Reflexiones de Esperanza: Salmo 91: Notas Finales

“1 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 Él te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, 6 Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. 7 Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. 8 Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. 9 Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, 10 No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. 11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. 12 En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. 13 Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. 14 Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. 15 Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. 16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.” (Sal 91:1-16)

Hemos arribado a las últimas reflexiones acerca del Salmo 91. Esta batería de reflexiones comenzó hace 26 semanas y media. El Señor nos ha permitido el privilegio de estar inmersos en los 16 versos de este salmo por un poco más de la mitad de un año. A Él sea toda la gloria por lo que hemos aprendido en el estudio de estos. A Dios y solo a Dios sea la gloria por los recursos exegéticos que puso a nuestra disposición en el camino. A Él y solo a Él la gloria por la dirección de Su Santo Espíritu, quien nos dirigió y nos señaló los puntos relevantes que quería que estudiáramos e hiciéramos nuestros.

¿Qué hemos aprendido hasta aquí? Reconocemos que es muy complicado sintetizar todas las enseñanzas que hemos recibido a través del análisis de este salmo. No obstante, procuraremos realizar esta tarea en dos (2) reflexiones.

De entrada hay que reconocer lo que decía Charles H. Spurgeon, este salmo es “la mejor vacuna mental durante épocas de peste de cólera”, y que ciertamente es medicina celestial, antídoto anímico ante las plagas y las pestes.1 Recordamos que William Kay decía que mientras el Salmo 90 nos describe las dificultades de la vida y nos habla acerca del hombre marchitándose bajo la ira de Dios a causa del pecado, el Salmo 91 nos habla de un hombre que puede derrotar al león o someter a las víboras bajo sus pies. El “poema de los accidentes”, como lo bautizaron los Talmudistas se presenta como un himno que posee en su interior un poema didáctico y que nos presenta tres (3) personajes en diálogo. Esto son:

- el salmista (vv.1-2)
- la persona que le responde (vv. 3-13)
- la intervención profética de Dios (vv. 14-16)

Sin duda alguna que este salmo nos revela la existencia de varias áreas seguras y/o perdurables. Estas áreas están amarradas al bosquejo que hemos presentado. La primera parte describe un lugar seguro y perdurable. La segunda parte describe la confianza segura y perdurable que poseemos los creyentes en Cristo. La tercera parte describe la proclamación segura y perdurable y la transformación segura y perdurable.

La primera parte de este salmo nos enseña que ese lugar, el abrigo del Altísimo y la sombra del Omnipotente, es seguro y perdurable porque revela no menos de cuatro (4) áreas del carácter de Dios. Es por eso que ese lugar es seguro y está vestido de eternidad. El salmista dice en esos primeros dos (2) versos que el abrigo y la sombra provienen de una misma persona y no de un grupo. El salmista dice allí que el lugar es seguro porque emana y requiere una relación personal con el Altísimo (“ʽĚlyôn”), con el Omnipotente (“Shadday”), con Jehová (“Yawhe”) con Dios (“ʼĚlôhı̂ym”). Estos son cuatro (4) nombres distintos de Dios; el Dios a quien nosotros servimos y adoramos. Por lo tanto son descripciones de cuatro (4) manifestaciones de su carácter.

El análisis de esos nombres nos demostró de dónde emanan los conceptos de esperanza, de abrigo y de confianza que el salmista nos presenta en este salmo. La esperanza para él es algo más que un concepto teológico. Dios es su esperanza, es su castillo, su abrigo y su confianza. Estas aseveraciones son Cristocéntricas. Por ejemplo, la Biblia dice que Cristo en nosotros es la esperanza de gloria (Col 1:27). Vimos que según la teología del pueblo Israelita, la esperanza como expectación está ligada a la confianza; confianza que se demanda; la esperanza como algo que proviene directamente de Dios.

Es por esto que el lugar que él llama “sêther” (lugar secreto, abrigo, H5643) bajo el Altísimo, se ha transformado en uno llamado “tsêl” (sombra, H6738), la del Omnipotente. Vimos durante este análisis que el significado literal de ese concepto es defensa, con la implicación de que se trata de ser cubierto por algo o por alguien. O sea, que el salmista nos está diciendo que acercase a Cristo el Señor, al Altísimo, al Hijo del Hombre, provoca que la sombra del Todopoderoso, la defensa del Omnipotente nos cubra.

Este mensaje hizo mella en nuestros corazones debido a las realidades que hemos estado enfrentando por los pasados 18 meses. La prioridad del año pasado (2020) fue dirigida a asegurar la vida. Los deseos y anhelos de promociones, las nuevas carreras profesionales, técnicas y/o vocacionales, los anhelos de nuevas residencias, y otros, tuvieron que ceder sus espacios. Estuvimos obligados a aceptar realizar la transición de estas prioridades para procurar no perder la vida, no perder la familia, no perder la integridad de esas relaciones, no perder el trabajo, ni la residencia en la que vivimos. Estas situaciones nos confrontaron con la realidad de que la fe de muchos creyentes había sido sacudida no por la fe en sí misma, sino por lo que habíamos permitido que sucediera con esta.

“Las teologías antropocéntricas, las que están centradas en nosotros mismos y en nuestra prosperidad. Las teologías de mantenimiento, las que proveen mantenimiento a lo que tenemos, y no admiten cambios ni poseen una visión real del futuro. Ninguna de estas es capaz de desarrollar, alimentar y sostener la fe de un creyente. Una cantidad significativa de Cristianos no contaba con una fe desarrollada para poder ser capaz de enfrentar una temporada como esta. El año 2020 ha retado la fe de todos los creyentes en Cristo Jesús. Lo han experimentado mucho más de cerca aquellos que no habían podido desarrollar ni madurar su fe. La buena noticia es que la Palabra de Dios siempre hace provisión para momentos como estos.” 
[2]

Este salmo dice que hay sombra y hay morada, hay seguridad y hay esperanza para aquellos que quieren creer y poner su confianza en Dios Todopoderoso.

En la segunda parte del salmo, la que describe la confianza segura y perdurable, re-descubrimos una verdad fundamental. El Salmo 91 enseña que basta decidir habitar bajo ese abrigo, morar bajo esa sombra, la del Omnipotente, y esa esperanza que no avergüenza (Rom 5:1-5) nos empodera y nos capacita para seguir hacia adelante. Re-descubrimos que la Palabra de Dios es la que nos provee la medicina, la receta celestial para poder tener una fe que vence al mundo (1 Jn 5:4); una fe que nos permite estar de pie resistiendo (1 Ped 5:9); una fe que puede ser sometida a prueba (1 Ped 1:7). Muchos re-descubrieron que es la Palabra de Dios la que nos conduce a madurar la fe porque es la fe la que nos lleva a ser guardados por el de poder de Dios (1 Ped 1:5). Es la Palabra de Dios la que nos dice que la fe tiene que ser probada, porque una fe probada produce paciencia (Stg 1:3). Es la Palabra de Dios la que nos dice que esa fe nos lleva a experimentar lo que es apagar fuegos, sacar fuerzas en la debilidad, hacernos fuertes en la batallas y superar las angustias (Heb 11:34). Es esa fe en Cristo la que ha llevado a muchos creyentes a vivir una vida tan intensa en el Señor que ha hecho decir a otros que el mundo no es digno de esos creyentes (Heb 11:38a). Esa fe es la que nos permite acercarnos al Señor con plena certidumbre en cualquier momento en la vida (Heb 10:22).

El análisis del Salmo 91 nos llevó a concluir que es la relación “causal”, que sucede porque algo o alguien lo ha provocado; algo que es cierto, la que nos lleva a confiar que seremos librados por el Señor.

“Sólo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales, 4 pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!” (Sal 91:3-4, DHH)

Aprendimos que no debemos temer.

“5 No tengas miedo de los terrores de la noche ni de la flecha que se lanza en el día. 6 No temas a la enfermedad que acecha en la oscuridad, ni a la catástrofe que estalla al mediodía.” (Sal 91:5-6, NTV)

Aprendimos que si la invitación que hemos recibido es que no debemos temer es debido a que estas amenazas estarán asechando nuestras vidas. El Salmo 91 describe que existen peligros y amenazas reales que asechan y atacan la vida de los seres humanos, incluyendo a los creyentes en Cristo. El mensaje celestial es que debemos dar por seguro que habrá un proceso de liberación y que por lo tanto no debemos temer a estas. Toda esta liberación ocurre como un producto aleatorio a nuestra decisión de ir a habitar al abrigo del Altísimo, de ir a residir bajo la sombra del Omnipotente. Es allí, desde la relación y la cobertura que desarrollamos con el Señor y en el Señor que se revela, que se desatan esos procesos de liberación.

Aprendimos que este salmo describe no menos de cuatro (4) clases de peligros y amenazas: las amenazas que afectan nuestros pensamientos y nuestro equilibrio mental, (“el terror nocturno”), las amenazas de violencia física y emocional (“saeta que vuele de día”), las amenazas inesperadas a nuestra salud física (“pestilencia que ande en oscuridad”) y las amenazas a nuestra salud que han sido diagnosticadas y hasta esperadas (“mortandad que en medio del día destruya”). [3]

Aprendimos que este salmo describe que existen no menos de tres (3) agendas de liberación orquestadas por Dios. La primera agenda se desprende del concepto que se traduce como “librará” en el verso 3 (“nâtsal”, H5337). Este nos permitió ver que el proceso de “librar” puede describir una intervención súbita de parte de Dios. No obstante, también puede describir que la voluntad de Dios sea defendernos, preservarnos, o permitir que escapemos de esa situación de peligro. También, que la voluntad de Dios puede ser permitir el peligro para que seamos rescatados de este o que nos recuperemos de este.

¿Qué puede hacer Dios para librarnos de las pestes destructoras? Dios hace lo mismo que prometió hacer con el lazo del cazador. Dios puede sacarnos de ese peligro de forma súbita. Dios puede defendernos de todo aquello que represente esa peste destructora. Dios puede preservarnos en medio de todo aquello que represente esa peste. Dios puede permitir que escapemos de ella. Dios ha prometido que podemos ser rescatados de ella. Dios ha prometido que puede permitir que experimentemos la peste para que luego nos recuperemos de ella. Dios ha prometido que podemos quitarnos de encima sus efectos, y/o que podemos echar a perder los planes de esta. Dios ha prometido que seremos capaces de testificar que Él nos ha concedido la victoria sobre esta.”[4]

Vimos que la segunda agenda de liberación se desprende del concepto que se traduce como librará que encontramos en el verso 14. Vimos que el concepto hebreo “pâlaṭ” (H6403) implica unos procesos de escape, causar el escape, provocar el escape, producir el escape. Además, es traducido como el proceso de ser llevado a un lugar seguro o llevar a uno a la seguridad; un rescate orquestado por Dios. En adición a esto, este concepto puede ser traducido como parir y/o cargar una presa. [5],[6] Este proceso de liberación incluye convertir los escenarios de peligro en escenarios de testimonios y escenarios productivos.

La tercera agenda de liberación se desprende del concepto que se traduce como librará que encontramos en el verso 15. Aprendimos que el concepto hebreo utilizado aquí es “châlats” (H2502). Los recursos académicos consultados identificaron varios usos para este concepto. Por ejemplo, algunos de ellos señalan que este concepto se utiliza para describir la acción de quitarse el calzado (Det 25:10), ser arrancado de algún lugar, ser retirado, hacer que uno parta de algún lugar, ser libertado, ser despojado de algo, estropear, estar preparado, estar equipado o haber sido desplegado en formación para una batalla (Num 32:21), armar a uno para esto (Nm 31:3), ser vigoroso, ser rescatado o halado de algo o del algún lugar[7]. Otros recursos añaden a todo esto el proceso de ser amamantado,[8] mientras que otros incluyen el proceso de quitarse algo de encima, el estado de disociación (Ose 5:6), dividir una conexión por la fuerza, ser salvado o defendido de algún peligro (2 Sam 22:20; Job 36:16; Sal 34:7), o hacer a uno fuerte o vigoroso (Isa 58:11).[9] En ocasiones puede ser traducido como ser echado a perder o ser consentido, u oprimido.[10],[11]

A base de estos datos concluimos que los peligros y las amenazas que enfrentamos son reales y que tendremos que enfrentarlas. También concluimos que lo haremos con confianza, con seguridad y sin temor porque el Altísimo, el Omnipotente, Jehová Dios está con nosotros.

Aprendimos que este salmo dice que la seguridad que describe este escritor no depende de las circunstancias en las que podamos estar viviendo. Esa seguridad emana de la relación que tenemos con el Señor. Aquellos que han entrado a la habitación del Altísimo, que están bajo la sombra del Omnipotente, conocen a Dios y conocen su amor infinito. Es por ese amor que Dios nos cubre con Su presencia. Es por esto que podemos sentirnos seguros debajo de Sus alas. Las palabras del escritor del Salmo 91 se visten de una sabiduría singular. Este salmo nos devuelve a la ruta para encontrar esa luz, para acceder los fundamentos. Este salmo describe y define los “qué”, los “dónde”, los “cómo” y los “porqué” que necesitamos conocer para enfrentar los retos de nuestro tiempo. Este salmo nos dice que podemos conseguir todo esto sintiéndonos seguros: con seguridad. Esa ruta, la que traza el salmista en el Salmo 91 ofrece una clase de seguridad que el salmista califica como un escudo y adarga.

Aprendimos que este salmo grita que no debemos tener temor (“yârêʼ”, H3372) del miedo o del terror (“pachad”, H6343): “terror nocturno”. Aprendimos que el temor forma parte de nuestra naturaleza como seres humanos. Aprendimos que la invitación que nos hace Dios es a no permitir que este nos domine y que el miedo nos paralice. La cita del Salmo 56:3 nos colocó en el contexto correcto. Esa frase, “3 En el día que temo, Yo en ti confío,” nos hace saber que la presencia del temor puede ser una constante, amenazándonos, incitándonos a caer en esas reacciones angustiosas. Es allí que hay echar mano de las promesas de Dios, de Su fidelidad y de Su presencia. Dios está con nosotros: Él es el Emanuel.

“...Podemos lograrlo porque cuando el temor nos invade tenemos la promesa de Dios de que no seremos cobardes. Tal y como dice el Apóstol Pablo:

“7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Tim 1:7)” [12]

El análisis textual de 1 Jn 3:17-18 nos enseñó que lo que el perfecto amor de Dios hace con el temor es que consigue que el temor sea colocado en un lugar en el que no nos pueda hacer daño. Vimos que ese pasaje de la carta de Juan dice que los creyentes que temen, que no han logrado aprender a arrinconar los efectos del temor, a echarlos fuera de sus realidades, lo que necesitan es desarrollo. Esto es, desarrollar las áreas del carácter asociadas al crecimiento, a la madurez mental, moral y espiritual (“teleios”, G5046); procurar que no se haya dejado nada afuera del propósito. Esto requiere afinar la relación con el Altísimo y morar bajo la sombra del Omnipotente.

“Juan nos dice que aquellos que temen no han alcanzado la finalidad que se les ha asignado (“teleioō”, G5048), no están completos, no han completado los procesos iniciados por el Espíritu Santo. Es correcto afirmar que el amor de Dios es “perfecto” (“teleios”, G5046), no ha dejado nada fuera del propósito santo, especialmente las áreas del carácter asociadas al crecimiento, a la madurez mental, moral y espiritual (“teleioō”, G5048) . En cambio, la mayoría de los creyentes no son teleioō; no están completos, consumados, completados, no han alcanzado la finalidad que se les ha asignado: no son perfectos."[13

Vimos que esto no nos debe desanimar porque aprendimos que el mismo Apóstol Pablo señaló en una ocasión que él no había alcanzado esa perfección (Fil 3:12-14). El mensaje paulino es claro: “sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús……, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Nuestros análisis nos llevaron a concluir que el Salmo 91 predica que en algunas ocasiones nos encontraremos con situaciones en la vida que nos llevarán a formularnos preguntas acerca de lo que dice el Salmo 91. Decíamos que estas preguntas casi siempre son motivadas por las tragedias que suelen tocar nuestras vidas. Es entonces que la fe nos lleva a confiar en la soberanía de Dios, pero nuestra razón nos puede conducir a preguntarnos en dónde está Dios en todo esto que nos ha acontecido. Estas preguntas forman parte de una rama de la filosofía que se llama teodicea. Vimos que esta es una rama de la filosofía que se puede definir como el esfuerzo por demostrar que la existencia del mal es compatible con la existencia de un Dios omnipotente, omnisciente y perfectamente bueno.[14] Entre otras cosas, esta rama del saber procura trabajar con la presencia del mal y encontrar respuestas a la siguiente pregunta: ¿en dónde está Dios cuando los justos sufren? Tal y como decíamos en una de esas reflexiones anteriores: “Las temporadas en las que atravesamos por tragedias, enfrentamos pandemias y sufrimos dolores inenarrables, casi siempre complican este ejercicio.”

Aprendimos que al final del camino, los últimos versos de este salmo aseveran que hay no menos de ocho (8) bendiciones garantizadas para aquellos que habitan al abrigo del Altísimo. Aprendimos que este salmo también dice que todos los procesos que se describen aquí sirven para desarrollar unas características muy particulares en aquellos que confían en el Señor. Esta es la tercera parte del Salmo 91, la que describe la proclamación segura y perdurable y la transformación segura y perdurable. El resumen de este segmento del salmo será el centro de nuestra reflexión final.
Referencias

[1] El Tesoro de David: la revelación Escritural a la luz de los Salmos, por Charles H. Spurgeon. Texto completo traducido y ampliado con notas y referencias bíblicas por Eliseo Vila. CLIE: Barcelona, 2015, pp. 1453-1510.

[2] Reflexión del 29 de Diciembre de 2020.

[3] Reflexión del 2 de febrero de 2021.
 
[4] Reflexión del 7 de enero de 2021.

[5] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). The Abridged Brown-Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Boston; New York: Houghton, Mifflin and Company.
 
[6] Reflexión del 11 de marzo de 2021.

[7] Gesenius, W., & Tregelles, S. P. (2003). Gesenius’ Hebrew and Chaldee lexicon to the Old Testament Scriptures (p. 283). Bellingham, WA: Logos Bible Software.

[8] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). The Abridged Brown- Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Boston; New York: Houghton, Mifflin and Company.

[9] Swanson, J. (1997). Dictionary of Biblical Languages with Semantic Domains : Hebrew (Old Testament) (electronic ed.). Oak Harbor: Logos Research Systems, Inc.
 
[10] Brown, F., Driver, S. R., & Briggs, C. A. (1977). Enhanced Brown-Driver-Briggs Hebrew and English Lexicon (p.322). Oxford: Clarendon Press.

[11] Reflexión del 30 de marzo de 2021.

[12] Reflexión del 19 de enero de 2021.

[13] Reflexión del 28 de enero de 2021.

[14] Acercamiento Agustiniano del concepto.

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