June 6th, 2021
Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida “¿Se puede perder la salvación?” (Pt. III)
Reflexión por el Pastor/Rector: Mizraím Esquilín-García
799 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVI • 6 de junio del 2021
Las reflexiones anteriores han sido dedicadas al análisis de un acrónimo: T.U.L.I.P. Este acrónimo sintetiza las cinco (5) posturas teológicas que el calvinismo ha refrendado a través de los siglos. La historia revela que este acrónimo no es de la autoría de Juan Calvino. El mismo es el resultado de los trabajos desarrollados en el Sínodo de Dort (1618-19).
Las letras del T.U.L.I.P. representan las siguientes aseveraciones:
-“Total depravity” (Depravación Total)
-“Unconditional election” (Elección Incondicional)
-“Limited atonement” (Expiación Limitada)
-“Irresistible grace” (Gracia Irresistible)
-“Perseverance of the saints” (Perseverancia de los santos: la salvación no se pierde)
Reconocemos que no pretendemos agotar la discusión y el análisis de un tema tan intenso en unos ensayos pastorales. No obstante, es necesario presentar datos exegéticos, de análisis textual e históricos fidedignos, que puedan ser analizados para poder llegar a conclusiones informadas.
El análisis de las primeras aseveraciones, entiéndase la “T” (depravación total) y la “U” (elección incondicional) nos llevó a concluir que estas no se sostienen bíblicamente. En esta reflexión pretendemos analizar la “L” (expiación limitada).
Hay que comenzar este análisis subrayando el hecho de que esa frase asevera que Cristo murió en la Cruz del Calvario solo por los elegidos para ser salvos y no por toda la humanidad. El calvinismo radical justifica y basa esta aseveración en sus interpretaciones de la teoría de sustitución penal que Tomás de Aquino esbozó acerca de la salvación. Esta teoría define el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario bajo la tesis de que el pensamiento de que Cristo es castigado allí en nuestro lugar.
Se denomina esta teoría sustitución penal porque parte de la premisa de la Cruz es un juicio. Hay al menos dos (2) ideas centrales en esta teoría: que Cristo es castigado y que su pasión, y los dolores que sufrió allí tienen carácter de auténtico castigo de Dios inferido al Salvador.
Un trabajo reciente publicado escrito por Steve Jeffery, Michael Ovey, y Andrew Sach procura defender esta postura calvinista. Adelantamos aquí que no hemos encontrado autores con rango académico que estén de acuerdo con la forma en que estos autores presentan la teoría de Aquino.
Los lectores de esta reflexión deben conocer que existen varias teorías que procuran explicar lo que sucedió en la Cruz del Calvario. Esto es, responder a preguntas filosóficas y teológicas tales como ¿Por qué Cristo murió en la Cruz? ¿Cómo es que ese sacrificio hace posible que seamos perdonados de nuestros pecados? Siendo Dios omnipotente, ¿por qué no nos pudo perdonar sin que Cristo muriera en la Cruz?
Es importante destacar que ninguna de ellas puede explicar por completo lo que sucedió en el Gólgota.
Estas teorías están subdivididas en paradigmas clásicos, paradigmas objetivos y paradigmas subjetivos. A continuación las teorías más relevantes. Estas han sido acompañadas de direcciones electrónicas en los que los lectores encontrarán referencias rápidas. Hay que destacar que muchas de ellas no son necesariamente académicas. Las referencias de lecturas con rigor académico serán ofrecidas en los párrafos subsiguientes.
Paradigmas clásicos
-Teoría de la paga de un rescate a Satanás.
o“Esta teoría se refiere a la expiación de Cristo como el logro de una victoria sobre las fuerzas cósmicas del pecado, la muerte, el mal, y Satanás. Los proponentes de esta perspectiva del rescate creen que en la lucha cósmica entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás, Satanás ha mantenido a la humanidad cautiva al pecado. Por lo tanto, para lograr rescatar a la humanidad, Dios los tuvo que rescatar del poder de Satanás al entregar a Jesús como intercambio por las almas que tenía cautivas. Los defensores de la teoría del rescate comúnmente apelan a la declaración de Jesús de que Él vino a dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:28; Marcos 10:45)…..[Hay que destacar que]esta visión de la expiación le proporciona a Satanás más poder del que realmente tiene. Satanás nunca ha estado en la posición de hacerle demandas a Dios. En lugar de esto, la Escritura muestra que Jesús pagó el precio en nombre de los pecadores para rescatarlos del justo castigo de la ira santa de Dios (Romanos 5:9). En el sentido más profundo, Jesús nos salvó de Dios, no meramente del poder del pecado y de Satanás.” .
oHay una reinterpretación de esta teoría que se llama “Christus Victor” (Gustaf Aulén, 1931). Esta no define el sacrificio de Cristo como la paga de un rescate a Satanás, sino como la derrota de los poderes del mal.
-Teoría de la recapitulación
o“Esta visión sostiene que Jesús invirtió el curso de la desobediencia en los humanos a un curso de obediencia. Afirma que Jesús recapituló todas las etapas de la vida humana, invirtiendo así el derrotero establecido por Adán. Esto no está respaldado por las Escrituras, ni por la observación, [porque] (claramente los humanos no siguen un curso de obediencia a Dios).”
Paradigmas objetivos
-Teoría de la satisfacción
o“Defendida principalmente por Anselmo de Canterbury , sostiene la idea de que la muerte de Cristo satisfizo al Padre por el pecado. Siguiendo el ejemplo del paradigma del feudalismo que caracterizó a la sociedad en esa época, Anselmo se centró más en la idea de satisfacer el honor herido de Dios y no el apaciguamiento de su justa ira.[O sea, la cruz como un ejercicio para compensar al Padre]. Bien es cierto que la gloria de Dios es menospreciada cuando se comete pecado. De hecho, el pecado es sinónimo de no honrar a Dios ni darle gracias (Romanos 1:21) y quedar destituidos de su gloria (Romanos 3:23). Por lo tanto, cualquier teoría adecuada de la expiación reivindicará la justicia de Dios y restaurará su honor. Pero Cristo alcanzó esta reivindicación de la justicia de una manera particular: al convertirse en un sustituto de los pecadores, soportando expiatoriamente en su cuerpo el castigo que era justamente debido a nosotros (1 Pedro 2:24). Al establecer a Jesús como propiciación de la ira santa, Dios se ha manifestado como el justo y el que justifica al que tiene fe en Cristo (Romanos 3:26).”
-Teoría de Sustitución penal
o“Esto significa que, en su muerte, Cristo pagó la pena (por tanto, penal) por nuestros pecados al sufrir expiatoriamente, en nuestro lugar, como nuestro sustituto (por tanto, sustitución). La justa ira que nuestros pecados despertaron en Dios se ejerció plenamente en el Siervo Sufriente cuando Dios “cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). El Salvador, nuestro Cordero de Pascua (1Corintios 5: 7; Juan 1:29) aquel que no conoció pecado, hecho por nosotros pecado (2 Corintios 5:21) haciéndose maldición por nosotros (Gálatas 3:13) y por tanto extinguiendo la ira del Padre contra nuestro pecado (Hebreos 2:17). Debido a este sacrificio suficiente, y el suministro de la justicia misma de Cristo adjudicada a nosotros, nuestros pecados pueden ser justamente perdonados y podemos ser reconciliados con Dios.”
-Teoría gubernamental
o“La teoría gubernamental de la expiación fue propuesta por primera vez por Hugo Grocio, un estudiante de Arminio en el siglo 17. La teoría gubernamental le resta importancia a la idea de que Cristo pagó la pena correspondiente con nuestros pecados particulares. En cambio, la muerte de Cristo sirvió como una muestra del sufrimiento por el pecado en general, demostrando que se debe pagar una sanción cuando se rompen las leyes.
oDe hecho, los defensores de la teoría gubernamental sostienen que la justicia de Dios en realidad no exige un pago por el pecado al aceptar una muestra de sufrimiento; Dios podría “dejar a un lado su ley” y podría “no requerir un castigo” por completo ya que Él “no es responsable ante ninguna ley” (Demarest, La Cruz y la Salvación, 154-55 ). No obstante Él eligió castigar a Cristo con el propósito de establecer el orden moral y el gobierno del universo (de ahí el nombre). El castigo de Cristo también actúa como elemento disuasivo contra el pecado futuro, ya que muestra las terribles medidas a la que Dios recurrirá con el fin de mantener el gobierno moral del mundo.”
Paradigmas Subjetivos
-Influencia moral o de transformación moral
o“La teoría de la influencia moral de la expiación se refiere a la obra de Cristo como un bello ejemplo del amor cristiano de sacrificio y conducta. Defendida por primera vez por Pedro Abelardo en el Siglo 12 y luego por muchos teólogos liberales, la teoría de la influencia moral postula que la muerte de Jesús no logró nada objetivo. Un escritor explicó: “No había que superar ningún obstáculo en Dios para que los pecadores fueran restaurados a la comunión con el Creador. Dios no requería satisfacer ninguna justicia ni aplacar su ira”. En cambio, la muerte de Cristo no fue más que un ejemplo de cómo la humanidad debe actuar. Por la manifestación de ese amor, se dice que la muerte de Cristo ganó los corazones de los pecadores impenitentes y así los atrae a vivir una vida moral como lo hizo Jesús, por lo que se denomina “influencia moral”. Sus defensores enfatizan que la expiación era una forma de Dios identificarse empáticamente con sus criaturas, participando en sus sufrimientos.”
-Teoría de ejemplo moral
oDefendida por Fausto Socinus, fundador de Socianismo. Socinus combate la teoría de Anselmo en su libro “De Jesus Christo Servatore”. La parte central de sus tesis es que Cristo es nuestro Salvador porque Él nos ha anunciado el camino de la salvación eterna. Socinus postulaba que nosotros podemos obtener esa salvación imitando a Cristo.
o“From the Socinian perspective, Jesus’ death fills two human needs. First, it fills the need for an example of that total love for God that we must display if we are to experience salvation. Second, the death of Jesus gives us inspiration. The ideal of total love for God is so lofty as to seem virtually unattainable. The death of Jesus is proof that such love does lie within the sphere of human accomplishment.”
o
Existen otras teorías que procuran explicar el sacrificio de Cristo en la Cruz. Repetimos que la
realidad objetiva es que ninguna de estas puede explicar por completo el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.
“No single model of the atonement provides a complete and full picture of how atonement functions. In light of this, some models of the atonement focus more or less on the results of the atonement rather than on the means or mechanism by which atonement actually takes place or functions….On the other hand, the Satisfaction model and its variations (Substitution) tend to be more diagnostic of how the atonement actually functions. What is needed is to discern how to categorize and then how to order the objective and subjective biblical models of the atonement such that they are compatible and cohere.”
El Calvinismo tomó la teoría de Tomás de Aquino y la unió a la interpretación acerca de la predestinación de Agustín de Hipona. Esta última fue analizada en reflexiones anteriores utilizando recursos tales como un libro escrito por Ken Wilson, “The Foundation of Augustinian-Calvinism.” En ese libro Wilson demuestra que cuando Agustín de Hipona migró de su posición de libre albedrío y libre selección a la de la predestinación, sus posturas fueron rechazadas por los líderes de la Iglesia de su tiempo (siglo quinto de la Era Cristiana). Estas posturas fueron rechazadas porque Agustín decidió utilizar las interpretaciones bíblicas del maniqueísmo, movimiento teológico y filosófico que había sido declarado una herejía.
En el ejercicio de combinar la teoría de sustitución penal con la de la predestinación Agustiniana, el calvinismo radical se vio en la necesidad de reinterpretar algunas de las posturas de Tomás de Aquino. Veamos algunos ejemplos de esto.
El libro a favor de este punto (“Pierced for Our Transgressions”) cita los siguientes pasajes de la Suma Teológica de Tomás de Aquino:
“Respondo: El hombre estaba encadenado por el pecado de dos modos: Primero, por la esclavitud del pecado, porque quien comete pecado es esclavo del pecado, como se dice en Jn 8,34, y en 2 Pe 2,19: Uno queda esclavo de aquel que le vence. Por consiguiente, habiendo vencido el diablo al hombre mediante la inducción al pecado, el hombre quedó sujeto a la esclavitud del diablo. Segundo, en cuanto al reato de la pena, con el que el hombre quedaba ligado conforme a la justicia divina. Y esto es también una cierta esclavitud, pues a la esclavitud pertenece el que uno sufra lo que no quiere, por ser propio del hombre libre disponer de sí mismo como él quiere. En consecuencia, habiendo sido la pasión de Cristo satisfacción suficiente y sobreabundante por el pecado y por el reato del género humano, fue como un precio mediante el cual fuimos liberados de una y otra esclavitud. Pues la misma satisfacción que alguien ofrece por sí o por otro se llama un cierto precio con el que uno se redime del pecado y de la pena, conforme a las palabras de Dan 4,24: Redime tus pecados con limosnas. Y Cristo satisfizo, no entregando dinero o cosa semejante, sino dando por nosotros lo más grande imaginable, El mismo. Y por este motivo, la pasión de Cristo es llamada redención nuestra.” (ST III.47, a.3, ad.1)
“Es impío y cruel entregar un hombre inocente a la pasión y a la muerte contra su voluntad. Pero Dios Padre no entregó a Cristo de ese modo, sino inspirándole la voluntad de padecer por nosotros. En lo cual se manifiesta no sólo la severidad de Dios, que no quiso perdonar el pecado sin castigo, como lo da a conocer el Apóstol cuando dice: No perdonó a su propio Hijo (Rom 8,32); sino también su bondad, porque, no pudiendo el hombre satisfacer suficientemente mediante cualquier pena que sufriese, le dio uno que satisficiese (por él), como lo indicó el Apóstol al decir: Le entregó por todos nosotros (Rom 8,32). Y en Rom 3,25 dice: A. quien, esto es, Cristo, propuso Dios como sacrificio de propiciación por la fe en su sangre.” (ST III.48, a.4 objeciones).
A renglón seguido, los autores del libro citado subrayan que Aquino está diciendo aquí que Dios tenía que castigar el pecado para establecer su justicia y que esa justicia de Dios tenía que castigar el pecado (p.81). Uno de los problemas con esta aseveración es que no se puede llegar a esa conclusión a base de lo que dicen esos párrafos. Es más, esos párrafos no describen a un Dios colérico y sí a uno bondadoso.
El otro dato es que ellos arribaron a esas conclusiones obviando unos párrafos anteriores escritos por Aquino en esta misma obra:
“También esta justicia depende de la voluntad divina, que exige del género humano la satisfacción por el pecado. Por lo demás, si hubiera querido liberar al hombre del pecado sin satisfacción, no hubiera procedido en contra de la justicia. No puede perdonar la culpa o la pena, respetando la justicia, aquel juez que está obligado a castigar la culpa cometida contra otro, sea contra otro nombre, sea contra la comunidad entera o contra un gobernante superior. Pero Dios no tiene superior alguno, sino que él mismo es el bien supremo y común de todo el universo. Y por eso, si perdona un pecado que tiene razón de culpa porque se comete contra El, a nadie hace injuria, como el hombre que perdona una ofensa contra él sin que medie la satisfacción obra misericordiosamente, y no injustamente. Y, por este motivo, David, cuando pedía misericordia, decía en Sal 50,6: Contra ti solo pequé, como si dijera: Puedes perdonarme sin injusticia.” (ST III. 46, a.3)
O sea, que Aquino trasciende la posición penal porque él mismo dice que Dios no habría obrado en contra de la justicia si hubiera decidido liberar al hombre sin recibir la satisfacción “requerida.” Como ha dicho José Antonio Riestra acerca de la sustitución penal:
“En ese caso, la satisfacción ofrecida por Cristo sería meramente una sustitución penal: la justicia vindicativa de un Dios colérico habría recaído sobre un Cristo inocente, que habría sustituido de este modo a la humanidad pecadora para expiar las penas que los pecadores habían merecido.”
Hay un excelente ensayo acerca de esta discusión escrito por Trevor Anderson.
Algunos académicos han postulado que una de las dificultades más grandes que posee el Calvinismo radical es muchos de sus proponentes insisten en afirmar que sus propias experiencias y sus interpretaciones de la realidad son el marco de referencia adecuado para interpretar los textos bíblicos. Así lo afirmó D. A. Carson en uno de sus libros.
Ahora bien, el problema más grande que posee la posición de la expiación limitada es lo que dice la Palabra de Dios.
“14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Cor 5:14-15, RV 1960)
“14 El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto. 15 Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos.” (DHH)
“18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Cor 5:18-19)
“9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Ped 3:9)
“17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Jn 3:17, RV 1960)
Estos pasajes bíblicos serán analizados en nuestra próxima reflexión.
A continuación una bibliografía de referencias académicas sobre este tema:
“ in thinking that one’s own experience and interpretation of reality are the proper framework for interpreting the biblical text [or in this case, the text of Aquinas], whereas in fact there may be such deep differences once we probe beyond the superficial level that we find quite different categories are being used, and the law of the excluded middle applies.”
Joel B. Green, “Kaleidoscopic View,” in The Nature of the Atonement: Four Views, ed. James K. Beilby and Paul R. Eddy (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2006), 165–71.
-Allen, David L. The Atonement. B&H Publishing Group. Kindle Edition.
-Blocher, Henri A. G. “The Sacrifice of Jesus Christ: The Current Theological Situation,” European Journal of Theology 8 (1999): 30.
-Carson, D.A. Exegetical Fallacies (Baker Books, 1997).
-Cesario, Romanus, Christian Satisfaction in Aquinas: Towards a Personalist Understanding (Washington, D.C.: University Press of America, 1982).
-______Cessario, The Godly Image: Christ and Salvation in Catholic Thought from Anselm to Aquinas (New York: Fordham University Press, 2002).
-Erickson, Millard J. Christian Theology. Baker Publishing Group. Kindle Edition.
-Green, Joel B. y Mark D. Baker, Recovering the Scandal of the Cross: Atonement in New Testament and Contemporary Contexts, 2nd ed. (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2011).
-Green, Joel B. “Kaleidoscopic View,” in The Nature of the Atonement: Four Views, ed. James K. Beilby and Paul R. Eddy (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2006), 165–71.
-Healy, Nicholas M. “Redemption,” in Cambridge Companion to the Summa Theologiae, ed. Philip McCosker y Denys Turner (Cambridge: Cambridge University Press, 2016).
-Jeremias, Joachim. The Central Message of the New Testament (London: SCM, 1965).
-Quinn, Philip L. “Aquinas on Atonement,” in Trinity, Incarnation, and Atonement: Philosophical and Theological Essays, ed. Ronald J. Feenstra and Cornelius Plantinga, Jr. (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1989).
-Stump, Eleanore. “Atonement according to Aquinas,” in Philosophy and the Christian Faith, ed. Thomas Morris (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1988).
-Stump, Eleanore. “Atonement,” in Aquinas (Routledge, 2005).
-de la Trinité, Philippe. What is Redemption?, trans. Anthony Armstrong, O.S.B. (New York: Hawthorn Books, 1961).
-Tuckett, Christopher M. “Atonement in the NT,” in The Anchor Bible Dictionary, 6 vols., ed. David Noel Freedman (New York: Doubleday, 1992), 1:518.
-van Nieuwenhove, Rik. “St. Anselm and Thomas Aquinas on ‘Satisfaction’: or how Catholic and Protestant understandings of the Cross differ,” Angelicum 80 (2003): 159-176.
Reflexión por el Pastor/Rector: Mizraím Esquilín-García
799 • El Heraldo Digital – Institucional • Volumen XVI • 6 de junio del 2021
Las reflexiones anteriores han sido dedicadas al análisis de un acrónimo: T.U.L.I.P. Este acrónimo sintetiza las cinco (5) posturas teológicas que el calvinismo ha refrendado a través de los siglos. La historia revela que este acrónimo no es de la autoría de Juan Calvino. El mismo es el resultado de los trabajos desarrollados en el Sínodo de Dort (1618-19).
Las letras del T.U.L.I.P. representan las siguientes aseveraciones:
-“Total depravity” (Depravación Total)
-“Unconditional election” (Elección Incondicional)
-“Limited atonement” (Expiación Limitada)
-“Irresistible grace” (Gracia Irresistible)
-“Perseverance of the saints” (Perseverancia de los santos: la salvación no se pierde)
Reconocemos que no pretendemos agotar la discusión y el análisis de un tema tan intenso en unos ensayos pastorales. No obstante, es necesario presentar datos exegéticos, de análisis textual e históricos fidedignos, que puedan ser analizados para poder llegar a conclusiones informadas.
El análisis de las primeras aseveraciones, entiéndase la “T” (depravación total) y la “U” (elección incondicional) nos llevó a concluir que estas no se sostienen bíblicamente. En esta reflexión pretendemos analizar la “L” (expiación limitada).
Hay que comenzar este análisis subrayando el hecho de que esa frase asevera que Cristo murió en la Cruz del Calvario solo por los elegidos para ser salvos y no por toda la humanidad. El calvinismo radical justifica y basa esta aseveración en sus interpretaciones de la teoría de sustitución penal que Tomás de Aquino esbozó acerca de la salvación. Esta teoría define el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario bajo la tesis de que el pensamiento de que Cristo es castigado allí en nuestro lugar.
Se denomina esta teoría sustitución penal porque parte de la premisa de la Cruz es un juicio. Hay al menos dos (2) ideas centrales en esta teoría: que Cristo es castigado y que su pasión, y los dolores que sufrió allí tienen carácter de auténtico castigo de Dios inferido al Salvador.
Un trabajo reciente publicado escrito por Steve Jeffery, Michael Ovey, y Andrew Sach procura defender esta postura calvinista. Adelantamos aquí que no hemos encontrado autores con rango académico que estén de acuerdo con la forma en que estos autores presentan la teoría de Aquino.
Los lectores de esta reflexión deben conocer que existen varias teorías que procuran explicar lo que sucedió en la Cruz del Calvario. Esto es, responder a preguntas filosóficas y teológicas tales como ¿Por qué Cristo murió en la Cruz? ¿Cómo es que ese sacrificio hace posible que seamos perdonados de nuestros pecados? Siendo Dios omnipotente, ¿por qué no nos pudo perdonar sin que Cristo muriera en la Cruz?
Es importante destacar que ninguna de ellas puede explicar por completo lo que sucedió en el Gólgota.
Estas teorías están subdivididas en paradigmas clásicos, paradigmas objetivos y paradigmas subjetivos. A continuación las teorías más relevantes. Estas han sido acompañadas de direcciones electrónicas en los que los lectores encontrarán referencias rápidas. Hay que destacar que muchas de ellas no son necesariamente académicas. Las referencias de lecturas con rigor académico serán ofrecidas en los párrafos subsiguientes.
Paradigmas clásicos
-Teoría de la paga de un rescate a Satanás.
o“Esta teoría se refiere a la expiación de Cristo como el logro de una victoria sobre las fuerzas cósmicas del pecado, la muerte, el mal, y Satanás. Los proponentes de esta perspectiva del rescate creen que en la lucha cósmica entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás, Satanás ha mantenido a la humanidad cautiva al pecado. Por lo tanto, para lograr rescatar a la humanidad, Dios los tuvo que rescatar del poder de Satanás al entregar a Jesús como intercambio por las almas que tenía cautivas. Los defensores de la teoría del rescate comúnmente apelan a la declaración de Jesús de que Él vino a dar su vida en rescate por muchos (Mateo 20:28; Marcos 10:45)…..[Hay que destacar que]esta visión de la expiación le proporciona a Satanás más poder del que realmente tiene. Satanás nunca ha estado en la posición de hacerle demandas a Dios. En lugar de esto, la Escritura muestra que Jesús pagó el precio en nombre de los pecadores para rescatarlos del justo castigo de la ira santa de Dios (Romanos 5:9). En el sentido más profundo, Jesús nos salvó de Dios, no meramente del poder del pecado y de Satanás.” .
oHay una reinterpretación de esta teoría que se llama “Christus Victor” (Gustaf Aulén, 1931). Esta no define el sacrificio de Cristo como la paga de un rescate a Satanás, sino como la derrota de los poderes del mal.
-Teoría de la recapitulación
o“Esta visión sostiene que Jesús invirtió el curso de la desobediencia en los humanos a un curso de obediencia. Afirma que Jesús recapituló todas las etapas de la vida humana, invirtiendo así el derrotero establecido por Adán. Esto no está respaldado por las Escrituras, ni por la observación, [porque] (claramente los humanos no siguen un curso de obediencia a Dios).”
Paradigmas objetivos
-Teoría de la satisfacción
o“Defendida principalmente por Anselmo de Canterbury , sostiene la idea de que la muerte de Cristo satisfizo al Padre por el pecado. Siguiendo el ejemplo del paradigma del feudalismo que caracterizó a la sociedad en esa época, Anselmo se centró más en la idea de satisfacer el honor herido de Dios y no el apaciguamiento de su justa ira.[O sea, la cruz como un ejercicio para compensar al Padre]. Bien es cierto que la gloria de Dios es menospreciada cuando se comete pecado. De hecho, el pecado es sinónimo de no honrar a Dios ni darle gracias (Romanos 1:21) y quedar destituidos de su gloria (Romanos 3:23). Por lo tanto, cualquier teoría adecuada de la expiación reivindicará la justicia de Dios y restaurará su honor. Pero Cristo alcanzó esta reivindicación de la justicia de una manera particular: al convertirse en un sustituto de los pecadores, soportando expiatoriamente en su cuerpo el castigo que era justamente debido a nosotros (1 Pedro 2:24). Al establecer a Jesús como propiciación de la ira santa, Dios se ha manifestado como el justo y el que justifica al que tiene fe en Cristo (Romanos 3:26).”
-Teoría de Sustitución penal
o“Esto significa que, en su muerte, Cristo pagó la pena (por tanto, penal) por nuestros pecados al sufrir expiatoriamente, en nuestro lugar, como nuestro sustituto (por tanto, sustitución). La justa ira que nuestros pecados despertaron en Dios se ejerció plenamente en el Siervo Sufriente cuando Dios “cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). El Salvador, nuestro Cordero de Pascua (1Corintios 5: 7; Juan 1:29) aquel que no conoció pecado, hecho por nosotros pecado (2 Corintios 5:21) haciéndose maldición por nosotros (Gálatas 3:13) y por tanto extinguiendo la ira del Padre contra nuestro pecado (Hebreos 2:17). Debido a este sacrificio suficiente, y el suministro de la justicia misma de Cristo adjudicada a nosotros, nuestros pecados pueden ser justamente perdonados y podemos ser reconciliados con Dios.”
-Teoría gubernamental
o“La teoría gubernamental de la expiación fue propuesta por primera vez por Hugo Grocio, un estudiante de Arminio en el siglo 17. La teoría gubernamental le resta importancia a la idea de que Cristo pagó la pena correspondiente con nuestros pecados particulares. En cambio, la muerte de Cristo sirvió como una muestra del sufrimiento por el pecado en general, demostrando que se debe pagar una sanción cuando se rompen las leyes.
oDe hecho, los defensores de la teoría gubernamental sostienen que la justicia de Dios en realidad no exige un pago por el pecado al aceptar una muestra de sufrimiento; Dios podría “dejar a un lado su ley” y podría “no requerir un castigo” por completo ya que Él “no es responsable ante ninguna ley” (Demarest, La Cruz y la Salvación, 154-55 ). No obstante Él eligió castigar a Cristo con el propósito de establecer el orden moral y el gobierno del universo (de ahí el nombre). El castigo de Cristo también actúa como elemento disuasivo contra el pecado futuro, ya que muestra las terribles medidas a la que Dios recurrirá con el fin de mantener el gobierno moral del mundo.”
Paradigmas Subjetivos
-Influencia moral o de transformación moral
o“La teoría de la influencia moral de la expiación se refiere a la obra de Cristo como un bello ejemplo del amor cristiano de sacrificio y conducta. Defendida por primera vez por Pedro Abelardo en el Siglo 12 y luego por muchos teólogos liberales, la teoría de la influencia moral postula que la muerte de Jesús no logró nada objetivo. Un escritor explicó: “No había que superar ningún obstáculo en Dios para que los pecadores fueran restaurados a la comunión con el Creador. Dios no requería satisfacer ninguna justicia ni aplacar su ira”. En cambio, la muerte de Cristo no fue más que un ejemplo de cómo la humanidad debe actuar. Por la manifestación de ese amor, se dice que la muerte de Cristo ganó los corazones de los pecadores impenitentes y así los atrae a vivir una vida moral como lo hizo Jesús, por lo que se denomina “influencia moral”. Sus defensores enfatizan que la expiación era una forma de Dios identificarse empáticamente con sus criaturas, participando en sus sufrimientos.”
-Teoría de ejemplo moral
oDefendida por Fausto Socinus, fundador de Socianismo. Socinus combate la teoría de Anselmo en su libro “De Jesus Christo Servatore”. La parte central de sus tesis es que Cristo es nuestro Salvador porque Él nos ha anunciado el camino de la salvación eterna. Socinus postulaba que nosotros podemos obtener esa salvación imitando a Cristo.
o“From the Socinian perspective, Jesus’ death fills two human needs. First, it fills the need for an example of that total love for God that we must display if we are to experience salvation. Second, the death of Jesus gives us inspiration. The ideal of total love for God is so lofty as to seem virtually unattainable. The death of Jesus is proof that such love does lie within the sphere of human accomplishment.”
o
Existen otras teorías que procuran explicar el sacrificio de Cristo en la Cruz. Repetimos que la
realidad objetiva es que ninguna de estas puede explicar por completo el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.
“No single model of the atonement provides a complete and full picture of how atonement functions. In light of this, some models of the atonement focus more or less on the results of the atonement rather than on the means or mechanism by which atonement actually takes place or functions….On the other hand, the Satisfaction model and its variations (Substitution) tend to be more diagnostic of how the atonement actually functions. What is needed is to discern how to categorize and then how to order the objective and subjective biblical models of the atonement such that they are compatible and cohere.”
El Calvinismo tomó la teoría de Tomás de Aquino y la unió a la interpretación acerca de la predestinación de Agustín de Hipona. Esta última fue analizada en reflexiones anteriores utilizando recursos tales como un libro escrito por Ken Wilson, “The Foundation of Augustinian-Calvinism.” En ese libro Wilson demuestra que cuando Agustín de Hipona migró de su posición de libre albedrío y libre selección a la de la predestinación, sus posturas fueron rechazadas por los líderes de la Iglesia de su tiempo (siglo quinto de la Era Cristiana). Estas posturas fueron rechazadas porque Agustín decidió utilizar las interpretaciones bíblicas del maniqueísmo, movimiento teológico y filosófico que había sido declarado una herejía.
En el ejercicio de combinar la teoría de sustitución penal con la de la predestinación Agustiniana, el calvinismo radical se vio en la necesidad de reinterpretar algunas de las posturas de Tomás de Aquino. Veamos algunos ejemplos de esto.
El libro a favor de este punto (“Pierced for Our Transgressions”) cita los siguientes pasajes de la Suma Teológica de Tomás de Aquino:
“Respondo: El hombre estaba encadenado por el pecado de dos modos: Primero, por la esclavitud del pecado, porque quien comete pecado es esclavo del pecado, como se dice en Jn 8,34, y en 2 Pe 2,19: Uno queda esclavo de aquel que le vence. Por consiguiente, habiendo vencido el diablo al hombre mediante la inducción al pecado, el hombre quedó sujeto a la esclavitud del diablo. Segundo, en cuanto al reato de la pena, con el que el hombre quedaba ligado conforme a la justicia divina. Y esto es también una cierta esclavitud, pues a la esclavitud pertenece el que uno sufra lo que no quiere, por ser propio del hombre libre disponer de sí mismo como él quiere. En consecuencia, habiendo sido la pasión de Cristo satisfacción suficiente y sobreabundante por el pecado y por el reato del género humano, fue como un precio mediante el cual fuimos liberados de una y otra esclavitud. Pues la misma satisfacción que alguien ofrece por sí o por otro se llama un cierto precio con el que uno se redime del pecado y de la pena, conforme a las palabras de Dan 4,24: Redime tus pecados con limosnas. Y Cristo satisfizo, no entregando dinero o cosa semejante, sino dando por nosotros lo más grande imaginable, El mismo. Y por este motivo, la pasión de Cristo es llamada redención nuestra.” (ST III.47, a.3, ad.1)
“Es impío y cruel entregar un hombre inocente a la pasión y a la muerte contra su voluntad. Pero Dios Padre no entregó a Cristo de ese modo, sino inspirándole la voluntad de padecer por nosotros. En lo cual se manifiesta no sólo la severidad de Dios, que no quiso perdonar el pecado sin castigo, como lo da a conocer el Apóstol cuando dice: No perdonó a su propio Hijo (Rom 8,32); sino también su bondad, porque, no pudiendo el hombre satisfacer suficientemente mediante cualquier pena que sufriese, le dio uno que satisficiese (por él), como lo indicó el Apóstol al decir: Le entregó por todos nosotros (Rom 8,32). Y en Rom 3,25 dice: A. quien, esto es, Cristo, propuso Dios como sacrificio de propiciación por la fe en su sangre.” (ST III.48, a.4 objeciones).
A renglón seguido, los autores del libro citado subrayan que Aquino está diciendo aquí que Dios tenía que castigar el pecado para establecer su justicia y que esa justicia de Dios tenía que castigar el pecado (p.81). Uno de los problemas con esta aseveración es que no se puede llegar a esa conclusión a base de lo que dicen esos párrafos. Es más, esos párrafos no describen a un Dios colérico y sí a uno bondadoso.
El otro dato es que ellos arribaron a esas conclusiones obviando unos párrafos anteriores escritos por Aquino en esta misma obra:
“También esta justicia depende de la voluntad divina, que exige del género humano la satisfacción por el pecado. Por lo demás, si hubiera querido liberar al hombre del pecado sin satisfacción, no hubiera procedido en contra de la justicia. No puede perdonar la culpa o la pena, respetando la justicia, aquel juez que está obligado a castigar la culpa cometida contra otro, sea contra otro nombre, sea contra la comunidad entera o contra un gobernante superior. Pero Dios no tiene superior alguno, sino que él mismo es el bien supremo y común de todo el universo. Y por eso, si perdona un pecado que tiene razón de culpa porque se comete contra El, a nadie hace injuria, como el hombre que perdona una ofensa contra él sin que medie la satisfacción obra misericordiosamente, y no injustamente. Y, por este motivo, David, cuando pedía misericordia, decía en Sal 50,6: Contra ti solo pequé, como si dijera: Puedes perdonarme sin injusticia.” (ST III. 46, a.3)
O sea, que Aquino trasciende la posición penal porque él mismo dice que Dios no habría obrado en contra de la justicia si hubiera decidido liberar al hombre sin recibir la satisfacción “requerida.” Como ha dicho José Antonio Riestra acerca de la sustitución penal:
“En ese caso, la satisfacción ofrecida por Cristo sería meramente una sustitución penal: la justicia vindicativa de un Dios colérico habría recaído sobre un Cristo inocente, que habría sustituido de este modo a la humanidad pecadora para expiar las penas que los pecadores habían merecido.”
Hay un excelente ensayo acerca de esta discusión escrito por Trevor Anderson.
Algunos académicos han postulado que una de las dificultades más grandes que posee el Calvinismo radical es muchos de sus proponentes insisten en afirmar que sus propias experiencias y sus interpretaciones de la realidad son el marco de referencia adecuado para interpretar los textos bíblicos. Así lo afirmó D. A. Carson en uno de sus libros.
Ahora bien, el problema más grande que posee la posición de la expiación limitada es lo que dice la Palabra de Dios.
“14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Cor 5:14-15, RV 1960)
“14 El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto. 15 Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos.” (DHH)
“18 Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.” (2 Cor 5:18-19)
“9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Ped 3:9)
“17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” (Jn 3:17, RV 1960)
Estos pasajes bíblicos serán analizados en nuestra próxima reflexión.
A continuación una bibliografía de referencias académicas sobre este tema:
“ in thinking that one’s own experience and interpretation of reality are the proper framework for interpreting the biblical text [or in this case, the text of Aquinas], whereas in fact there may be such deep differences once we probe beyond the superficial level that we find quite different categories are being used, and the law of the excluded middle applies.”
Joel B. Green, “Kaleidoscopic View,” in The Nature of the Atonement: Four Views, ed. James K. Beilby and Paul R. Eddy (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2006), 165–71.
-Allen, David L. The Atonement. B&H Publishing Group. Kindle Edition.
-Blocher, Henri A. G. “The Sacrifice of Jesus Christ: The Current Theological Situation,” European Journal of Theology 8 (1999): 30.
-Carson, D.A. Exegetical Fallacies (Baker Books, 1997).
-Cesario, Romanus, Christian Satisfaction in Aquinas: Towards a Personalist Understanding (Washington, D.C.: University Press of America, 1982).
-______Cessario, The Godly Image: Christ and Salvation in Catholic Thought from Anselm to Aquinas (New York: Fordham University Press, 2002).
-Erickson, Millard J. Christian Theology. Baker Publishing Group. Kindle Edition.
-Green, Joel B. y Mark D. Baker, Recovering the Scandal of the Cross: Atonement in New Testament and Contemporary Contexts, 2nd ed. (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2011).
-Green, Joel B. “Kaleidoscopic View,” in The Nature of the Atonement: Four Views, ed. James K. Beilby and Paul R. Eddy (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2006), 165–71.
-Healy, Nicholas M. “Redemption,” in Cambridge Companion to the Summa Theologiae, ed. Philip McCosker y Denys Turner (Cambridge: Cambridge University Press, 2016).
-Jeremias, Joachim. The Central Message of the New Testament (London: SCM, 1965).
-Quinn, Philip L. “Aquinas on Atonement,” in Trinity, Incarnation, and Atonement: Philosophical and Theological Essays, ed. Ronald J. Feenstra and Cornelius Plantinga, Jr. (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1989).
-Stump, Eleanore. “Atonement according to Aquinas,” in Philosophy and the Christian Faith, ed. Thomas Morris (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1988).
-Stump, Eleanore. “Atonement,” in Aquinas (Routledge, 2005).
-de la Trinité, Philippe. What is Redemption?, trans. Anthony Armstrong, O.S.B. (New York: Hawthorn Books, 1961).
-Tuckett, Christopher M. “Atonement in the NT,” in The Anchor Bible Dictionary, 6 vols., ed. David Noel Freedman (New York: Doubleday, 1992), 1:518.
-van Nieuwenhove, Rik. “St. Anselm and Thomas Aquinas on ‘Satisfaction’: or how Catholic and Protestant understandings of the Cross differ,” Angelicum 80 (2003): 159-176.
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