor viene de los cielos, en forma de misericordia y de verdad.
David continúa en el cuarto verso de este salmo aceptando que él se encuentra en medio de una crisis muy singular. Sin embargo, en el quinto verso nos hace saber que nada de esto puede impedir que él desee alabar, exaltar y glorificar al Señor.
Ahora bien, en lo que parece una radiografía objetiva de su situación, David afirma lo siguiente: en el sexto verso:
"
Observemos bien estas aseveraciones. David sabe que esto que está sufriendo ha sido una trampa injusta. Además, reconoce que esto provocó que se le abatiera el alma, que estaba cansado de tanta angustia. Sin embargo, inmediatamente él reconoce que sus enemigos cayeron en la trampa que prepararon para él.
Él sabe que es una trampa que han “armado”, o sea que lo hicieron con premeditación. Esta es la misma expresión que él utiliza en el Salmo 142:3b, cuando dice que le escondieron un lazo, una red. El concepto utilizado aquí describe una herramienta que se usa para atrapar animales. O sea, que David admite que lo trataron como se trata a un animal. Es esto lo que le ha hecho sentirse abatido, con el alma doblegada.
Un dato muy singular es que David hace una pausa en su canción después de estas declaraciones. Este interludio o pausa es identificado en muchas versiones bíblicas como un Selah; una pausa para meditar en lo antes dicho. Es entonces que David nos deja conocer cuáles son sus conclusiones y sus determinaciones. Veamos lo que dicen los versos 7 al 11 de este Salmo:
"
El problema parece no estar completamente resuelto cuando uno lee los versos anteriores. Pero en estos versos David hace una pausa y decide que tiene ante sí dos (2) opciones. La primera es quejarse y dejar que lo destruyan sus angustias. La segunda es permitir que su corazón esté dispuesto para lo que el Señor quiere hacer con él. El futuro rey de Israel escoge esta alternativa.
Cuando David declara que su corazón está dispuesto, lo que está diciendo es que su corazón está “kûn” (H3559). Este es un concepto que puede ser definido como estar en posición de atención para recibir instrucciones y órdenes. Es traducido en algunas ocasiones como establecido, perpendicular, confirmado, preparado, estructurado, de pie y ordenado. ¿No le parece que esta expresión es gloriosa? La temporada en la cueva no había concluido, pero este hombre dice que su corazón está preparado, está estructurado, está en orden, que ha sido establecido y que está de pie. El corazón de este hombre ya está listo para recibir las órdenes, las instrucciones celestiales.
¿Cuáles son las primeras reacciones que vemos en este hombre ante las evidencias de la transformación que el Señor había estado operando en su corazón? La primera reacción es cantar: “cantaré, y trovaré salmos.” Esta reacción (“shı̂yr” H7891), es la misma que tienen Moisés y su hermana María luego de ver cómo el Señor destruyó al ejército Egipcio en el medio del Mar Rojo (Éxo 15:1, 24). Es de aquí que obtiene su nombre el desierto al que ellos entran luego de ese milagro (Éxo 15:22). Es esta la misma reacción del pueblo de Israel cuando subieron a Beer (Nm 21:15-16). Este es el lugar en que el Señor había sacado agua de la peña para el pueblo (Nm 19:7-11).
Esta es también la expresión que utiliza Débora para cantarle al Señor después de haber derrotado a los enemigos del pueblo de Dios (Juec 5:1,3). Esta es la misma expresión que utilizan las mujeres que ven a David regresar de sus victorias junto a Saúl (1 Sam 18:6). Esta es la misma expresión que utiliza el profeta Isaías para describir lo que el pueblo va a hacer cuando sepa que Dios puso salvación como muros y antemuros (Isa 26:1); cuando el pueblo sepa que Dios guardaría en completa paz a aquellos que perseveran confiando en Él (Isa 26:3).
Este concepto también se utiliza para describir la capacidad de poder ver con claridad. Así lo utiliza Balaam cuando ve al pueblo de Israel desde la cumbre del monte:
"
La primera reacción de David es la reacción de aquellos que ven mejor y que han comenzado a saborear sus victorias. La temporada en la cueva de Adulam no se había acabado y este hombre comenzaba a alabar como uno que ya estaba disfrutando su victoria. Este hombre sabe que ha enfrentado gigantes en otras ocasiones y que los ha derrotado con la ayuda de Dios. David se puso de pie en la cueva y decide cantar.
Dios nos invita a hacer lo mismo en nuestras cuevas. No podemos esperar a que se acaben los procesos en nuestras cuevas, en nuestros aislamientos para comenzar a celebrar las victorias. Dios nos invita a ponernos de pie, a comenzar a cantar cánticos de victoria, a declarar que Él está ordenando nuestros pasos y que nosotros sabemos que podemos comenzar a saborear las victorias que Él nos ha prometido.
Es muy curioso que en los libros de Crónicas se utilice el mismo concepto para describir a los cantores (1 Cró 6:33; 9:33; 15:16, 19, 27; 2 Cró 5:12,13, 9:11; 20:21; 23:13; 35:15). O sea, que hay una gran posibilidad de que Dios haya estado haciendo que sucediera algo más en David; Dios lo estaba transformando en un verdadero cantor.
El Señor quiere transformar en verdaderos cantores a muchos creyentes que se han visto ahogados por el llanto y el desaliento. La invitación que nos hace el Señor es que decidamos que le vamos a permitir que el convierta en baile nuestros lamentos, que nos unja con óleo de gozo y que nos permita experimentar cómo es que nuestra vida se transforma en una canción.
El verso ocho de este salmo es un llamado a su estado anímico:
"
David pide que su gloria (“kâbôd”, H3519) se despierte. Esta expresión trata acerca de recuperar el esplendor, el estado anímico de alguien que sabe que tiene unas promesas de Dios y que necesita comenzar a vivir en ellas. David llama a sus instrumentos musicales, la lira, el salterio, y se alinea para usarlos nuevamente. David comienza a alinearse con el propósito de Dios para su vida antes de salir de la cueva de Adulam.
Dios nos está haciendo el mismo llamado hoy. Tenemos que recuperar el brillo y el resplandor de nuestros llamados, la gloria de nuestros lugares en Cristo. Tenemos que recuperar el esplendor de nuestros llamados como sacerdotes de nuestros hogares. Tenemos que recuperar el esplendor que nos pertenece como linaje escogido, como real sacerdocio, como nación santa, como pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos con el resplandor de Su gloria las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
David utiliza en el Salmo 57 las mismas expresiones que se utilizan en la Biblia para llamar la atención a Débora (Jue 5:12). También, para despertar el espíritu de Ciro, de modo que este decidiera hacer lo que le correspondía hacer para bendecir al pueblo de Dios (2 Cró 36:22; Esd 1:1). Esta es la misma expresión que utiliza el cronista para describir a aquellos que se levantaron para ir a edificar la casa del Señor en Jerusalén (Esd 1:5). Dios despertó el espíritu de ellos.
La importancia detrás de todo esto es que ya sabemos que la alabanza de victoria de David no comenzó después de haber vencido los procesos en la cueva. La alabanza de celebración comenzó en la cueva Adulam. Repetimos, David comienza a celebrar sus victorias antes de salir de Adulam.
David llama al salterio (“nebel”, H5035), algo que puede ser traducido como un tipo de lira o hasta un tipo de gaita (“bagpipe”). Él también llama a su lira (“kinnôr”, H3658), un tipo de arpa. La Biblia nos dice que estos instrumentos están relacionados con la alegría y el gozo. Veamos:
"
¿Qué significado puede tener todo esto? Que el gozo de David había regresado. ¡Alabado sea el Señor que nos regresa el gozo en el mismo medio de nuestras cuevas!
Esa experiencia parece haber sido tan impactante que David expresa que su anhelo es que todos aquellos que le acompañan en la cueva y todas las naciones se enteren de lo que le ha sucedido:
"
Trate de imaginar esta escena: David agarrando sus instrumentos y comenzando a cantar en medio de la cueva. Todo esto ante las miradas atónitas de sus padres, de sus hermanos y de los 400 que le rodeaban allí; los que no pueden entender lo que está sucediendo en ese lugar.
El concepto que él utiliza aquí (“yâdâh”, H3034), implica que está loando a Dios, aclamándole, dando gracias, confesando y glorificando a Dios. A continuación algunas referencias bíblicas en las que se utiliza este concepto hebreo.
1 Crón 16:4 (loasen) 1 Crón 16:7 (aclamar) 1 Crón 16:8 (alabar)
1 Crón 16:34(aclamad) 1 Crón 16:35(confesemos) 1 Crón 16:41(glorificar)
1 Crón 23:30(dar gracias) 1 Crón 25:3(aclamar) 1 Crón 29:13(alabamos)
2 Crón 5:13(dar gracias) 2 Crón 6:24(confesar) 2 Crón 6:26(confesar)
2 Crón 7:3(alabaron) 2 Crón 7:6(alabar)
¿Qué significado tienen todas estas aseveraciones? Ya hemos visto que la transformación de este hombre de Dios se inicia en el mismo medio de su cuarentena, de su aislamiento en la cueva de Adulam. Esa temporada de aislamiento no pudo cancelar la disposición del corazón de David para alabar al Señor. Ese aislamiento sirvió como herramienta para realizar una radiografía completa de su situación. En este aislamiento David aprendió que los gigantes como Goliat siempre estarán presentes; así también la presencia de Dios y la garantía de la victoria.
"
David también aprendió que el arpa y el salterio no pueden estar dormidos. David aprendió que hay que comenzar a publicar la alabanza antes de salir de la cueva. David aprendió que servía a un Dios más grande que cualquier cueva o cualquier amenaza.
¿A quién le sirves tú?
David comienza a revelar en este salmo que está experimentando la transición entre sus tristezas, sus ansiedades, sus frustraciones y temores iniciales, y la del estado anímico y espiritual de ese hombre que Dios quería formar para que pudiera ser el futuro rey de Israel. Esta transición es tan evidente que puede hasta ser bosquejada como la progresión de un testimonio de transformación y de esperanza.
En el primer verso de este salmo David declara que sus quebrantos van a pasar. En el segundo verso él afirma que Dios le favorece; en tiempo presente, antes de salir de esa cueva.
Los lectores deben percatarse que este hombre de Dios no está viviendo de espaldas a sus realidades mientras dice todas estas cosas. Todo lo contrario; David las reconoce, las examina en detalle, para luego de esto afirmar cuál sería su curso de acción de frente a estas.
¿Cómo podemos llegar a esta conclusión? Vemos en el tercer verso que él no oculta su realidad y que dice allí que Dios lo va a salvar de haber sido expuesto, censurado y lacerado. O sea, que él acepta los resultados que ha producido esta crisis. Es más, este hombre afirma que las conoce y que las acepta, pero lo hace al mismo tiempo que afirma su confianza en el Señor.
David declara en el tercer verso que la ayuda del Señor viene de los cielos, en forma de misericordia y de verdad.
David continúa en el cuarto verso de este salmo aceptando que él se encuentra en medio de una crisis muy singular. Sin embargo, en el quinto verso nos hace saber que nada de esto puede impedir que él desee alabar, exaltar y glorificar al Señor.
Ahora bien, en lo que parece una radiografía objetiva de su situación, David afirma lo siguiente: en el sexto verso:
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“6 Red han armado a mis pasos; Se ha abatido mi alma; Hoyo han cavado delante de mí; En medio de él han caído ellos mismos. Selah” (Sal 57:6, RV 1960)
“Han tendido una red para mis pasos; Mi alma está abatida; Han cavado una fosa delante de mí, Pero ellos mismos han caído en medio de ella.” (Nueva Biblia de Las Américas)
“Mis enemigos me tendieron una trampa; estoy cansado de tanta angustia. Cavaron un pozo profundo en mi camino, pero ellos mismos cayeron en la trampa. Interludio” (Nueva Traducción Viviente)
“Han tendido una red para mis pasos; Mi alma está abatida; Han cavado una fosa delante de mí, Pero ellos mismos han caído en medio de ella.” (Nueva Biblia de Las Américas)
“Mis enemigos me tendieron una trampa; estoy cansado de tanta angustia. Cavaron un pozo profundo en mi camino, pero ellos mismos cayeron en la trampa. Interludio” (Nueva Traducción Viviente)
Observemos bien estas aseveraciones. David sabe que esto que está sufriendo ha sido una trampa injusta. Además, reconoce que esto provocó que se le abatiera el alma, que estaba cansado de tanta angustia. Sin embargo, inmediatamente él reconoce que sus enemigos cayeron en la trampa que prepararon para él.
Él sabe que es una trampa que han “armado”, o sea que lo hicieron con premeditación. Esta es la misma expresión que él utiliza en el Salmo 142:3b, cuando dice que le escondieron un lazo, una red. El concepto utilizado aquí describe una herramienta que se usa para atrapar animales. O sea, que David admite que lo trataron como se trata a un animal. Es esto lo que le ha hecho sentirse abatido, con el alma doblegada.
Un dato muy singular es que David hace una pausa en su canción después de estas declaraciones. Este interludio o pausa es identificado en muchas versiones bíblicas como un Selah; una pausa para meditar en lo antes dicho. Es entonces que David nos deja conocer cuáles son sus conclusiones y sus determinaciones. Veamos lo que dicen los versos 7 al 11 de este Salmo:
"
“7 Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; Cantaré, y trovaré salmos. 8 Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana. 9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré de ti entre las naciones. 10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y hasta las nubes tu verdad. 11 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria.” (Sal 57:7-11, RV 1960)
El problema parece no estar completamente resuelto cuando uno lee los versos anteriores. Pero en estos versos David hace una pausa y decide que tiene ante sí dos (2) opciones. La primera es quejarse y dejar que lo destruyan sus angustias. La segunda es permitir que su corazón esté dispuesto para lo que el Señor quiere hacer con él. El futuro rey de Israel escoge esta alternativa.
Cuando David declara que su corazón está dispuesto, lo que está diciendo es que su corazón está “kûn” (H3559). Este es un concepto que puede ser definido como estar en posición de atención para recibir instrucciones y órdenes. Es traducido en algunas ocasiones como establecido, perpendicular, confirmado, preparado, estructurado, de pie y ordenado. ¿No le parece que esta expresión es gloriosa? La temporada en la cueva no había concluido, pero este hombre dice que su corazón está preparado, está estructurado, está en orden, que ha sido establecido y que está de pie. El corazón de este hombre ya está listo para recibir las órdenes, las instrucciones celestiales.
¿Cuáles son las primeras reacciones que vemos en este hombre ante las evidencias de la transformación que el Señor había estado operando en su corazón? La primera reacción es cantar: “cantaré, y trovaré salmos.” Esta reacción (“shı̂yr” H7891), es la misma que tienen Moisés y su hermana María luego de ver cómo el Señor destruyó al ejército Egipcio en el medio del Mar Rojo (Éxo 15:1, 24). Es de aquí que obtiene su nombre el desierto al que ellos entran luego de ese milagro (Éxo 15:22). Es esta la misma reacción del pueblo de Israel cuando subieron a Beer (Nm 21:15-16). Este es el lugar en que el Señor había sacado agua de la peña para el pueblo (Nm 19:7-11).
Esta es también la expresión que utiliza Débora para cantarle al Señor después de haber derrotado a los enemigos del pueblo de Dios (Juec 5:1,3). Esta es la misma expresión que utilizan las mujeres que ven a David regresar de sus victorias junto a Saúl (1 Sam 18:6). Esta es la misma expresión que utiliza el profeta Isaías para describir lo que el pueblo va a hacer cuando sepa que Dios puso salvación como muros y antemuros (Isa 26:1); cuando el pueblo sepa que Dios guardaría en completa paz a aquellos que perseveran confiando en Él (Isa 26:3).
Este concepto también se utiliza para describir la capacidad de poder ver con claridad. Así lo utiliza Balaam cuando ve al pueblo de Israel desde la cumbre del monte:
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“9 Porque de la cumbre de las peñas lo veré, Y desde los collados lo miraré; He aquí un pueblo que habitará confiado, Y no será contado entre las naciones.” (Nm 23:9)
“17 Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.” (Nm 24:17)
“17 Lo veré, mas no ahora; Lo miraré, mas no de cerca; Saldrá ESTRELLA de Jacob, Y se levantará cetro de Israel, Y herirá las sienes de Moab, Y destruirá a todos los hijos de Set.” (Nm 24:17)
La primera reacción de David es la reacción de aquellos que ven mejor y que han comenzado a saborear sus victorias. La temporada en la cueva de Adulam no se había acabado y este hombre comenzaba a alabar como uno que ya estaba disfrutando su victoria. Este hombre sabe que ha enfrentado gigantes en otras ocasiones y que los ha derrotado con la ayuda de Dios. David se puso de pie en la cueva y decide cantar.
Dios nos invita a hacer lo mismo en nuestras cuevas. No podemos esperar a que se acaben los procesos en nuestras cuevas, en nuestros aislamientos para comenzar a celebrar las victorias. Dios nos invita a ponernos de pie, a comenzar a cantar cánticos de victoria, a declarar que Él está ordenando nuestros pasos y que nosotros sabemos que podemos comenzar a saborear las victorias que Él nos ha prometido.
Es muy curioso que en los libros de Crónicas se utilice el mismo concepto para describir a los cantores (1 Cró 6:33; 9:33; 15:16, 19, 27; 2 Cró 5:12,13, 9:11; 20:21; 23:13; 35:15). O sea, que hay una gran posibilidad de que Dios haya estado haciendo que sucediera algo más en David; Dios lo estaba transformando en un verdadero cantor.
El Señor quiere transformar en verdaderos cantores a muchos creyentes que se han visto ahogados por el llanto y el desaliento. La invitación que nos hace el Señor es que decidamos que le vamos a permitir que el convierta en baile nuestros lamentos, que nos unja con óleo de gozo y que nos permita experimentar cómo es que nuestra vida se transforma en una canción.
El verso ocho de este salmo es un llamado a su estado anímico:
"
“8 Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana.”
David pide que su gloria (“kâbôd”, H3519) se despierte. Esta expresión trata acerca de recuperar el esplendor, el estado anímico de alguien que sabe que tiene unas promesas de Dios y que necesita comenzar a vivir en ellas. David llama a sus instrumentos musicales, la lira, el salterio, y se alinea para usarlos nuevamente. David comienza a alinearse con el propósito de Dios para su vida antes de salir de la cueva de Adulam.
Dios nos está haciendo el mismo llamado hoy. Tenemos que recuperar el brillo y el resplandor de nuestros llamados, la gloria de nuestros lugares en Cristo. Tenemos que recuperar el esplendor de nuestros llamados como sacerdotes de nuestros hogares. Tenemos que recuperar el esplendor que nos pertenece como linaje escogido, como real sacerdocio, como nación santa, como pueblo adquirido por Dios, para que anunciemos con el resplandor de Su gloria las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
David utiliza en el Salmo 57 las mismas expresiones que se utilizan en la Biblia para llamar la atención a Débora (Jue 5:12). También, para despertar el espíritu de Ciro, de modo que este decidiera hacer lo que le correspondía hacer para bendecir al pueblo de Dios (2 Cró 36:22; Esd 1:1). Esta es la misma expresión que utiliza el cronista para describir a aquellos que se levantaron para ir a edificar la casa del Señor en Jerusalén (Esd 1:5). Dios despertó el espíritu de ellos.
La importancia detrás de todo esto es que ya sabemos que la alabanza de victoria de David no comenzó después de haber vencido los procesos en la cueva. La alabanza de celebración comenzó en la cueva Adulam. Repetimos, David comienza a celebrar sus victorias antes de salir de Adulam.
David llama al salterio (“nebel”, H5035), algo que puede ser traducido como un tipo de lira o hasta un tipo de gaita (“bagpipe”). Él también llama a su lira (“kinnôr”, H3658), un tipo de arpa. La Biblia nos dice que estos instrumentos están relacionados con la alegría y el gozo. Veamos:
"
“1 Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob aclamad con júbilo. 2 Entonad canción, y tañed el pandero, El arpa deliciosa y el salterio.” (Sal 81:2)
“7 Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. 8 Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa.” (Isa 24:8)
“7 Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón. 8 Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa.” (Isa 24:8)
¿Qué significado puede tener todo esto? Que el gozo de David había regresado. ¡Alabado sea el Señor que nos regresa el gozo en el mismo medio de nuestras cuevas!
Esa experiencia parece haber sido tan impactante que David expresa que su anhelo es que todos aquellos que le acompañan en la cueva y todas las naciones se enteren de lo que le ha sucedido:
"
“Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré de ti entre las naciones.” (v.9)
Trate de imaginar esta escena: David agarrando sus instrumentos y comenzando a cantar en medio de la cueva. Todo esto ante las miradas atónitas de sus padres, de sus hermanos y de los 400 que le rodeaban allí; los que no pueden entender lo que está sucediendo en ese lugar.
El concepto que él utiliza aquí (“yâdâh”, H3034), implica que está loando a Dios, aclamándole, dando gracias, confesando y glorificando a Dios. A continuación algunas referencias bíblicas en las que se utiliza este concepto hebreo.
1 Crón 16:4 (loasen) 1 Crón 16:7 (aclamar) 1 Crón 16:8 (alabar)
1 Crón 16:34(aclamad) 1 Crón 16:35(confesemos) 1 Crón 16:41(glorificar)
1 Crón 23:30(dar gracias) 1 Crón 25:3(aclamar) 1 Crón 29:13(alabamos)
2 Crón 5:13(dar gracias) 2 Crón 6:24(confesar) 2 Crón 6:26(confesar)
2 Crón 7:3(alabaron) 2 Crón 7:6(alabar)
¿Qué significado tienen todas estas aseveraciones? Ya hemos visto que la transformación de este hombre de Dios se inicia en el mismo medio de su cuarentena, de su aislamiento en la cueva de Adulam. Esa temporada de aislamiento no pudo cancelar la disposición del corazón de David para alabar al Señor. Ese aislamiento sirvió como herramienta para realizar una radiografía completa de su situación. En este aislamiento David aprendió que los gigantes como Goliat siempre estarán presentes; así también la presencia de Dios y la garantía de la victoria.
"
“33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Jn 16:33)
David también aprendió que el arpa y el salterio no pueden estar dormidos. David aprendió que hay que comenzar a publicar la alabanza antes de salir de la cueva. David aprendió que servía a un Dios más grande que cualquier cueva o cualquier amenaza.
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