782 • Entre el Mar Rojo y la Tierra Prometida: “ La Educación Cristiana que Sana al pueblo ” – Parte IV • Volumen XVI

La peregrinación del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida ha acaparado nuestra atención por los pasados meses. Durante este proceso hemos sido absorbidos por los análisis acerca del significado de la libertad, el significado de ser el pueblo del Pacto: pueblo de Dios, el análisis de los efectos y las implicaciones de la madurez y el de las características del liderazgo necesario para el desarrollo de las tareas asignadas por Dios.

Recientemente hemos comenzado a integrar los temas aleatorios al significado de la libertad y los de los efectos y las implicaciones de la madurez. El proceso que hemos estado utilizando para ellos es la de formularnos preguntas pedagógicas, educativas, al mismo tiempo en el que analizamos las estructuras de educación que Moisés tuvo que utilizar para poder alcanzar esas metas. Un tema que aún no hemos atendido es cuál fue la metodología que siguió Moisés para esto.

Hay un dato muy significativo que se obtiene del estudio de los textos bíblicos de la saga de esta peregrinación. Esto es, desde el Libro de Éxodo hasta los primeros capítulos del Libro de Josué. Es notable el énfasis que se hace en ellos de la distribución de la población de ese pueblo para cada instrucción o regulación recibida. Se hace referencia, constantemente, de las tribus, pero sobre todo los grupos por sus familias.

Veamos algunos ejemplos de esto:

14 Estos son los jefes de las familias de sus padres: Los hijos de Rubén,….estas son las familias.” (Éxo 6:14)

La frase “por sus familias, “estas son las familias,” se repiten con mucha frecuencia no solo en este capítulo (vv.24, 25), sino en muchos otros a través del Pentateuco. Eran identificadas así para los propósitos de documentar quiénes eran y así mismo para recibir las instrucciones. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en las instrucciones para la celebración de la pascua: “…tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.” (Éxo 12:3b): “….sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua” (Éxo 12:21). Las órdenes de marcha también se impartieron por familia: “…y así marcharon cada uno por sus familias, según las casas de sus padres” (Núm 2:34). Las instrucciones para reconocer el sacerdocio de Aarón y de sus familia requirió que la selección de una vara por cada una de las familias de los padres de todos los príncipes de Israel (Núm 17:1-3). Así mismo, las instrucciones ceremoniales y las advertencias poseían este distintivo (Dt 14:22-26; 15:19-20; 29:14-19).

Es obvio que el propósito central de esta estructura era el de mantener la cohesión de los grupos familiares, sus identidades y el desarrollo de una red de apoyo conocida para una peregrinación extensa. No obstante, esta clase de distribución y de organización demográfica servía también otros propósitos. Uno de estos era asegurar que los procesos de educación, los adiestramientos y las enseñanzas fueran recibidos en grupos pequeños. La metodología educativa de Moisés estaba agenciándose la existencia de procesos que se podían replicar a partir de las estructuras más pequeñas y simples de la sociedad Israelita que peregrinaba en el desierto: la familia.

Es importante repetir que esta metodología procuraba sacar la cultura egipcia de la mente y del corazón de este pueblo. Además, esta metodología tenía como una de sus metas el desarrollo de líderes capaces de continuar la ardua jornada mientras estos se multiplicaban en la nueva generación. Si esto fuera poco, esta metodología tenía la obligación de conseguir la transformación de unas comunidades tribales en una nación santa, separada para Dios (Éxo 19:4-6).

Es muy interesante el hecho de que Moisés no procuró acelerar el ritmo de estos procesos. Tal parece que él sabía que estos procesos de transformación trans-generacionales toman mucho tiempo. Repetimos que la metodologíaeducativa de Moisés fue enfocada en las células familiares, la estructura básica de cualquier sociedad. Este énfasis patrocinaba la reproducción de los procesos educativos en la inmediatez del círculo familiar al mismo tiempo que procuraba la diseminación de los principios educativos de generación en generación. Estos procesos educativos eran extensos, intensos y sin duda alguna, requerían de mucho sacrificios. El desarrollo de un prosélito en la fe que el pueblo de Israel había abrazado no era uno sencillo. ¿Cuánto más intenso es entonces el  desarrollo de un discípulo en la fe de Cristo? Esta pregunta nos hace recordar unas declaraciones que hizo el Pastor A. W. Tozer acerca de las metodologías posmoderna para el discipulado Cristiano:

It has become popular to preach a painless Christianity and automatic saintliness. It has become part of our “instant” culture. “Just pour a little water on it, stir mildly, pick up a gospel tract, and you are on your Christian way.”

(A. W. Tozer, Jesus, Author of Our Faith) [Se ha hecho popular tener que predicar un Cristianismo insensible (sin dolor) y una santidad automática. Se ha convertido en parte de nuestra cultura “instantánea.” ‘Tan solo añada un poco de agua, revuelva suavemente, recoja un tratado evangélico y usted está en su camino Cristiano’. ”] (traducción libre)

La opinión de este legendario educador, vertida en la década de los años 50 es que en esa década ya se observaba el deterioro de los procesos para formar discípulos de Cristo el Señor. Unos años antes, Dietrich Bonhoeffer nos había dicho que no podíamos perder de vista que los procesos para formar discípulos en la fe Cristiana no podían divorciarse del sufrimiento. “El sufrimiento”, decía Bonhoeffer, “es el verdadero distintivo o insignia del discipulado. El discípulo no está por encima de su maestro”

(El Costo del Discipulado). Este es un dato que ha estado ausente en la mayoría de los modelos educativos posmodernos dedicados al desarrollo de discípulos y para el desarrollo de grupos pequeños.

Hay que subrayar que el modelo educativo de Moisés posee toda la estructura necesaria para equipararlo con el del desarrollo de grupos pequeños en la Iglesia. Gordon MacDonald, Pastor emérito de Grace Chapel en Lexington, Massachusetts, y Rector del Seminario de Denver, lleva varios años presentando una propuesta educativa a tenor con las observaciones que hemos compartido aquí. Este modelo parte de la premisa de que el ambiente en el que hemos sido llamados a formar se discípulos es uno contaminado: “aguas culturales contaminadas.”

Por lo tanto, la Iglesia del Señor tiene que preguntarse cómo se pueden formar discípulos productivos provenientes de un ambiente como ese. La respuesta de MacDonald a esa pregunta incluye el desarrollo de esa nueva criatura (2 Cor 5:17) en las áreas de sus conversión (nuevo nacimiento), del discipulado y del liderazgo. Él le ha llamado a esto el proceso de re-crianza o de nueva paternidad. Es cierto que la propuesta educativa de MacDonald no considera el modelo educativo de Moisés. No obstante, no es menos cierto que el paralelismo entre ellos es impresionante. Algunos principios básicos del modelo de MacDonald son los siguientes:1

Este proceso es selectivo.
La aplicación de este principio se basa en la necesidad de tener que explicar a los integrantes de un grupo de discipulado por qué fueron seleccionados para ese grupo en particular. Esto permite el desarrollo del sentido de pertenencia. Es muy importante, como subraya MacDonald, que los miembros de ese equipo sepan que no forman parte de un grupo de terapia. Además, que las reuniones para analizar y dialogar acerca de los principios del reino, los principios educativos del mismo, no se desarrollarán a base de manejo de problemas y sí de las posibilidades. Aplicar este principio al contexto familiar es simple porque se estila que ese sentido de pertenencia ya se ha desarrollado.

Este proceso es estructurado.
Lo que esto significa es que este requiere del establecimiento de un calendario formal para las reuniones, tanto para los programas que se desarrollan en familia como para aquellos que se desarrollan en grupos pequeños. Este principio patrocina la elevación de los estándares. Recordemos que el modelo educativo de Moisés establecía los itinerarios:

7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.” (Dt 6:7-9)

Este proceso es mucho más efectivo si se enseña en equipo. En el caso de MacDonald, su equipo original estaba constituido por él y su esposa Gail. Esto les proveía espacio para trabajar como pareja en el desarrollo de los principios de un discípulo Cristiano. En el camino, señala él, le abrieron las puertas a otras parejas contemporáneas (de su edad). Las conversaciones incluían enseñanzas, narración de historias, el reconocimiento de los errores que habían cometido, los sueños que no habían podido alcanzar y la discusión de los frutos que obtenidos por las lecciones aprendidas. En otras palabras, la demostración del valor y las bendiciones que provienen de la obediencia y el sacrificio (el principio Bonhoeffer)

"
El desarrollo familiar de este modelo fue garantizado por los resultados obtenidos en la “Universidad del Desierto.”

Este proceso tiene que proveer a las personas un nuevo vocabulario.
MacDonald no dice esto, pero el pueblo de Israel adquirió e hizo suyo un nuevo lenguaje. Por ejemplo, comenzaron a hablar de la Pascua, del sacrificio expiatorio, de las ofrendas de Paz, etc. Lo que sí señala MacDonald es que en su caso, ellos decidieron echar mano de algunas herramientas que les permitía a todos los miembros del grupo tener una idea general (no profesional) de las personalidades que poseían los miembros del equipo. Una herramienta buena para esto es el Myers Briggs Temperament Test.[2],[3] Este conocimiento facilitaba la interacción entre todos los miembros del grupo. Hemos incluido unas direcciones electrónicas en las que se puede hallar más información acerca de esta prueba y una forma gratuita de tomarla. Es muy importante destacar que estas pruebas no sustituyen ni cancelan las evaluaciones y los resultados a los que llega un profesional de la salud mental.

Este proceso tiene que enseñar a las personas cómo pensar.
MacDonald argumenta con mucha razón que estos procesos educativos aceleran la forma en que uno aprende a leer, a analizar, a discutir, y a escuchar; en fin, a aprender. La lectura de libros suplementarios ayuda mucho en esta área. No olvidemos que uno de los consejos de Moisés es que el modelo educativo sea uno repetitivo y conversacional: “y las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa” (Dt 6:7).

Este proceso tiene que enseñarles a trabajar juntos.
Trabajar juntos y trabajar en equipo son dos (2) cosas muy distintas. El primero predica la unidad, mientras que el segundo implica que hay metas determinadas para todos los miembros que se quieren alcanzar. Estas metas se alcanzan coordinadamente, con unas estrategias y en ellas se manifiesta que el grado de satisfacción grupal es superior al individual.

Este proceso incluye disciplinas espirituales.
La enseñanza y el modelaje de las disciplinas espirituales son vitales para este modelo educativo. Tal y como dice Richard Foster en su libro “Alabanza a la Disciplina”[4], las clasificamos como “disciplinas espirituales”, pero las actividades son en realidad físicas. Es un secreto a voces que cualquier cosa que queremos conseguir en la vida requiere disciplina. De esto saben bien los músicos, los atletas, y los profesionales de alto rendimiento. Hay un documento muy escueto acerca de esto que propone que la disciplina efectiva no es trabajo pesado, ¡es delicia![5].

El resultado obtenido a través de la disciplina de un pianista es verle disfrutar su concierto mientras interpreta aquello que ha estudiado con tanto esmero. Dallas Willard propuso algunas disciplinas de abstinencia y otras de conexión[6]

Disciplinas de abstinencia formas de negarnos a nosotros mismos algo que queremos o necesitamos a fin de hacer espacio para enfocar y conectar con Dios.
Soledad |Silencio |Ayuno
Período |Sabático |Sumisión

Disciplinas de conexión son formas de conectar con Dios y con otras personas, conversando honestamente con ellos, a fin de amar y ser amado.
Lectura bíblica | Adoración Oración
Reflexión personal |Servicio Amistad del Alma

esta última se define como participar con los otros discípulos de Jesús en oración y otras prácticas espirituales.

La práctica de estas disciplinas ayudará a los discípulos a aprender a escuchar la voz de Dios.

Este proceso se basa en el modelaje.
Este modelaje incluye hasta la enseñanza de cómo se prepara un líder para impartir cada reunión del grupo. Este dato es uno obvio en el modelo educativo de Moisés. Por ejemplo, la Biblia nos dice que uno de los mandatos a cada padre era el de escuchar la Ley de Dios para poder ser capaces de hacer lo que es bueno y recto (Dt 12:28). Además, cuando la Biblia nos dice que los hijos le van a preguntar a sus padres (Éxo 12:26; 13:14; Jos 4:21), lo que realmente está diciendo es que los hijos estarían viendo a sus padres poniendo en acción lo que habían aprendido.

Este proceso incluye afirmación y disciplina.
MacDonald dice que en el único lugar en el que se producen cambios permanentes es en dónde hay candor. Esto es, sinceridad, sencillez, ingenuidad y pureza del ánimo. Es un secreto a voces que la metodología educativa de Moisés posee un código de ética y de disciplina muy estricto.

Esto garantiza que los discípulos que se desarrollen sean genuinos, que no se conviertan en sellos de goma de sus líderes y que puedan honrar a Dios con sus vidas.

Este proceso no es un programa; es un ministerio.
El modelo de enseñanza de Jesucristo validó el desarrollo de la educación grupal por encima del individualizado. El modelo de Moisés era similar al de Jesús en esa área. Nos percatamos de que en las ocasiones en que Jesús tenía conversaciones “uno a uno” con algunos de sus discípulos, lo hacía en medio del grupo. Es importante destacar que esto no cancela la necesidad de sostener conversaciones privadas en algunos momentos. Lo que esto significa es que un modelo educativo de esta naturaleza requiere que la metodología sea enfocada en todo el grupo.

9 Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. 10 El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb,
cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;” (Det 4:9-10)
Referencias
[1] MacDonald, Gordon, “Are you re-parenting your disciples?”, en Building a Culture of Discipleship, (pp. 8-10) 2008. Publicado por BUILDING CHURCH LEADERS- Christianity Today Intl
[2] https://my-personality-test.com/?gclid=Cj0KCQiA0 6ABhDMARIsAFVdQv97o03wvb c__44g4yh7AacFkOQs55O5jIUPv6kax1PgG1Vw_7MGRAaAlJvEALw_wcB
[3] https://www.verywellmind.com/the-myers-briggs-type-indicator-2795583
[4] Foster, Richard J.. Celebration of Discipline: The Path To Spiritual Growth. HarperCollins. Kindle Edition.
[5]https://www.gotquestions.org/Espanol/disciplinas-espirituales.html
[6]Willard, Dallas. The Spirit of the Disciplines. HarperOne. Kindle Edition.

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