Reflexiones de Esperanza: Dios nos habla en medio de las crisis y de las tribulaciones (Pt XVI) – La salvación revelada (Parte 41)

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16 Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación. (Salmo 91:16)

El tema de la salvación ha sido el eje de nuestras reflexiones más recientes. El verso 16 del Salmo 91 lo ha colocado en el centro de nuestras discusiones. Las expresiones del salmista en ese verso apuntan a que la salvación que Dios ofrece hay que recibirla por revelación.

Sabemos que esta es una postura cónsona con la teología del Nuevo Testamento. Sin embargo, hay muchos creyentes que no conocen que esto fue profetizado por algunos de los profetas del Antiguo Testamento. Veamos algunos de esos pasajes bíblicos:
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7 Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón. (Jeremías 24:7, RV 1960)
31 El Señor afirma: «Vendrá un día en que haré una nueva alianza con Israel y con Judá. 32 Esta alianza no será como la que hice con sus antepasados, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto; porque ellos quebrantaron mi alianza, a pesar de que yo era su dueño. Yo, el Señor, lo afirmo. 33 Ésta será la alianza que haré con Israel en aquel tiempo: Pondré mi ley en su corazón y la escribiré en su mente. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Yo, el Señor, lo afirmo. 34 Ya no será necesario que unos a otros, amigos y parientes, tengan que instruirse para que me conozcan, porque todos, desde el más grande hasta el más pequeño, me conocerán. Yo les perdonaré su maldad y no me acordaré más de sus pecados. Yo, el Señor, lo afirmo. (Jeremías 31:31-34, DHH)
39 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. 40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. 41 Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. (Jeremías 32:39-41, RV1960)
19 Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios. (Ezequiel 11:19-20, RV1960)
25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. 26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 28 Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios.  (Ezequiel 36:25-28)

Es impactante el dato de que todas estas profecías señalan que es Dios el que pondría un corazón nuevo (Jer 24). Es Dios el que pondría la Palabra en el corazón y en la mente del ser humano (Jer 31). Es Dios el que daría ese corazón nuevo y el camino (Jer 32) y que esto traería el bien a las generaciones subsiguientes. Es Dios el que quitaría el corazón de piedra para poner uno nuevo (Eze 11) para poder andar por el camino trazado. Es Dios el que esparciría agua limpia (Jn 4; Jn 7; Efe 5:26), daría ese corazón nuevo y pondría dentro de nosotros su Espíritu (Eze 36) para hacernos andar en sus estatutos y en sus decretos. Todo esto dentro de las reglas de un Nuevo Pacto, de una Nueva Alianza; un Nuevo Testamento.

Sin duda alguna que estos ejemplos bíblicos extraídos del Antiguo Testamento apuntan a la Cruz del Calvario y al mensaje del Evangelio; al Nuevo Pacto. Estos pasajes bíblicos describen el proceso de la revelación de Dios en el corazón del ser humano para recibir la salvación.

Recordemos que todas estas discusiones surgen como corolario del mensaje que comunica el verso 16 del Salmo 91: Dios ha prometido mostrarnos su salvación. El verso 16 del Salmo 91 dice que Dios ha prometido mostrarnos todo esto.

Ya hemos visto que el verbo que se traduce como “mostraré” implica poder ser capaces de contemplar esa salvación, de considerarla, de discernirla, de disfrutarla, de experimentarla, de mirarla fijamente, de prestarle atención, de considerarla con certeza. Ese verbo implica poder considerarla con gozo, señalarla, percibirla, conocerla, clavar la mirada en ella, pensar en ella, ver esa salvación.

No obstante, este verbo (“râʼâh”, H7200) puede ser traducido como “tener la experiencia de”[1], o tener visiones espirituales (Isa 6:10; 29:18; 42:18; 44:18; Jer 5:21) o demostraciones, señales de Dios (Det 29:3; Eze 12:2). También se utiliza para describir el ejercicio de desarrollar imágenes mentales, procesos de análisis como en la expresión de un Isaac ciego que dice “mira, el olor de mi hijo” (Gn 27:27c).

Otros ejemplos muy útiles para este análisis son los siguientes:

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14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el hombre nada halle después de él. (Eclesiastés 7:14, “considera”)
32 por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo castigaré a Semaías de Nehelam y a su descendencia; no tendrá varón que more entre este pueblo, ni verá el bien que haré yo a mi pueblo, dice Jehová; porque contra Jehová ha hablado rebelión. (Jeremías 29:32, “verá”)
9 La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; él me sacará a luz; veré su justicia. (Miqueas 7:9, “veré”)
18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. (Malaquías 3:18, “discerniréis”)

A base de esta información podemos concluir que la bendición que Dios ofrece en el verso 16 del Salmo 91 trasciende a nuestra definición castellana de lo que es el verbo mostrar. La promesa que comunica este verso puede estar diciendo lo siguiente:

  • Le daré la capacidad para ver la salvación.
  • Le daré la capacidad para recibir la revelación de la salvación.
  • Le daré la capacidad de ver lo que trae consigo la salvación.
  • Le daré la experiencia de la salvación.
  • Le daré visiones acerca de lo que es la salvación.
  • Le daré demostraciones de lo que es la salvación.
  • Le daré señales celestiales de la salvación.
  • Le permitiré analizar y desarrollar modelos mentales de lo que es la salvación.
  • Le conduciré a considerar lo que es la salvación.
  • Le haré discernir lo que es la salvación.
  • Le invitaré a tomar decisiones y a desarrollar el propósito de mi salvación en él.

Algunos recursos académicos enfatizan que la acción que define este verbo requiere que se haga con un propósito que es seguido por una acción. Un ejemplo bíblico de esto es el momento en que la Biblia dice que el Señor descendió para ver lo que sucedía en Babel (Genesis 11:5-6). Otro ejemplo bíblico lo encontramos en el libro de Levítico cuando se describe lo que tenía que hacer el sacerdote luego de haber visto y examinado las lesiones en la piel de aquellos que se acercarían para consultarle (Lev 13:3, 5, 17). Otro ejemplo bíblico lo encontramos cuando Hiram el rey de Tiro salió a ver las ciudades que el rey Salomón le había dado (1 Reyes 9:10-13).[2]

O sea, que hay que hacer algo con esa revelación de la salvación. Dios espera nuestras reacciones a base del cumplimiento de esa promesa.

Esto nos obliga a detenernos para analizar lo siguiente: ¿para qué nos salvan? ¿Cuáles son las responsabilidades que nos adscribe la salvación?

Hace cerca de 12 años trabajamos con este tema como parte de las publicaciones de nuestro boletín institucional: El Heraldo. El boletín de 22 de noviembre de 2009 formó parte de la batería de reflexiones para el análisis de la profecía de los capítulos 60-62 del libro del profeta Isaías. El tema de la salvación y para qué nos salvan surgió como parte del análisis de la profecía el capítulo 61 de ese libro.

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1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. 4 Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones. 5 Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores. 6 Y vosotros seréis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con su gloria seréis sublimes. 7 En lugar de vuestra doble confusión y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo. 8 Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. 9 Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová. 10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas. 11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

A continuación algunas citas de esa publicación:

La profecía encerrada en los capítulos 60-62 del libro del profeta Isaías ha sido el objeto de nuestras reflexiones anteriores. En ellas nos hemos circunscrito al proceso de apuntalar las ideas centrales que emanan de esa profecía. La salvación fue el tema central de nuestra reflexión anterior. En ella compartimos que reflexionar acerca de la salvación es reflexionar acerca de las siguientes dimensiones:

  • Cristo; de su mensaje, de su vida, de la operación de la gracia de Dios en nosotros, de la misericordia encarnada de Dios y puesta en la Cruz.
  • un estilo de vida distinto, transformador e invitador.
  • el tema de la vida abundante, el “shalom” de Dios, la libertad de los yugos de esclavitud que producen todas las dimensiones del pecado.
  • una invitación a mirar de cerca el cielo, la Nueva Jerusalén, la segunda venida de Cristo, la eternidad.

Además, vimos en esa reflexión que el Profeta Isaías describe la salvación como un muro (Isaías 60:18), coloca a cada creyente sobre éste (Isaías 62:6-7) y nos ofrece la agenda y el plan de trabajo de la salvación como ningún otro (Isaías 61). También analizamos que la Biblia enseña que el Señor Jesús nos dejó su plan de trabajo o su misión (Lcs 4:16-21); una “apropiación” de la profecía manifiesta en Isaías 61. El análisis de esta porción escritural es el objeto de esta reflexión.
Ese capítulo merece ser leído todos los días y con mucha atención. Para entender su importancia, solo basta saber que Jesús el Cristo lo hizo suyo.
De la lectura de esa profecía (Isaías 61:1-11) se estilan unos conceptos aleatorios a la salvación y que muy bien definen el plan de trabajo que en ella se encierra. Es por esto que necesitan ser analizados con mucho cuidado. He aquí un resumen muy sencillo de estos:


  • La salvación definida aquí facilita una unción muy particular (“mâshach,” H4886)
    • Ser separados y/o consagrados para una tarea muy especial:
      • Predicar, vendar, publicar, abrir puertas, proclamar, consolar, ordenar.
    • La salvación nos llama a predicar de una manera y un estilo único (“bâsar,” H1319)
      • Una proclamación que anuncia, que publica, que es fresca, concreta, alegre y trae buenas noticias.
    • La salvación privilegia que se le predique a los abatidos (“ânâv,” H6035)
      • Esto es, los deprimidos en sus mentes o en sus circunstancias, los pobres, los humildes y/o los que están en necesidad.
    • La salvación nos llama a llevar vendajes con nosotros (“châbashs,” H2280)
      • Herramientas que ayuden a detener la hemorragia, a dirigir, a gobernar y que ayuden a sanar y/o estabilizar a otros.
    • La salvación define aquellos que necesitan esos vendajes: los quebrantados (“shâbar,” H7665)
      • Los que están hechos pedazos, destruidos, heridos, exprimidos y/o que necesitan ser ayudados en sus procesos de nacimientos (ser paridos).
    • La salvación nos llama a publicar (“qârâ”H7121)
      • Lo que publicamos es libertad (“derôr,” H1865)
    • La salvación define aquellos que necesitan esa publicación: los cautivos (“shebîy,” H7628)
      • Los que han sido capturados, exilados y/o son considerados botín o posesión de otros.
    • La salvación nos comisiona a abrir las puertas de los presos (“’asar,” H631)
      • Aquellos que llevan yugo, que están atados, que han sido aprisionados.
    • La salvación nos comisiona la tarea de la proclamación (“qârâ”) de un nuevo tiempo
      • El tiempo de la buena voluntad (“râtsôn” H7522) o deleite y reconciliación del Señor.
    • La salvación nos llama a consolar (“nâcham,” H5162)
      • Sentir tristeza con los que están tristes y dar confort.
    • La salvación define aquellos que necesitan ese consuelo: los enlutados (“âbêl,” H57)
    • La salvación nos llama a dar directrices y poner orden(“śûm,” H7760)
      • Organizar, designar, llamar, comprometer, determinar, disponer, dar, sostener, preservar, colocar, recompensar, etc.
    • La salvación define aquellos que necesitan esa organización: los afligidos o enlutados (“âbêl,” H57)
    • La salvación nos define en qué consiste esa reorganización:
      • Gloria en lugar de ceniza,
      • Oleo de gozo en lugar de luto,
      • Manto de alegría en lugar del espíritu angustiado
      • Enseñarles que todos ellos serán llamados:
        • árboles de justicia,
        • plantío de Jehová
      • Y que esto será para la gloria de Dios.
Este es el resumen de los primeros once verso del capítulo 61 del libro del profeta Isaías.

Esta información abre las puertas para que nos preguntemos si el verso 16 del Salmo 91 incluye todo esto como parte de la revelación de la salvación. La respuesta es que sí: Dios es un Dios de propósito y sus revelaciones siempre adscriben unos niveles de responsabilidad a aquellos que las recibimos.
Referencias

[1] Whitaker, R., Brown, F., Driver, S. R. (Samuel R., & Briggs, C. A. (Charles A. (1906). The Abridged Brown- Driver-Briggs Hebrew-English Lexicon of the Old Testament: from A Hebrew and English Lexicon of the Old Testament by Francis Brown, S.R. Driver and Charles Briggs, based on the lexicon of Wilhelm Gesenius. Boston;  New York: Houghton, Mifflin and Company.
[2] Gesenius, W., & Tregelles, S. P. (2003). Gesenius’ Hebrew and Chaldee lexicon to the Old Testament Scriptures (pp. 748–750). Bellingham, WA: Logos Bible Software.

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